Hablemos del Partido Verde
G¨¢lvez no tiene el monopolio de la podredumbre en sus filas y es realmente curioso c¨®mo a la candidata oficialista se le resbala con tanta facilidad su asociaci¨®n con la formaci¨®n ecologista
Pr¨¢cticamente no hay una sola entrevista que le hagan a la candidata de oposici¨®n X¨®chitl G¨¢lvez en la no se le cuestione duramente sobre la presencia del l¨ªder nacional del PRI, Alito Moreno, en su campa?a. Se entiende la insistencia: hay pocos personajes en la pol¨ªtica mexicana con tanto desprestigio como Alito y llevarlo a cuestas es pol¨ªticamente muy costoso, no solo por sus presuntos negocios turbios, dudosas negociaciones y se?alamientos de corrupci¨®n, sino tambi¨¦n por sus p¨¦simos resultados como presidente del PRI. Desde que Alito se hizo con el liderazgo de su partido, el PRI ha perdido 11 gubernaturas. Para quienes en ¨²ltimos d¨ªas quieren redimir la imagen de Alito, solo decir: ni Jorge ?lvarez M¨¢ynez declinar¨¢, ni Alito es quien para llamar a nadie a tener ¡°altura de miras¡±. Ese tren se fue hace mucho, si es que alg¨²n d¨ªa estuvo ah¨ª.
Aunque con menos intensidad, pero tambi¨¦n se le cuestiona a la candidata de oposici¨®n la presencia del l¨ªder panista Marko Cort¨¦s, un personaje tan torpe pol¨ªticamente que dio a conocer la existencia de un ¡°acuerdo pol¨ªtico electoral¡± firmado por ¨¦l, Alito y el entonces candidato al Gobierno de Durango, Manolo Jim¨¦nez, en el que se repart¨ªan diversos cargos p¨²blicos, entre los que se encontraban no solo diputaciones y cargos en el Poder Ejecutivo estatal, sino hasta notar¨ªas, oficinas de recaudaci¨®n y direcciones de escuelas y universidades. Un esc¨¢ndalo, sin duda.
La candidata G¨¢lvez no tiene mucho margen de respuesta. Con esos g¨¹eyes toc¨® arar, se le ha escuchado decir. Las pesadas marcas de los partidos que la postulan no es algo que ella pueda remediar. A lo m¨¢s, su argumento ha sido que en realidad su candidatura responde a la ciudadan¨ªa que firm¨® y vot¨® por ella, no a la decisi¨®n de las c¨²pulas partidistas que no tuvieron m¨¢s que aceptar que el apoyo ciudadano que tuvo no lo ten¨ªa nadie m¨¢s en el campo de la oposici¨®n.
Pero G¨¢lvez no tiene el monopolio de la podredumbre en sus filas y es realmente curioso c¨®mo, desde el otro lado del espectro pol¨ªtico, a la candidata oficialista se le parece resbalar con tanta facilidad frente al electorado y a medios de comunicaci¨®n su asociaci¨®n con el Partido Verde, que m¨¢s que organizaci¨®n pol¨ªtica es un negocio construido con dinero p¨²blico y sirvi¨¦ndose de las reglas de la fr¨¢gil democracia mexicana. Como lo apuntan Paula Sof¨ªa V¨¢zquez y Juan Jes¨²s Garza Onofre en su libro La Mafia Verde: traici¨®n, pol¨ªtica y esc¨¢ndalos del Partido Verde Ecologista (Ariel, 2023), sexenio tras sexenio el Verde ha consolidado un muy redituable modelo de negocio aparej¨¢ndose h¨¢bilmente con el mejor postor. El Verde no es, argumentan V¨¢zquez y Garza Onofre, ¡°un inofensivo partido minoritario o satelital, ni siquiera ya parasitario, como muchos dicen, sino (¡) una organizaci¨®n corrupta y mercenaria que (¡) ha aprendido a vivir no solo en, sino gracias a la democracia mexicana¡±.
Y fue justamente gracias a la democracia mexicana que, quemados los puentes y agotados los negocios con PRI y PAN, a fines del sexenio del presidente Enrique Pe?a Nieto el Verde volte¨® a ver la creciente fuerza de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador y decidi¨® hacer negocios con Morena. L¨®pez Obrador, pensando en las elecciones de 2018 y consciente del costo pol¨ªtico que le podr¨ªa traer poner el emblema del Verde junto al de Morena y su idea de ¡°regeneraci¨®n nacional¡±, puso a su due?o, Jorge Emilio Gonz¨¢lez, el Ni?o Verde, una condici¨®n que se ha cumplido hasta el momento: nada de los shows, esc¨¢ndalos o excesos protag¨®nicos y por supuesto nada de candidaturas plurinominales para Gonz¨¢lez. El Ni?o Verde permanecer¨ªa operando tras bambalinas y no se le ver¨ªa p¨²blicamente con L¨®pez Obrador. Tampoco, en su momento, con su heredera pol¨ªtica, Claudia Sheinbaum.
Hasta el momento la estrategia ha funcionado. Frente a un electorado mayoritariamente desmemoriado, ahora Sheinbaum hace campa?a y se pone el chaleco del Partido Verde sin empacho y sin ser cuestionada como s¨ª lo es la candidata de oposici¨®n sobre los partidos que la postulan. Esta omisi¨®n no es poca cosa. Estamos hablando del partido de los sobres amarillos llenos de dinero, de la compra de votos, de los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y opacidad, del falso ecologismo y de los deplorables resultados de Gobierno (con solo asomarnos al desastre de inseguridad y pobreza que es Chiapas tenemos para rato). Pero hoy nada de eso parece importar. El Verde est¨¢ redimido por decreto presidencial desde 2018 y estar¨¢ con Morena hasta que aparezca un mejor postor. Sin pudor. ?Esa es la renovaci¨®n moral de la que hablan el presidente y su candidata? Es pregunta. Y una que debiera hac¨¦rseles desde los medios y la opini¨®n p¨²blica m¨¢s seguido.
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