Momentos delicados
Estar en contra del IMV es estar en contra de que casi dos millones de ni?os, casi todos ellos blanquitos, coman todos los d¨ªas
Esto se nos va a llenar de espa?oles. Tienen raz¨®n los de Vox, que han descubierto que la puesta en marcha del ingreso m¨ªnimo vital esconde, pero muy poco, un efecto llamada escandaloso. Si, como parece, el Congreso de los Diputados aprueba la ley que supondr¨¢ su creaci¨®n, millones de negros africanos sentir¨¢n que en Europa hay un lugar donde basta ser humano para que tenga derecho a comer todos los d¨ªas, y a dormir abrigado y con techo.
Esto se va a poner imposible, casi tanto como se puso Alemania en los a?os cincuenta y sesenta, que se abarrot¨® de espa?oles que adem¨¢s de trabajar quer¨ªan que les pagaran por hacerlo. Y comer, quer¨ªan comer.
Uno de los problemas que tienen los chicos de Vox es que, aunque vayan a colegios biling¨¹es, leen muy poco en cualquier idioma. Si lo hicieran, podr¨ªan saber que semejante invento de integraci¨®n existe en 20 pa¨ªses desde hace alg¨²n tiempo. Eso explica que se hayan llenado de negros africanos. Toda Europa est¨¢ llena de ellos. El Brexit es una de las pocas medidas serias que se han tomado para revertir la situaci¨®n. Y para eso est¨¢ la idea del Spaxit, que pretende mantener en un futuro a Espa?a a salvo de las intervenciones no solo de los salvajes negros de ?frica sino, tambi¨¦n, de quienes les llaman, los socialdem¨®cratas europeos.
En los momentos m¨¢s delicados es cuando los hombres y, seguramente, las mujeres dicen m¨¢s tonter¨ªas.
La frase de Heinrich Mann iba dedicada a la insoportable Alma Mahler, y no requiere explicaci¨®n, salvo los datos que fijan qu¨¦ buen momento ha elegido la ultraderecha espa?ola para oponerse a un Gobierno como el de S¨¢nchez, haga lo que haga.
Estar en contra del IMV es estar en contra de que casi dos millones de ni?os, casi todos ellos blanquitos, coman todos los d¨ªas, que es lo que hace la presidenta de Madrid cuando decide quitarles la pizza. Y es estar en contra de que millones de seres humanos puedan comer.
Vox ha escogido el buen momento, al que Heinrich Mann alud¨ªa, para mostrar su est¨²pida manera de ver el mundo. Tiene raz¨®n en una cosa: va a haber un gran efecto llamada, al que acudir¨¢n, muy probablemente, centenares de miles de espa?oles blanquitos, mal alimentados. Esos que hacen cola en torno a los comedores solidarios que hay en muchas ciudades espa?olas. Por suerte.
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