No es un rescate
Recurrir al Mede es hoy la opci¨®n m¨¢s sensata, porque la ayuda europea est¨¢ encarrilada y adem¨¢s han surgido dudas sobre la capacidad del BCE para apoyar la emisi¨®n de deuda de los Estados miembros
Los pa¨ªses del sur de Europa, con Espa?a e Italia a la cabeza, han negociado duramente para que los pr¨¦stamos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) tuviesen las m¨ªnimas condiciones. Como fruto de estos esfuerzos, se ha abierto en el Mede una l¨ªnea de cr¨¦dito especial para esta pandemia, cuya condici¨®n, menor, es que el pr¨¦stamo se gaste en reforzar los sistemas sanitarios y en cualquier coste indirecto relacionado con la pandemia.
Sorprendentemente, una vez conseguido su objetivo, Espa?a e Italia se niegan a pedir estos fondos. Esto provoca gran confusi¨®n entre nuestros socios europeos. ?Por qu¨¦ luchar denodadamente para que el Mede no tenga condicionalidad, si luego no lo vamos a usar?
La explicaci¨®n reside en el supuesto ¡°estigma¡± que acompa?a al Mede: es el fondo de rescate que se utiliz¨® en la ¨²ltima crisis para ayudar a los pa¨ªses con problemas de acceso a los mercados. Para acceder a un pr¨¦stamo del mecanismo hab¨ªa que comprometerse a acometer recortes y reformas y a aceptar la visita de los hombres de negro ¡ªes decir, la troika formada por el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional y la Comisi¨®n Europea¡ª para garantizar que las condiciones se cumpl¨ªan. Las estrictas condiciones eran el precio que los pa¨ªses pagaban a cambio de unos pr¨¦stamos con un tipo de inter¨¦s mucho menor que el del mercado.
Fue por este ¡°estigma¡± que, en 2012, Mariano Rajoy se esforz¨® en afirmar que Espa?a no estaba siendo rescatada, a pesar de que se cumpl¨ªan todos los elementos descritos. Y ese mismo orgullo es el que lleva al Gobierno actual a no querer acudir al Mede, a pesar de que Europa ha atendido la petici¨®n de los pa¨ªses del sur y ha eliminado las condiciones para evitar el estigma del rescate.
Aparte de esta justificaci¨®n ¡°psicopol¨ªtica¡± del estigma, existe tambi¨¦n una posible raz¨®n estrat¨¦gica para renunciar al Mede: la negociaci¨®n del gran plan de recuperaci¨®n. Se tratar¨ªa de, a la manera de Hern¨¢n Cort¨¦s quemando sus barcos al llegar a M¨¦xico y as¨ª impidiendo la retirada de sus propios soldados, ¡°quemar¡± el recurso al Mede para ayudarnos a conseguir en Europa un gran plan de recuperaci¨®n con inversiones, en vez de pr¨¦stamos. De esta manera, no dar¨ªamos argumentos a los pa¨ªses del norte de Europa para decir que ya hab¨ªan hecho bastante (el mensaje ser¨ªa ¡°no hab¨¦is hecho nada, este plan no nos sirve¡±).
Pero, en las ¨²ltimas semanas, el c¨¢lculo ha cambiado de manera que invalida esa posible justificaci¨®n. Primero, Alemania ha aceptado ya un plan de reconstrucci¨®n econ¨®mico ambicioso. Segundo, los programas actuales de compra de deuda del Banco Central Europeo (BCE) se han visto seriamente debilitados tras la sentencia del Tribunal Constitucional alem¨¢n. Por lo tanto, con la ayuda europea encarrilada, el estigma eliminado, y dado que puede haber dudas sobre la capacidad del BCE para apoyar la emisi¨®n de deuda de los Estados miembros, recurrir al Mede es la opci¨®n m¨¢s sensata.
Para empezar, el ahorro directo es importante. Espa?a tendr¨ªa acceso a casi 25.000 millones de euros (hasta un 2% de nuestro PIB). Espa?a puede o bien emitir esos 25.000 millones en el mercado de bonos, pagando comisiones, intereses, etc¨¦tera, o pedir el pr¨¦stamo al Mede directamente. El propio Mede estima el ahorro directo de intereses en 2.000 millones. Parece absurdo desperdiciar tal ahorro.
