Trump y M¨¦xico: una falsa alarma y una alerta verdadera

El comediante estadounidense Marc Maron recuerda, en uno de sus mon¨®logos, la sensaci¨®n de zozobra perenne que lo dominaba durante los a?os de presidencia de Donald Trump. Maron narra que despertaba cada ma?ana directamente para revisar las noticias en su tel¨¦fono celular, pregunt¨¢ndose cada vez, con agobio: ¡°?Y ahora qu¨¦ cosa horrible habr¨¢ dicho?¡±. La preocupaci¨®n resulta entendible. El estilo de comunicaci¨®n del expresidente y actual candidato republicano es tan sutil como el de un tiranosaurio con hambre.

Trump es un predador pol¨ªtico que embiste de manera violenta a sus enemigos y trata con desd¨¦n y burlas incluso a sus propios colaboradores. Nada m¨¢s lejano a su ret¨®rica que el discurso diplom¨¢tico y mesurado que uno sol¨ªa relacionar con los jefes de Estado hasta hace unos a?os. Esa agresividad, por cierto, se extiende tambi¨¦n a muchos de sus partidarios, que se pasean como matones por las redes, dejando un rastro de insultos, descalificaciones, amenazas y embustes a su paso. La intimidaci¨®n, sin duda, es la piedra base del estilo trumpista, y el atentado que sufri¨® el l¨ªder del movimiento hace apenas unos d¨ªas no ha hecho, sino echarle m¨¢s gasolina al talante de por s¨ª incendiario de sus palabras.

El poder institucional mexicano no es ajeno al poder de las bravatas. Quiz¨¢ por ello es que la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, y el futuro secretario de Comercio, Marcelo Ebrard, reaccionaron con notoria firmeza ante unas supuestas mofas de Trump dirigidas a Ebrard, quien fue canciller mexicano en la ¨¦poca en que el magnate era mandatario. En sendos mensajes en las redes, tanto Sheinbaum como Ebrard rechazaron las presuntas descalificaciones del republicano a la inteligencia del pol¨ªtico nacional (¡°Te garantizo que tiene un IQ [coeficiente intelectual] bajo, de 50 o 60 [puntos] y est¨¢ negociando con Putin, con el presidente de China, con Macron, en Francia¡­¡±). Sin embargo, todo se trataba de una falsa alarma: el ataque iba dirigido, en realidad, a las capacidades del presidente estadounidense en funciones, Joe Biden, quien hasta el domingo por la ma?ana, cuando renunci¨® a la candidatura dem¨®crata, era el rival de Trump de cara a las elecciones del pr¨®ximo mes de noviembre.

La confusi¨®n quedar¨¢ en an¨¦cdota, sin embargo. Porque, de cualquier modo, existen varios antecedentes conocidos de expresiones de menosprecio de Trump hacia el excanciller, con quien su gobierno negoci¨® temas r¨ªspidos, como la migraci¨®n masiva a trav¨¦s de nuestro pa¨ªs hacia el territorio de EE UU, o el tratado de libre comercio de Am¨¦rica del Norte. En los dos casos, por cierto, Trump presumi¨® haber doblegado a M¨¦xico para plegarse a sus disposiciones.

Al menos queda claro que existe una alerta en el Gobierno mexicano, tanto el actual como el que llegar¨¢ en octubre, en torno a Trump y al endurecimiento de su discurso, que ha sido siempre bastante radical, con respecto a M¨¦xico. S¨ª: es bien conocido que el a¨²n presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador parece haberse sentido mucho m¨¢s cercano a Trump que a Biden, y que tuvo numerosos gestos y palabras de apoyo para el magnate, en general, y en especial tras su derrota en los comicios de 2020. Pero no ser¨¢ ¨¦l, sino Sheinbaum, quien tendr¨¢ que lidiar con Trump si este reconquista el poder y decide apretar a¨²n m¨¢s a M¨¦xico en temas como la seguridad fronteriza, el combate a las drogas (muchos republicanos desean una intervenci¨®n armada contra los c¨¢rteles mexicanos) o la agenda econ¨®mica.

En resumen, Sheinbaum puede haberse confundido totalmente con el motivo de su reacci¨®n, pero resulta indispensable que su gobierno se prepare para sobrellevar los nuevos planes de Trump en torno a la relaci¨®n bilateral. Y mostrar firmeza ante las injurias es, a fin de cuentas, un cambio de tono agradecible.

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