Ahora, la educaci¨®n
Las familias han tomado conciencia de las fortalezas y debilidades del sistema
Los profesores y las familias han tenido que improvisar para afrontar las consecuencias del cierre en marzo de los centros educativos. Con un trabajo en equipo digno de ser reconocido, se ha superado la falta de recursos con imaginaci¨®n y dosis de voluntarismo para no dar por perdido el curso. El resultado logrado quiz¨¢s no sea ¨®ptimo en t¨¦rminos acad¨¦micos, pero nos deja algunos aprendizajes muy valiosos desde los que poder impulsar las reformas que nuestro sistema necesita sin dilaci¨®n.
El primero es el fortalecimiento de la idea de comunidad educativa gracias al (re)encuentro de las familias con la escuela. La implicaci¨®n directa que principalmente las madres han asumido en la formaci¨®n reglada de sus hijos ha permitido a las familias tomar conciencia de las fortalezas y debilidades del sistema. Disponen, de hecho, de juicio cr¨ªtico bien formado sobre la cantidad y la utilidad de los contenidos formativos que reciben sus hijos; han tenido conocimiento directo de la vocaci¨®n firme de los docentes, as¨ª como del margen de mejora que admite su preparaci¨®n como formadores; y, finalmente, han experimentado tambi¨¦n la conveniencia de incorporar metodolog¨ªas docentes m¨¢s novedosas y eficaces para el aprendizaje. Por su parte, los centros educativos han adquirido una idea m¨¢s precisa de los entornos familiares de sus estudiantes detectando aquellos de estructura econ¨®mica o nivel cultural m¨¢s fr¨¢gil. La precariedad de estos hogares muestra una brecha de acceso y uso a recursos digitales que agranda la desigualdad hasta convertirla en un lastre definitivo para quien la sufre, si no se adoptan las medidas para remediarlo.
El segundo aprendizaje positivo redunda en la atenci¨®n que se le est¨¢ prestando a la educaci¨®n dentro de la agenda informativa y pol¨ªtica diaria. Dado que la pandemia ha servido para visibilizar con crudeza los problemas que acumula el sistema educativo, no parece responsable dejar de insistir ahora en la conveniencia de resolverlos. Con todo, abordar la cuesti¨®n con acierto exige aproximarse con voluntad de acuerdo a cada una de las cuestiones sobre los que nos vienen alertando los expertos y cuyos an¨¢lisis est¨¢n incorporados en m¨²ltiples informes.
La urgencia de preparar el pr¨®ximo curso acad¨¦mico con cierta planificaci¨®n ocupa ahora toda la atenci¨®n de los centros y de las administraciones competentes. Sin embargo, deber¨ªamos evitar que la urgencia de atender con garant¨ªas la vuelta al colegio nos impida aprovechar la oportunidad de incorporar a la conversaci¨®n las cuestiones m¨¢s estrat¨¦gicas sobre las que habr¨ªa que articular la reforma de todo el sistema educativo, tambi¨¦n lo que afecta a la Universidad. Las reformas son un imperativo si queremos fortalecer el mecanismo encaminado a formar personas cr¨ªticas en un mundo complejo y garantizar la preparaci¨®n de profesionales abocados a un mercado laboral en constante transformaci¨®n. La reconstrucci¨®n resiliente de nuestro pa¨ªs dif¨ªcilmente resultar¨¢ cre¨ªble sin tener esto bien presente. Lo dicho: ahora, toca la educaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.