Hablar bien de este Gobierno
La mayor¨ªa de la investidura debe continuar y reforzarse, empezando por sectores del PSOE a los que pueden flaquear los ¨¢nimos y siguiendo por sus socios, que no se entregaron al ¡°cuanto peor, mejor¡±

Lo que a algunos puede parecer un disparate y a otros una imprudencia es el objetivo de este comentario: hablar bien del Gobierno S¨¢nchez-Iglesias en este momento preciso. Parecer¨¢ un disparate a quienes desde el primer d¨ªa decidieron que no conven¨ªa a sus intereses y que por consiguiente aprovechar¨ªan cualquier motivo para atacarlo y desautorizarlo. Y puede parecer una imprudencia a quienes lo aceptaron con poco o ning¨²n entusiasmo y por descarte de otras opciones.
Por nuestra parte, nos contamos entre quienes apoyaron en su d¨ªa la moci¨®n de censura al Gobierno de Rajoy y sostuvieron ¡ªtras las elecciones de noviembre de 2019¡ª que era el momento de dar paso a un Ejecutivo de orientaci¨®n progresista. Lo hicimos con el convencimiento de que ninguna otra f¨®rmula permitir¨ªa dejar atr¨¢s la estela de corrupci¨®n, el desastre social poscrisis de 2008 y el embrollo jur¨ªdico-policial en que hab¨ªa desembocado el conflicto territorial.
Sab¨ªamos que la apuesta era arriesgada. Los temas pendientes eran de primera magnitud. El mecanismo era ins¨®lito: el primer Gobierno de coalici¨®n en un sistema pol¨ªtico que los hab¨ªa anatematizado. Sus protagonistas, dos dirigentes coaligados, bien conocidos por su modo personal de dirigir a sus respectivos partidos. La oposici¨®n pol¨ªtica y medi¨¢tica, con su tendencia comprobada a la descalificaci¨®n agresiva y sistem¨¢tica de sus adversarios.
Pese al riesgo de la apuesta, este Gobierno era la ¨²nica salida practicable que estim¨¢bamos disponible. Cinco meses despu¨¦s, nos lo sigue pareciendo. ?Por su obra de Gobierno? Es dif¨ªcil valorarla con perspectiva porque se ha visto condicionada por el impacto de un factor exterior como la covid-19, de magnitud y caracter¨ªsticas sin precedentes. Con todo, ha respetado el compromiso de aumentar el salario m¨ªnimo interprofesional y ha articulado una respuesta social a la emergencia con medidas de intensidad y orientaci¨®n desconocidas en nuestro pa¨ªs. El Estado se ha convertido en garant¨ªa de ingresos de ¨²ltimo recurso para muchos trabajadores y empresas con los ERTE y los cr¨¦ditos avalados a empresas, protegiendo como parados a colectivos sin derecho a prestaci¨®n de desempleo, empleadas del hogar y aut¨®nomos que hasta ahora siempre hab¨ªan quedado en la cuneta. Todo ello mediante la concertaci¨®n social tripartita que habr¨¢ de continuar como uno de los ejes de acciones futuras.
Es cierto que algunas propuestas del acuerdo de gobierno PSOE-UP han visto ralentizada su elaboraci¨®n: recuperaci¨®n de un derecho laboral digno de este nombre, acci¨®n contra el cambio clim¨¢tico, restauraci¨®n de derechos civiles y pol¨ªticos perdidos por la ley mordaza, mesa de di¨¢logo territorial, nueva ley de educaci¨®n, garant¨ªa del derecho a la vivienda, etc¨¦tera. Ultimar la tramitaci¨®n de estas medidas se ha hecho casi imposible cuando la pandemia ha puesto de manifiesto la complejidad de la pol¨ªtica: todas las dimensiones de la vida social y todos sus ¨¢mbitos territoriales se entrecruzan para dar lugar a situaciones de dif¨ªcil previsi¨®n y, por tanto, de manejo complicado para cualquier Gobierno. Concentrado, pues, en afrontar la pandemia, el Ejecutivo se ha empleado a fondo en la tarea de contener y aminorar sus da?os sanitarios, sociales y econ¨®micos. Pese a errores que ha cometido, creemos que su desempe?o ha sido de calidad aceptable y, en todo caso, semejante y no inferior a la de otros pa¨ªses europeos que contaban con infraestructuras sanitarias m¨¢s s¨®lidas, menos desgastadas por las pol¨ªticas de austeridad privatizadora de la ¨²ltima etapa conservadora, con sistemas pol¨ªticos menos endebles y con Gobiernos con m¨¢s a?os de ejercicio. La acci¨®n entregada del personal sanitario y la concertaci¨®n trabajosa con las comunidades aut¨®nomas han permitido sortear estos h¨¢ndicaps. En medio de un clima de confrontaci¨®n atizado con sa?a por la oposici¨®n menos escrupulosa, ha dado pruebas de elegancia y contenci¨®n sin abandonar la voluntad de construcci¨®n imprescindible en toda crisis.
