Lo que hemos ganado gracias al coronavirus
La superaci¨®n de la pandemia puede ser un modelo para Suiza y para el mundo de c¨®mo enfrentarse a futuras crisis
?Cu¨¢l va a ser el coste del coronavirus para Suiza? La pregunta tiene dos respuestas. La primera es que, calculado en vidas humanas, consecuencias sociales, francos y c¨¦ntimos, el precio es inmenso. Incontables a?os de vida perdidos, desconcierto social y pol¨ªtico, miles de millones a¨²n por determinar esfumados en el cierre. La segunda respuesta es que, en lo que a desarrollo cient¨ªfico, pol¨ªtico y social se refiere, podemos sacar, y sacaremos, provecho de esta crisis.
?Les parece una idea aventurada? Perm¨ªtanme que la argumente. Una cosa est¨¢ clara: el coronavirus es el reto m¨¢s acuciante al que se enfrentan el mundo y Suiza desde hace como m¨ªnimo una generaci¨®n. Pero todo indica que vamos a superarlo ¡ªa escala mundial y nacional¡ª con m¨¢s ¨¦xito que cualquiera de las anteriores epidemias de la historia de la humanidad. La experiencia que ganemos con ella nos har¨¢ m¨¢s fuertes y nos dar¨¢ m¨¢s confianza para futuras crisis: la econ¨®mica, probablemente inminente e inevitable, la de los refugiados, y la clim¨¢tica. Y tambi¨¦n para la pr¨®xima pandemia.
La respuesta mundial a la covid-19 demuestra a muchos niveles la eficacia pol¨ªtica, econ¨®mica, cient¨ªfica y social con que la que somos capaces de reaccionar mundialmente a las amenazas mortales. Y tambi¨¦n con cu¨¢nta humanidad sabemos hacerlo.
A medida que el virus y la enfermedad se propagaban por el mundo desde China, en todas partes estuvo claro ¡ªcon escasas excepciones¡ª que la m¨¢xima prioridad era proteger la vida humana. Es verdad que hubo fuertes discusiones sobre si se deb¨ªa compensar el sufrimiento humano causado por las medidas contra la pandemia y c¨®mo hacerlo. Pero, al final, poblaciones enteras de todo el planeta estuvieron decididamente dispuestas a hacer enormes sacrificios para salvar vidas.
El resultado est¨¢ a la vista. La peste de la Edad Media caus¨® cientos de millones de muertes; la gripe espa?ola de finales de la Primera Guerra Mundial, 50, y hasta ahora el sida se ha cobrado 32 millones de vidas. Todav¨ªa no sabemos hasta qu¨¦ punto es letal la covid-19 en comparaci¨®n con las epidemias del pasado, pero hay indicios consistentes de que las sociedades con su comportamiento, y la medicina con su investigaci¨®n, la controlar¨¢n m¨¢s deprisa y mejor que las anteriores.
En un esfuerzo de colaboraci¨®n internacional sin precedentes, los cient¨ªficos han descifrado el genoma del virus en el plazo de d¨ªas. Esta informaci¨®n constituye la base de las pruebas, las terapias y las vacunas. En cambio, en el brote de SARS de 2003 hicieron falta meses.
Y la ciencia no descansa. Interconectadas a trav¨¦s del mundo, las investigadoras y los investigadores estudian conjuntamente 24 horas al d¨ªa los patrones de transmisi¨®n y propagaci¨®n del virus y la evoluci¨®n de la enfermedad. Gracias a ello, las medidas de protecci¨®n contra el contagio y los m¨¦todos de tratamiento se pulen y perfeccionan en cuesti¨®n de semanas.
Los Estados est¨¢n poniendo a disposici¨®n en cantidades nunca vistas los medios para mitigar las consecuencias econ¨®micas del virus y de las medidas para combatirlo. Suiza destinar¨¢ m¨¢s de 60.000 millones de francos; Alemania, m¨¢s de un bill¨®n de euros, y la Uni¨®n Europea al menos otros 750.000 millones.
Antes del coronavirus era impensable que poblaciones enteras se sometiesen al cierre y la amenaza de ruina; que los Gobiernos y los partidos desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha acordasen medidas econ¨®micas por valor de miles de millones, y que el mundo cooperase por un objetivo com¨²n. Y ello sin interrumpir el debate pol¨ªtico, al menos en los pa¨ªses democr¨¢ticos. Pero las quejas, la resistencia y el ego¨ªsmo son la excepci¨®n, no la regla.
Todo esto permite tener esperanza. Como m¨ªnimo, no podemos descartar que esta acci¨®n decidida y conjunta se vaya a trasladar a las crisis que se avecinan. Posiblemente, en primer lugar, a la amenaza de la devastaci¨®n econ¨®mica. Despu¨¦s a la crisis de la emigraci¨®n, en la que, hasta ahora, los indicios de cooperaci¨®n humanitaria han escaseado. Y por ¨²ltimo, a la crisis clim¨¢tica. La reacci¨®n al coronavirus puede y debe servir de ejemplo.
Edgar Schuler es director de la secci¨®n de Opini¨®n del Tages Anzeiger de Z¨²rich.
Traducci¨®n de News Clips
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