Cualificaci¨®n t¨¦cnica

De los cerca de 23 millones de espa?oles que constituyen la poblaci¨®n activa del pa¨ªs, casi la mitad (11 millones) carece de estudios que les acrediten para el ejercicio de una profesi¨®n. Este dato indica mejor que cualquier otro las limitaciones de Espa?a a la hora de enfrentar las transformaciones tecnol¨®gicas y productivas en curso, que exigen cada vez un mayor nivel de cualificaci¨®n. El Gobierno acaba de dar un paso importante para la reforma de la Formaci¨®n Profesional, una asignatura pendiente que han suspendido hasta ahora los sucesivos planes y leyes educativas.

La Formaci¨®n Profesional debe ser una opci¨®n de prestigio y dejar atr¨¢s la etapa en la que era considerada una respuesta al fracaso escolar. El abandono prematuro debe combatirse desde el propio sistema educativo incidiendo sobre las causas sociales. La FP no debe concebirse como una alternativa de resignaci¨®n, sino como un itinerario espec¨ªfico capaz de ofrecer expectativas laborales y profesionales de calidad y dar respuesta a las necesidades del sistema productivo. El Centro Europeo para el Desarrollo de la Formaci¨®n Profesional (CEDEFOP) prev¨¦ que en el a?o 2025, el 37% de los puestos de trabajo en Espa?a requerir¨¢ un alto nivel de cualificaci¨®n, el 49% un nivel medio y solo un 14% precisar¨¢ un nivel bajo. A pesar de que en los ¨²ltimos cinco a?os ha aumentado un 20% el n¨²mero de alumnos matriculados, la FP apenas atrae al 12% de los j¨®venes, frente al 25% de otros pa¨ªses de nuestro entorno. La reforma en curso debe dar respuesta a este desaf¨ªo.

Con una inversi¨®n de 1.500 millones de euros en cuatro a?os, la bater¨ªa de medidas propuestas ¡ªque incluyen la unificaci¨®n de las diferentes ramas en un sistema ¨²nico y un aumento de la oferta en 200.000 nuevas plazas¡ª son un buen punto de partida, a condici¨®n de que se mejore al mismo tiempo la calidad docente. Los cursos de formaci¨®n en competencias digitales para el actual profesorado son esenciales, aunque dada la naturaleza de las nuevas profesiones t¨¦cnicas, m¨¢s bien hay que pensar en una formaci¨®n permanente que actualice las habilidades docentes de los propios formadores.

El otro gran puntal de la reforma es la revisi¨®n de las titulaciones para que puedan adaptarse mejor a las demandas del sistema productivo. Las 176 que se ofrecen ahora no son pocas, pero hay importantes lagunas para cubrir las profesiones que surgir¨¢n de la actual revoluci¨®n tecnol¨®gica, especialmente en el ¨¢mbito de la inteligencia artificial, la digitalizaci¨®n y la innovaci¨®n. El diagn¨®stico est¨¢ bien hecho, la reforma est¨¢ en marcha, pero para que tenga ¨¦xito es necesaria la colaboraci¨®n del tejido empresarial y un cambio de mentalidad que valore mucho m¨¢s la importancia de invertir en capital humano y conocimiento.