Nubarrones en el Brexit
El reiterado fracaso en las negociaciones acrecienta la probabilidad de una salida brit¨¢nica ca¨®tica
El reiterado fracaso de las rondas negociadoras entre la Uni¨®n Europea y el Reino Unido sobre su relaci¨®n futura tras el per¨ªodo transitorio ¡ªprevisto hasta final de a?o¡ª acrecienta la probabilidad de una definitiva retirada brit¨¢nica sin acuerdo, ca¨®tica y salvaje. La ¨²ltima ronda, adem¨¢s, acaba de consagrar la p¨¦rdida casi insalvable del plazo m¨¢ximo del mes de junio para que Londres pida una pr¨®rroga de las discusiones durante 2021. Pero contra lo que imagina el Gobierno de Boris Johnson, su manejo del tiempo le perjudica mucho m¨¢s que a los 27.
Su promesa de que no ampliar¨¢ la negociaci¨®n pretende demostrar firmeza y radicalidad. Pero dejar en la pr¨¢ctica para el ¨²ltimo cuatrimestre un acuerdo que en condiciones normales consume a?os no solo no es realista. En el peor caso, equivale a apostar por su boicoteo; y en el mejor, es contraproducente para los ciudadanos brit¨¢nicos, pues la mayor presi¨®n recae sobre la parte m¨¢s d¨¦bil. Y la econom¨ªa isle?a depende mucho m¨¢s de la europea que a la inversa, hasta el punto de que su negociador, David Frost, ha reconocido que el per¨ªodo negociador se ha acortado por la pandemia y se ha ¡°llegado al l¨ªmite¡± de lo que puede conseguirse con rondas virtuales. Si su Gobierno no echa mano de esa coartada para revertir su promesa de no solicitar ¨¢rnica en forma de nuevo plazo, decantar¨¢ definitivamente cualquier duda de que prefiere de hecho la salida del caos.
Todos saben que el coste econ¨®mico para Europa de un Brexit duro significar¨¢ una ¨ªnfima porci¨®n del coste de la recesi¨®n que va a provocar la pandemia, y que los c¨¢lculos oficiales internos pronostican que la duplicar¨¢ para el Reino Unido. Por eso, el Banco de Inglaterra y la Confederaci¨®n de la Industria incrementan sus alertas contra una salida sin pacto.
La realidad acude en su ayuda. La multinacional japonesa Nissan acaba de anunciar que cerrar¨¢ su planta de Sunderland si se produce ese escenario, con los consiguientes aumentos de costes por aranceles, pues el 70% de su exportaci¨®n se destina al continente. Y la libra esterlina experimenta una ca¨ªda continua, que prefigura su paridad con el euro. Esto puede hacer repuntar temporalmente alguna exportaci¨®n, aunque no compensar¨ªa ni de lejos los obst¨¢culos de entrada al gran mercado que es la UE. Sobre todo para su sector de servicios financieros: la City representa el 12% del PIB.
En las ¨¢reas m¨¢s din¨¢micas no se entiende, por ejemplo, que se sacrifique la posibilidad de acceso fluido al mercado continental. Ello ocurrir¨¢ si Londres obstaculiza la pesca europea ¡ªpara beneficiar la propia, que supone un 0,1% de su PIB¡ª, que llevar¨ªa a penalizar incluso a su exportaci¨®n de productos pesqueros, que en un 70% tienen a la UE como destino. Johnson sabr¨¢.
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