La mirada

Despu¨¦s de un a?o, al abrir las ventanas para que se oree la vieja casa de verano, te envuelve el aire dulz¨®n que expelen los muebles, los libros, los visillos, los armarios, la cocina, con un sabor familiar que no te ha abandonado. La imagen del tiempo se halla en esa cesta donde hab¨ªan quedado olvidados algunos peri¨®dicos y revistas. Sus titulares se refieren al encono pol¨ªtico entre partidos, a algunas tragedias y esc¨¢ndalos, que eran noticia el verano pasado. Este invierno ha habido duros temporales, algunos muy aciagos, que hab¨ªan destruido gran parte de la costa. Sobre los titulares de esos peri¨®dicos viejos se ha posado un moho amarillo y de las cat¨¢strofes meteorol¨®gicas apenas quedan vestigios. Aquellos sucesos te parecen inanes y ligeros frente a la gran pandemia que asola hoy al mundo entero. As¨ª ha rodado tambi¨¦n el tiempo sobre tu rostro. Despu¨¦s de un a?o, el espejo del cuarto de ba?o, testigo de cargo de tus ¨¦xitos y fracasos, guarda todav¨ªa la imagen que le dejaste al terminar las vacaciones en septiembre de regreso a la ciudad, pero ahora con la boca y la nariz tapados para que el virus no te mate, el espejo solo puede reconocerte por los ojos, como sucede tambi¨¦n entre las personas. Cuando alguien se acerca a hablarte te preguntas a qui¨¦n pertenece ese medio rostro cubierto por la mascarilla. Recuerdas el aforismo de Antonio Machado: ¡°El ojo que ves no es ojo porque t¨² lo veas; es ojo porque te ve¡±. Ahora deber¨¢s adivinar en los dem¨¢s la alegr¨ªa, el miedo, la sorpresa que expresa su mirada, limpia o sucia, oscura, verde o azul. Aunque las noticias de la peste un d¨ªa se cubran tambi¨¦n de moho en los peri¨®dicos olvidados en la cesta del tiempo, puede que esta tragedia nos haya ense?ado a mirar con nuevos ojos la vida. El poder de la mirada ser¨¢, tal vez, en el futuro la gran aportaci¨®n cultural de esta pandemia.