Tambi¨¦n hay un importante ahorro indirecto. Al aceptar la ayuda del Mede se desbloquear¨ªa el (nunca usado) bazuka de Draghi, el programa de compra de deuda p¨²blica m¨¢s potente del BCE (OMT, por sus siglas en ingl¨¦s). Bajo este paraguas, y sin las restricciones habituales, una vez el Mede ha concedido un pr¨¦stamo a un pa¨ªs, el BCE adquiere la posibilidad de comprar toda la deuda en los mercados que sea necesario para asegurar la estabilidad del euro.
Esta caracter¨ªstica cobra mayor importancia dada la nueva incertidumbre sobre los dem¨¢s programas de compras del BCE a la que hac¨ªamos referencia anteriormente. La seguridad para los inversores de tener al BCE listo, con su bazuca preparado, supondr¨ªa un ahorro adicional importante en los tipos de inter¨¦s de la deuda. Un ejemplo: la semana pasada Chipre se convirti¨® en el primer pa¨ªs en aceptar los pr¨¦stamos del Mede. Siendo la econom¨ªa m¨¢s peque?a de Europa despu¨¦s de Malta, el apoyo les supondr¨¢ un ahorro directo de 100 millones de euros. Adem¨¢s, desde que pidi¨® los pr¨¦stamos, sus tasas de inter¨¦s en los mercados, que llegaron a sobrepasar el 2%, se han estabilizado en alrededor del 1,1%.
Desde Podemos ¡ªo lo que desafortunadamente es lo mismo, desde una parte del Gobierno¡ª defienden que no se debe acudir al Mede porque esto demostrar¨ªa a los mercados que Espa?a necesita ayuda y que su deuda no es sostenible. Esta l¨®gica olvida el c¨ªrculo vicioso que desestabiliz¨® los mercados en la pasada crisis. Cuando se dispar¨® la prima de riesgo, subi¨® el coste de financiaci¨®n de los pa¨ªses, y cuanto mayor era este, mayores las dificultades de pagar la deuda. Un c¨ªrculo vicioso sin fin que prevendr¨ªamos recurriendo al Mede y teniendo al BCE detr¨¢s.
Lo que revela la inconsistencia de ese razonamiento es que no aplican la misma l¨®gica al nuevo programa europeo, SURE, cuya ¨²nica funci¨®n es proveer de pr¨¦stamos baratos a los pa¨ªses para financiar medidas de protecci¨®n temporal de empleo, como los ERTE. La ¨²nica diferencia es que los pr¨¦stamos vienen de la Comisi¨®n Europea y no del temible fondo de rescate. Esta inconsistencia revela que la prioridad del ala radical del Gobierno no es la financiaci¨®n real, sino su obsesi¨®n con la troika y con los ruidos que la ministra Calvi?o dice que genera.
La realidad es que ni Europa ni los mercados necesitan una troika para exigirnos reformas y responsabilidad. Recordemos que Berlusconi cay¨®, en 2011, cuando los tipos de inter¨¦s de la deuda italiana alcanzaron el 7%. Nos interesa anticiparnos a esa presi¨®n, demostrar responsabilidad como pa¨ªs y emprender las reformas necesarias. Nos interesa tener un mercado laboral que funcione, y no deje a nuestros j¨®venes sin empleo en cuanto la econom¨ªa se coge un catarro; una educaci¨®n que capacite de verdad a todos nuestros j¨®venes y no deje a uno de cada cinco tirado sin t¨ªtulo; un mercado de bienes y servicios competitivo y con reguladores de verdad (no como nuestra ¡°capada¡± CNMC), que evite que las grandes empresas exploten sus posiciones de dominio; y un plan a medio plazo que nos explique a todos c¨®mo vamos a restaurar la solvencia de las cuentas p¨²blicas.
A nadie le gustan los rescates. Son un ¨²ltimo recurso cuando la mala gesti¨®n de un Gobierno, y sus predecesores, cierra la puerta de los mercados. Por suerte, todos hemos trabajado para que en la UE se asumiese que el estigma de otro rescate en las actuales circunstancias podr¨ªa romper la Uni¨®n. El mensaje ha sido o¨ªdo y las condiciones se han eliminado. Ahora solo falta altura de miras y responsabilidad pol¨ªtica para hacer lo mejor para el inter¨¦s general, algo que, en este caso, por cierto, se puede cuantificar en bastante m¨¢s de 2.000 millones.
Luis Garicano, jefe de la delegaci¨®n de Ciudadanos en el Parlamento Europeo, es vicepresidente y portavoz econ¨®mico de Renew Europe.
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