Intromisi¨®n en el BID
Trump propone un presidente para una instituci¨®n que ha sido decisiva para sostener el desarrollo de Latinoam¨¦rica
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha dado una vez m¨¢s una desagradable lecci¨®n de inoportunidad al proponer como candidato a la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) al estadounidense de origen cubano Mauricio Claver-Carone. El BID ha estado gobernado durante sus sesenta a?os de vida por directivos latinoamericanos, como una muestra del equilibrio que quer¨ªa alcanzar la instituci¨®n entre su car¨¢cter financiero y sus funciones sociales, esenciales para el desarrollo en el espacio del continente. No es una cuesti¨®n de historia ni de precedentes; se trata de que el BID cumple un prop¨®sito democr¨¢tico y social. Y en ese prop¨®sito es esencial que la instituci¨®n no se polarice en t¨¦rminos pol¨ªticos o ideol¨®gicos.
Dice Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, que Latinoam¨¦rica se encuentra en una situaci¨®n delicada y que es necesario que sus econom¨ªas nacionales afronten desaf¨ªos considerables. Pero la peor manera de afrontar esos retos hoy es la de imponer un candidato estadounidense, sujeto, tal como reflejan los precedentes, a los caprichos y arbitrariedades de una Administraci¨®n incapaz de desarrollar conceptos b¨¢sicos para el buen funcionamiento de la econom¨ªa mundial como la libertad de comercio, los convenios interregionales o los factores de desarrollo que van un poco m¨¢s all¨¢ de su concepci¨®n paleoliberal de la econom¨ªa. Claver-Carone abre una brecha de desconfianza pol¨ªtica en un banco que ha sido decisivo para sostener el desarrollo en la regi¨®n y para mitigar la pobreza galopante en algunos de ellos.
La inoportunidad se convierte en lacerante cuando se advierte que la epidemia de la covid-19 va a causar enormes da?os en las econom¨ªas de la regi¨®n. Las proyecciones del FMI estiman ca¨ªdas del PIB superiores al 10% en algunos pa¨ªses, con el agravante de que su estructura institucional transforma con rapidez la recesi¨®n en pobreza aguda. La recuperaci¨®n de las econom¨ªas latinoamericanas, fuertemente tocadas por la deuda y sin recursos de inversi¨®n propios, va a requerir un esfuerzo econ¨®mico agudo para sostener el tejido empresarial y el empleo. Lo que menos se necesita es la vuelta a un paleoliberalismo generador de pobreza, actuando a trav¨¦s de una instituci¨®n que es m¨¢s que un banco.
Washington ha aprovechado la debilidad de los Gobiernos latinoamericanos para programar una intervenci¨®n que no suscita sino desconfianzas. Europa debe oponerse a este golpe de mano y jugar la carta de la racionalidad. Porque si la salida de la crisis en Latinoam¨¦rica no se gestiona con gasto social e inversi¨®n productiva, y se recurre a la salida made in Trump, podemos estar ante los proleg¨®menos de otra convulsi¨®n financiera global. O, por lo menos, estaremos alimentando sus causas.
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