No perder ¡®Mata Mua¡¯

La salida de Espa?a de Mata Mua, de Paul Gauguin, y de otros tres valiosos cuadros de la colecci¨®n Carmen Cervera (firmados por Monet, Degas y Hopper), es una p¨¦sima noticia. Se trata de la joya de la colecci¨®n privada de la viuda del bar¨®n Thyssen, formada por 429 obras, entregadas desde 1999 en r¨¦gimen de dep¨®sito en virtud de un acuerdo con la Administraci¨®n. El pecado original est¨¢ en la naturaleza de ese pacto, que naci¨® provisional y as¨ª sigue 21 a?os despu¨¦s. La venta del gauguin, valorado en m¨¢s de 40 millones de euros, acarrear¨ªa una p¨¦rdida de valor de una colecci¨®n que ya ha sufrido severas mermas, como la de La esclusa, de John Constable, cuya venta fue autorizada ante ¡°la falta de liquidez¡± de su propietaria.

Cuando parec¨ªa que la negociaci¨®n con el Estado iba aclar¨¢ndose, gracias a un acuerdo con el anterior ministro de Cultura, Jos¨¦ Guirao, en virtud del cual se cerraba en siete millones de euros anuales el alquiler del conjunto y se permit¨ªa a la coleccionista vender los otros tres cuadros a cambio de mantener el gauguin en Espa?a, lleg¨® en abril el permiso para sacar la pintura del pa¨ªs durante la situaci¨®n de excepcionalidad de la pandemia y aprovechando la biso?ez del actual equipo de Cultura. La aparente pasividad del ministerio hizo el resto.

Es cierto que Cervera ha demostrado generosidad al permitir el disfrute de su colecci¨®n en el museo Thyssen-Bornemisza durante estos 21 a?os, pero tambi¨¦n lo es que se ha beneficiado de su costosa conservaci¨®n y mantenimiento, mientras sus piezas se iban revalorizando. No llegar a un acuerdo sobre la permanencia de estas en Espa?a ser¨ªa, por tanto, algo m¨¢s que una p¨¦rdida patrimonial. Por eso urge que Cultura solucione de una vez por todas esta situaci¨®n provisional, sin m¨¢s pr¨®rrogas de meses ni inesperadas tretas en la negociaci¨®n. Y debe hacerlo antes de que sea demasiado tarde; Cervera ha demostrado una y otra vez que su intenci¨®n es que sus cuadros se queden en Espa?a, pero nada garantiza hoy por hoy que sus herederos sean de la misma opini¨®n.