El pentagrama nicarag¨¹ense
El monro¨ªsmo planetario de EE UU no tiene cura. Pero no hay peor imperialismo que el colonialismo interno de Nicaragua, que se torna violencia opresiva revestido de ret¨®rica antiimperial
El inter¨¦s por el 41 aniversario de la revoluci¨®n sandinista, que enamor¨® a medio mundo y hoy espanta, qued¨® reducido a la mascarilla de Daniel Ortega y a las adivinanzas sobre la estrella pentagonal que decor¨® la plaza de los discursos, atribuida al esoterismo de Rosario Murillo, tan respetable como la magia renacentista de La Clav¨ªcula de Salom¨®n o la narrativa de La gallina negra. Los vivas a Sandino y a la patria, las arengas oficiales de la efem¨¦rides, m¨¢s parec¨ªan responsos por una revoluci¨®n malograda por la adicci¨®n al poder de la pareja presidencial y la conculcaci¨®n de derechos y libertades, conquistados por las milicias sandinistas cuando entraron en Managua tras acabar con Somoza, reconocido por Franklin Roosevelt como un hijo de puta en plantilla.
La solidaridad internacional que ayud¨® a reducir injusticias sociales en Nicaragua, rep¨²blica bananera hasta 1979, habr¨¢ observado amargamente el nuevo cumplea?os del fraude ideol¨®gico concebido hace dos decenios, cuando Ortega y el Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional perdieron la presidencia a manos de Violeta Chamorro. El FSLN la recuper¨® en 2006 con una camarilla adue?ada del Estado y comprometida a no repetir el error de perder en las urnas lo ganado con las armas. Apenas hubo en democracia en Nicaragua, pero los cimientos para edificarla se hundieron durante la reaccionaria traves¨ªa de la pareja hacia su perpetuaci¨®n en palacio.
El renacimiento de la normalidad institucional no es previsible porque, al igual que en Venezuela, la prioridad es eludirla con represi¨®n y enga?osas negociaciones. Pero no todo es culpa de la autocracia sandinista y el intervencionismo yanqui: las maquinaciones para capturar elecciones contaron con la complicidad del poder econ¨®mico, la derecha corrupta de Arnoldo Alem¨¢n y la doblez de cardenal Obando, que llam¨® serpiente a Ortega y despu¨¦s cas¨® con Rosario, en santo matrimonio, tras lograr que el C¨®digo Penal castigara con c¨¢rcel el aborto terap¨¦utico. El enriquecimiento de familia y cortesanos, controlando medios de comunicaci¨®n, gasolineras y la importaci¨®n de hidrocarburos, convive con la terrible pobreza de la mayor¨ªa. La Carta abierta a la izquierda desde la izquierda, publicada hace dos a?os por 394 personas, entre ellas decenas de voluntarios espa?oles arremangados por Nicaragua, sigue vigente. Su honradez contrasta con la indignidad de las jefaturas partidistas que callan arguyendo que criticar al FSLN es abrir fisuras frente al imperialismo, desconociendo que la gobernaci¨®n de Ortega y Murillo dej¨® de pertenecer al mundo de la izquierda y el progresismo.
El monro¨ªsmo planetario de Estados Unidos no tiene cura. Pero, como subray¨® la carta, no hay peor imperialismo que el colonialismo interno de Nicaragua. Lo secundan la complicidad de casta de la izquierda revolucionaria del Foro de S?o Paulo y la espa?ola que hace la vista gorda.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.