Decibelios
La pol¨ªtica es ya, definitivamente, un programa basura en el que lo que est¨¢ en juego es la audiencia y no la salud de usted o la m¨ªa
Si Pablo Casado tuviera que elegir entre que a Espa?a le fuera bien con ¨¦l en la oposici¨®n o mal con ¨¦l en el Gobierno, ?qu¨¦ creen que elegir¨ªa? Pocas dudas, ?no? Esa es la cuesti¨®n de fondo. No hay otra. No hay m¨¢s an¨¢lisis que hacer. No hay que echarse las manos a la cabeza por las sandeces de Teodoro Garc¨ªa Egea, las convulsiones ret¨®ricas de ?lvarez de Toledo o la fuga del plat¨® de S¨¢lvame deluxe de Jorge Javier V¨¢zquez. Todo se reduce a lo mismo: a la cantidad de espectadores, de votos, de pasta, de ministerios, de subsecretar¨ªas, de direcciones generales y puertas giratorias. La pol¨ªtica es ya, definitivamente, un programa basura en el que lo que est¨¢ en juego es la audiencia y no la salud de usted o la m¨ªa, el bienestar de su padre o el del m¨ªo, ni siquiera la cohesi¨®n social, tan necesaria para sacar adelante un proyecto colectivo.
No, no, nada de eso.
Cada d¨ªa, a trav¨¦s de los telediarios, la prensa o la radio, los contribuyentes nos asomamos con curiosidad a esa especie de animalario climatizado en cuyo interior se relacionan los pol¨ªticos para advertir que, absortos en la lucha por su propia supervivencia, lo ¨²nico que esperan de nosotros es el aplauso cuando el regidor hace el gesto de batir las palmas o el del abucheo cuando coloca las manos alrededor de los labios en forma de bocina. Deber¨ªamos rebelarnos contra ese pobre papel binario al que pretenden reducirnos porque entre la ovaci¨®n y el silbido hay matices que deber¨ªamos practicar para que no se nos atrofien las neuronas encargadas de distinguir la riqueza de grises existentes entre el blanco y el negro. Deber¨ªan ustedes rebajar el tono para dar una oportunidad al pensamiento cr¨ªtico. No confundan los decibelios con la agudeza mental.
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