El BID y el libro de la sobrina
Al margen de interpretaciones psicologistas, al mundo le consta el sistem¨¢tico y persistente af¨¢n de Donald Trump de excluir, dividir y polarizar
Despu¨¦s del ¡°bombazo¡± de John Bolton en junio, la pr¨®xima semana Mary L. Trump, la sobrina ¨Cy psic¨®loga cl¨ªnica- har¨¢ lo suyo en C¨®mo mi familia cre¨® al hombre m¨¢s peligroso del mundo. La rese?a con la que se ha adelantado The New York Times, transmite la versi¨®n de un turbulento legado familiar de ¡°oscuridad y disfunci¨®n¡± que llev¨® al t¨ªo ¡°a adoptar el acoso y otros comportamientos agresivos para enmascarar sus propias inseguridades¡±.
Al margen de interpretaciones psicologistas, lo que al mundo s¨ª le consta es el sistem¨¢tico y persistente af¨¢n del personaje presidencial de excluir, dividir y polarizar. Y eso se ha visto tanto en pol¨ªtica interna como en el manejo persistentemente confrontacional de las relaciones internacionales. L¨®gica que, ¡°en grande¡±, se ha visto en exceso en varios escenarios internacionales (relaciones con China, Europa, ONU, etc.).
Ese manejo impacta ahora en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y en la pretensi¨®n de Trump de que en la pr¨®xima elecci¨®n de su presidente ejecutivo se vote por un estadounidense y no por un latinoamericano, contra la regla no escrita desde que se fund¨® en 1960: Washington la sede, un latinoamericano presidente y un estadounidense vicepresidente. Lo dijo Eisenhower cuando se fund¨® el banco: "Para que esta instituci¨®n tenga ¨¦xito, la funci¨®n de dirigirla debe pertenecer a los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina". Y en esa direcci¨®n se ha avanzado.
Expresidentes y excancilleres latinoamericanos se vienen pronunciando contra esa posibilidad. Ser¨ªa ¡°un quiebre, con obvias derivaciones pol¨ªticas, en el quehacer de uno de los instrumentos m¨¢s eficaces para la convivencia hemisf¨¦rica¡±. Contra viento y marea, sin embargo, se intenta llevar a cabo esta elecci¨®n en septiembre, dos meses antes de las elecciones del 4 de noviembre en las que el pueblo estadounidense podr¨ªa optar porque el gobierno cambie de rumbo.
En cualquier contexto ser¨ªa muy grave poner en peligro la estabilidad y dinamismo del banco de desarrollo m¨¢s importante para Am¨¦rica Latina. Alterar reglas de distribuci¨®n de poder, que han funcionado bien y que se han ido adaptando a nuevos contextos y retos, es peligroso. M¨¢xime si este a?o el producto regional caer¨¢ 9,4%, de acuerdo al FMI, la regi¨®n en desarrollo m¨¢s afectada econ¨®micamente por la pandemia.
Si hay una mayor¨ªa accionaria hoy, esta es la de los pa¨ªses de Latinoam¨¦rica y el Caribe, a quienes les pertenece el 50,015% del capital. Tres razones, adem¨¢s del acuerdo no escrito con Eisenhower en 1958, para que la presidencia del Banco corresponda a un(a) latinoamericano(a) y no a quien ha presentado el Departamento del Tesoro.
Uno: el BID es el principal banco multilateral para Latinoam¨¦rica y el Caribe. Como es obvio, quienes mejor conocen la regi¨®n, sus retos y sus complejidades son los latinoamericanos. Alguien de afuera o -peor- que sigue viendo a la regi¨®n como ¡°patio trasero¡±, generar¨ªa polarizaci¨®n interna y debilitar¨ªa al BID como espacio multilateral en una dram¨¢tica situaci¨®n de recesi¨®n como la actual.
Dos: de perder Trump el 4 de noviembre, quedar¨ªa un legado completamente ¡°disfuncional¡±. Un presidente de la instituci¨®n (?por cinco a?os!) que es, nada menos, que el principal consejero de un mandatario saliente e impulsor de la cuestionada pol¨ªtica actual de la Casa Blanca hacia Am¨¦rica Latina.
Tres: la visi¨®n del candidato estadounidense (Claver-Carone) corresponde a viejos conceptos de guerra fr¨ªa, no al rico escenario multipolar actual en el que los pa¨ªses latinoamericanos han diversificado su comercio e inversi¨®n. Por ejemplo, acus¨® al Per¨², en enero de este a?o, de tener relaciones comerciales ¡°innaturales¡± con China. Contrario sensu, lo ¡°natural¡±: ?solo con EE UU?
?Es inevitable la elecci¨®n del candidato del Gobierno estadounidense? El peso de cada cual est¨¢ en su porci¨®n del capital del Banco. Y EE UU, con 30% del capital, es el principal accionista y tiene, sin duda, importante poder de voto. Coaligarse con algunos latinoamericanos para tener una mayor¨ªa no es imposible.
Sin embargo, como muchos lo est¨¢n planteando, los pa¨ªses que no quieren ver afectado el funcionamiento del BID pueden aspirar en lo inmediato a que se postergue la elecci¨®n de su presidente ejecutivo. Para que se lleve a cabo en noviembre o diciembre, despu¨¦s de la votaci¨®n en EE UU. Para la postergaci¨®n, como es sabido, se requiere la decisi¨®n de pa¨ªses socios que representen al menos el 25% del capital. Esto, realistamente, es viable.
Veamos c¨®mo. De un lado, el peso de los pa¨ªses europeos y asi¨¢ticos, que tienen, en conjunto, 15,979% de las acciones. Canad¨¢ tambi¨¦n es socio, y su participaci¨®n tiene m¨¢s peso accionario que la mayor¨ªa de pa¨ªses latinoamericanos. En total estamos hablando de un 20% que potencialmente podr¨ªa interesarse en que el banco no se convierta en un ring de boxeo.
A ello se podr¨ªan sumar pa¨ªses latinoamericanos ¡°expectantes¡±, como Argentina, Chile, Per¨² y Uruguay (17% m¨¢s). Sobre M¨¦xico, estar¨ªa por verse. Se especula que en el t¨®rrido encuentro de esta semana en Washington el tema habr¨ªa sido tratado; se entiende que para comprometer a M¨¦xico con el candidato estadounidense.
Con o sin M¨¦xico, no obstante, podr¨ªa gestarse el peso accionario necesario para posponer la elecci¨®n. Evitando, as¨ª, que se abra para el BID un escenario de crisis de gobernabilidad interna y de trastocamiento de vigentes din¨¢micas ¡°innaturales¡± comerciales y financieras de apertura al mundo.
El multilateralismo y el pluralismo, valores esenciales para una instituci¨®n financiera de esta naturaleza, deben ser preservados y consolidados en el BID. No atropellados poni¨¦ndolo en riesgo en este momento cr¨ªtico.
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