Un pilar para el futuro
Las matem¨¢ticas tienen un indiscutible valor estrat¨¦gico y una creciente centralidad econ¨®mica
La comunidad cient¨ªfica ha recibido con perplejidad una reciente noticia que afirmaba que la nueva ley educativa (la Lomloe) podr¨ªa suponer que las matem¨¢ticas no fuesen una asignatura obligatoria en los bachilleratos social y tecnol¨®gico. En los m¨¢s diversos entornos cient¨ªficos tal posibilidad ha provocado reacciones de rechazo e incomprensi¨®n: es a todas luces inconcebible que en la formaci¨®n de futuros tecn¨®logos, economistas o soci¨®logos no se incluyan las matem¨¢ticas, que son la base del conocimiento cient¨ªfico.
Las matem¨¢ticas poseen un enorme valor instrumental y pedag¨®gico. La resoluci¨®n de problemas l¨®gicos tiene un valor inestimable para el desarrollo del cerebro y su capacidad de raciocinio. Las matem¨¢ticas ofrecen, adem¨¢s, herramientas para interpretar, comprender y modelizar la realidad y permiten desarrollar ideas de otro modo inasequibles. Son un elemento totalmente esencial de numerosas disciplinas: la f¨ªsica, la qu¨ªmica, la biolog¨ªa, la medicina, la arquitectura, las ingenier¨ªas o la econom¨ªa son inconcebibles sin ellas. No es de despreciar el rol que tambi¨¦n desempe?an, bajo la superficie, en otros ¨¢mbitos, como el de las artes.
Si tomamos un enfoque pr¨¢ctico y, en un ejercicio de retrospectiva, volvemos la vista al pasado, hallaremos que numerosos avances que marcaron puntos de inflexi¨®n en la historia se nutrieron de visiones que necesitaron de instrumentos matem¨¢ticos. La m¨¢quina de vapor, la electricidad, la aviaci¨®n, las tarjetas de cr¨¦dito, los semiconductores, Internet o la telefon¨ªa m¨®vil son ejemplos que cambiaron el mundo. Sin la formaci¨®n matem¨¢tica de sus autores, ?habr¨ªan logrado tales avances?
Mirando al presente, las matem¨¢ticas son protagonistas principales en el dise?o de tratamientos y test diagn¨®sticos para la covid-19, as¨ª como para el desarrollo de modelos epidemiol¨®gicos que explican la din¨¢mica de la pandemia y permiten establecer predicciones para anticipar acontecimientos y prepararnos adecuadamente para afrontar el futuro incierto.
Justamente la actualidad hace bien patente lo imperioso de disponer de las herramientas y conocimiento para interpretar y responder eficazmente a los retos que la realidad nos plantea. El mayor y m¨¢s inmediato desaf¨ªo que afrontamos ilustra una vez m¨¢s c¨®mo la ciencia puede dar respuestas y, con el tiempo y recursos necesarios, soluciones para problemas de enorme envergadura. La ciencia no solamente es capaz de aportar herramientas y elementos de juicio para la toma de decisiones, sino que, si va de la mano de la transferencia de tecnolog¨ªa, propicia un flujo de soluciones, productos y aplicaciones para mayor fortuna de la sociedad.
En una sociedad donde la tecnolog¨ªa desempe?a un papel cada vez m¨¢s relevante, las matem¨¢ticas tienen una innegable y creciente centralidad econ¨®mica. De hecho, muchos de los perfiles laborales m¨¢s valorados ¡ªy remunerados¡ª, requieren de elevadas competencias anal¨ªticas y num¨¦ricas. Los datos son ya, adem¨¢s, representantes absolutos de la futura econom¨ªa. Un menor conocimiento matem¨¢tico de los futuros estudiantes universitarios y de Formaci¨®n Profesional podr¨ªa, por tanto, comprometer seriamente su porvenir profesional, a la vez que impactar negativamente en la econom¨ªa. Por todo ello, la formaci¨®n en matem¨¢ticas tiene hoy en d¨ªa un indiscutible valor estrat¨¦gico. Lo ha tenido ya a lo largo de la historia: civilizaciones enteras han nutrido su prosperidad merced a su acervo cultural y a su empe?o para con el avance cient¨ªfico y tecnol¨®gico, junto a otros elementos, frecuentemente dependientes de los anteriores.
Abrir la puerta a debilitar la pericia matem¨¢tica del alumnado puede, per se, tener repercusiones indeseables. A esto se suma que abrir esa puerta en una etapa potencialmente previa a estudios superiores tiene numerosos riesgos. De materializarse, tiene todos los visos de consecuencias funestas tanto para el alumnado como para las numerosas disciplinas que nutren sus filas con dichos estudiantes.
Desde el punto de vista de las universidades esto no ha de ser menos problem¨¢tico. El lastre que puede encontrar el alumnado en su desarrollo futuro lo puede encontrar tambi¨¦n la Universidad. Es f¨¢cil prever que las universidades se vean en la necesidad de compensar dichas carencias para desarrollar con solvencia sus planes de estudios. Tambi¨¦n cabe la posibilidad de que ello no sea viable en determinadas circunstancias, habiendo de adaptar el nivel acad¨¦mico a un alumnado con una capacidad decreciente. Se corre as¨ª el riesgo de, poco a poco, arrastrar consigo las cotas de excelencia formativa que toda Universidad desea desarrollar, en la continuaci¨®n de un efecto domin¨® de indeseables consecuencias.
En la encrucijada en que nos encontramos actualmente es fundamental evitar a toda costa el decaimiento de la capacitaci¨®n matem¨¢tica del alumnado. Lo contrario impactar¨¢ gradual, pero grave y sostenidamente en numeros¨ªsimas disciplinas de la ciencia y m¨²ltiples ¨¢reas de la sociedad y la econom¨ªa. Es cr¨ªtico que los cambios legislativos que se ultiman aseguren la inclusi¨®n de las matem¨¢ticas como asignaturas obligatorias en las modalidades de bachillerato tecnol¨®gico y social.
Luis Serrano Pubul es bioqu¨ªmico y director del CRG y de Somma y Karel W. F. De Pourcq es director de Comunicaci¨®n de Somma.
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