Nos aguarda ahora una etapa de mayor complejidad, si cabe. Pendiente el pa¨ªs de resta?ar las graves secuelas sociales del injusto ¡°arreglo¡± de la Gran Recesi¨®n, se sumar¨¢ ahora la necesidad de reparar los grav¨ªsimos da?os provocados por la pandemia. La reacci¨®n inmediata del Gobierno de coalici¨®n nos ha parecido positiva al adoptar medidas urgentes para salvaguardar la subsistencia de asalariados, aut¨®nomos y empresas. Habr¨¢ que hacer m¨¢s todav¨ªa para asegurar m¨ªnimos de actividad y preparar el relanzamiento econ¨®mico. En el mismo sentido, celebramos la aprobaci¨®n del ingreso m¨ªnimo vital, como primer paso hacia instrumentos m¨¢s ambiciosos de justicia social. Tambi¨¦n nos parece elogiable que el Gobierno, en lugar de la pasividad de otros tiempos, haya promovido en el seno de la UE iniciativas financieras de gran alcance: sin una implicaci¨®n a fondo de la UE no hay salida para Espa?a. Ni tampoco para toda Europa, aunque les cueste admitirlo a los ¡°frugales¡±.
Admitimos que el Gobierno ha cometido errores: no pod¨ªa ser de otro modo cuando toca decidir en un entorno de suma incertidumbre. Pero dejaremos a otros la tarea de cebarse en ellos, a veces con displicente exquisitez desde sus p¨²lpitos medi¨¢ticos, m¨¢s frecuentemente en el tono cuartelero y tabernario que domina en amplios sectores de la oposici¨®n pol¨ªtica y de sus corifeos.
El Gobierno actual debe aprender a gestionar mejor inevitables diferencias internas que padece cualquier Ejecutivo de coalici¨®n. Pero lo que importa ahora es reforzar a este Gobierno para que aproveche bien la exigencia de ajustes reclamados por la pospandemia. No para retroceder en su programa de reformas, sino para recuperar el tiempo perdido despu¨¦s de la Gran Recesi¨®n y acometer transformaciones que necesita desde hace a?os nuestro modelo socioecon¨®mico: revisi¨®n de su mal llamado ¡°mercado laboral¡±, est¨ªmulo firme al cambio energ¨¦tico y a la sostenibilidad medioambiental, eliminaci¨®n de privilegios y exenciones fiscales a las grandes empresas, fomento decidido a la investigaci¨®n, replanteo del modelo educativo, etc¨¦tera. Sin olvidar el apartado de reformas necesarias en el agotado modelo territorial y en algunos sectores de la alta burocracia estatal todav¨ªa bajo la hipoteca de un franquismo m¨¢s o menos asintom¨¢tico.
En este contexto, ?estiman quienes critican de buena fe las insuficiencias de este Gobierno que existe otra alternativa dispuesta a perseverar en el camino de estas reformas ineludibles? ?Creen posible configurar otra mayor¨ªa de Gobierno capaz de resistir la presi¨®n de quienes desean aplazar sine die aquellas reformas con la intenci¨®n de consolidar la defensa de sus intereses particulares? ?Cabe pensar otra cosa de los probables efectos de la inclusi¨®n de los moderados del centroderecha en cualquier combinaci¨®n de Gobierno? ?Qu¨¦ impulso verdaderamente transformador nacer¨ªa de la presidencia de un o de una tecn¨®crata ¡°neutral¡± que representar¨ªa en realidad al complejo burocr¨¢tico-empresarial al estilo Monti?
No dudamos, pues, de que la mayor¨ªa de la investidura debe continuar y reforzarse. Empezando por los sectores del PSOE a los que pueden flaquear los ¨¢nimos y siguiendo por sus socios de investidura que entendieron en su d¨ªa ¡ªy pese a sus reservas¡ª que no pod¨ªan entregarse a la tesis suicida del ¡°cuanto peor, mejor¡±. Nos gustar¨ªa que todos ellos se ratificaran en su compromiso, no ¨²nicamente como reacci¨®n a las querencias golpistas y a los intentos de lawfare judicial a la brasile?a, sino como muestra de su convicci¨®n de que hay un valioso trabajo pendiente por acometer y que solamente un Gobierno progresista es capaz de hacerlo.
Josep M. Vall¨¨s, Victoria Camps, Marina Subirats y Raimon Obiols forman parte del Grupo Pr¨°leg. Tambi¨¦n firman este art¨ªculo: Jordi Amat, Marc Andreu, Margarita Arboix, Oriol Bartomeus, Laia Bonet, Joan Botella, Joan Coscubiela, Jordi Font, Mercedes Garc¨ªa-Aran, Gemma Lienas, Pilar Malla, Oriol Nel¡¤lo, Llu¨ªs Rabell y Joan Subirats.
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