Hamilton debe esperar
Este endeudamiento enorme y a largo plazo es solo un precedente que demuestra lo que puede hacer la UE cuando se lo propone
El secretario del Tesoro, Alexander Hamilton, consigui¨® en 1790 la anulaci¨®n de la deuda hist¨®rica de las 13 colonias fundacionales de EE UU y la endos¨® al Gobierno federal. Cre¨® tambi¨¦n el primer banco central, de peripecia corta y accidentada. Y los primeros impuestos federales.
Aquel salto hist¨®rico del federalismo estadounidense se ha convertido en la bandera del trabajoso acuerdo obtenido por los 27 para financiar la recuperaci¨®n econ¨®mica con deuda emitida desde Bruselas. Tambi¨¦n por primera vez, los pa¨ªses socios, situados al borde de una recesi¨®n abismal, han decidido acudir conjuntamente a los mercados de deuda para financiar un paquete de pr¨¦stamos y subvenciones con el que estimular las econom¨ªas y propiciar las transiciones verde y digital.
Es solo un nuevo y peque?o paso hacia la uni¨®n fiscal, que terminar¨¢ necesitando su correspondiente Tesoro hamiltoniano. Pero tambi¨¦n es una oportunidad para que el euro se establezca como moneda de referencia internacional, en el momento en que el liderazgo pol¨ªtico del pa¨ªs del d¨®lar se halla en el punto m¨¢s bajo de los ¨²ltimos 70 a?os.
La emisi¨®n de los eurobonos, que contar¨¢n con la triple A de m¨¢xima clasificaci¨®n, rompe muchos tab¨²es. No hay una anulaci¨®n de las deudas de los estados nacionales como la que hizo Hamilton, pero es una transici¨®n desde la estabilidad rigurosa a una incierta y obligada solidaridad. Con penosas contrapartidas, exigidas por el torturado consenso europeo: recorte de las subvenciones de los 500.000 millones, inicialmente acordados por Merkel y Macron, a 390.000; desatenci¨®n a la condicionalidad del Estado de derecho, tan manoseado en Polonia y Hungr¨ªa; mantenimiento de los cheques nacionales de inspiraci¨®n thatcheriana para los frugales, convertidos en el relevo euroesc¨¦ptico de Londres tras el Brexit; y, sobre todo, la limitada ambici¨®n de un presupuesto plurianual hasta 2027 que recorta las mismas partidas que se quiere estimular con el fondo de recuperaci¨®n (transici¨®n energ¨¦tica, investigaci¨®n o sanidad).
El precio vale la pena. Lo vale incluso la vigilancia mutua sobre la gesti¨®n de los fondos y el freno que permite denunciar a los incumplidores. Puede ser fuente de conflictos entre frugales y derrochadores, pero tambi¨¦n una garant¨ªa. Este endeudamiento enorme y a largo plazo es solo un precedente que demuestra lo que puede hacer la UE cuando se lo propone. Solo si tiene ¨¦xito, si se invierte bien y la burocracia y la corrupci¨®n no lo corroen, valdr¨¢ como precedente y m¨¢s tarde llegar¨¢ Hamilton.
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