Genocidio en Europa
Un cuarto de siglo despu¨¦s, Srebrenica se mantiene como un poderoso recordatorio del poder del odio y de que nunca se puede mirar hacia otro lado cuando este empieza a circular en una sociedad
Muy pocas veces en la historia una sentencia de la justicia internacional ha escrito la palabra genocidio. Es un crimen que resulta dif¨ªcil de probar y que solo en contadas ocasiones acaba reflejado en un documento jur¨ªdico. En el caso de Srebrenica ¡ªla matanza de 8.000 musulmanes bosnios por milicias serbias hace hoy 25 a?os¡ª el Tribunal de La Haya para la antigua Yugoslavia ha considerado probado en varias sentencias que se cometi¨® el crimen de cr¨ªmenes, que condena la voluntad de exterminar a seres humanos por el ¨²nico delito de pertenecer a un grupo ¨¦tnico, nacional o religioso. Un cuarto de siglo despu¨¦s de aquellos hechos, que tuvieron lugar ante la mirada impotente cuando no c¨®mplice de la comunidad internacional, Srebrenica se mantiene como un poderoso recordatorio del poder del odio y de que nunca se puede mirar hacia otro lado cuando este empieza a circular en una sociedad.
Veinticinco a?os despu¨¦s de aquella masacre, Bosnia-Herzegovina es un pa¨ªs que se mantiene en paz y eso ya es mucho tras un conflicto tan salvaje, prolongado entre abril de 1992 y diciembre de 1995, con 100.000 muertos y 1,8 millones de desplazados. Sin embargo, resulta dif¨ªcil considerar que es un Estado consolidado: las tres comunidades que lo forman, musulmanes, croatas y serbios, viven de espaldas, en dos entidades diferentes, con instituciones fr¨¢giles, sin reconciliaci¨®n ni un relato com¨²n sobre lo ocurrido durante la guerra.
La justicia internacional s¨ª ha sido capaz en cambio de fijar una verdad sobre aquellos tres a?os: una limpieza ¨¦tnica organizada, mayoritariamente por parte de los serbios, de la que fueron sobre todo v¨ªctimas los musulmanes, durante la que se cometieron cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad. Solo en el caso de Srebrenica se ha decretado el delito de genocidio, considerando igualmente culpable al responsable militar de los cr¨ªmenes, Ratko Mladic, como al intelectual, Radovan Karadzic.
Cuando la ciudad fue asaltada, Srebrenica se encontraba bajo la protecci¨®n de Naciones Unidas, en concreto de los cascos azules holandeses, que entregaron sin resistencia a los varones musulmanes para ser fusilados en masa. Los Pa¨ªses Bajos han reconocido su responsabilidad, una culpa que comparten con el resto de los Estados que deber¨ªan haber velado por aquellos que hab¨ªan prometido proteger. Un cuarto de siglo despu¨¦s, en diferentes lugares del mundo, han continuado las matanzas, contra los rohingyas en Myanmar o los yazid¨ªes en Siria e Irak, y Naciones Unidas ha mostrado la misma impotencia. La herencia m¨¢s terrible de Srebrenica es que, hoy por hoy, la comunidad internacional no tiene ninguna forma de garantizar que no volver¨¢ a ocurrir.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.