Las tres crisis de la Monarqu¨ªa

Durante d¨¦cadas, la monarqu¨ªa espa?ola se erigi¨® como una figura de consenso que gozaba de la confianza de una porci¨®n muy relevante de la ciudadan¨ªa. Gracias a su transversalidad, la jefatura de Estado cumpl¨ªa de forma razonable su principal cometido de representar simb¨®licamente la unidad de todos los espa?oles. Sin embargo, durante la ¨²ltima d¨¦cada, la Corona ha perdido gran parte de ese consenso que le caracterizaba y se encuentra en una crisis sin precedentes.

La instituci¨®n se enfrenta a tres grandes crisis: ideol¨®gica, territorial y generacional. En primer lugar, la Corona ha perdido su tradicional transversalidad ideol¨®gica. Si bien antes de la Gran Recesi¨®n gozaba de unos niveles de reconocimiento elevados tanto en la derecha como en la izquierda, en la actualidad ha perdido la confianza de una gran parte de los espa?oles progresistas. Es cierto que la derecha ha valorado siempre mejor a la monarqu¨ªa, pero en los ¨²ltimos a?os la polarizaci¨®n de opiniones entre izquierda y derecha ha aumentado de forma muy acusada.

En segundo lugar, las opiniones sobre la Corona se han polarizado tambi¨¦n territorialmente. Ha logrado mantener niveles razonables de apoyo en comunidades como Castilla-La Mancha, Baleares, Murcia o Extremadura. Sin embargo, en otros territorios, y muy en particular en Catalu?a, Navarra y Pa¨ªs Vasco, la desconfianza es ahora generalizada. Y en tercer lugar, la monarqu¨ªa sufre una crisis generacional, muy especialmente entre los espa?oles de izquierdas. En las encuestas de 2019 (previas al esc¨¢ndalo del rey em¨¦rito) la monarqu¨ªa a¨²n gozaba de cierto apoyo entre los espa?oles de izquierdas m¨¢s mayores, pero el rechazo entre los j¨®venes y de mediana edad era abrumador: tres de cada cuatro espa?oles de izquierdas menores de 50 a?os ya no confiaban en la Corona.

No hay duda de que los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n de Juan Carlos I est¨¢n acorralando a la Casa del Rey. Pero tambi¨¦n podr¨ªa tener efectos nocivos para el Gobierno de coalici¨®n, pues es una fuente de conflicto entre los dos socios. El rechazo a la Corona es casi un¨¢nime entre los votantes de Unidas Podemos, pero divide al electorado del PSOE. Desde una perspectiva electoral, Podemos se encuentra ante una oportunidad ¨²nica para usar esta cuesti¨®n con el fin de abrir una fisura en las bases socialistas que le permita ganar votos a su costa. Mientras los esc¨¢ndalos del rey em¨¦rito copen la actualidad, el PSOE se encontrar¨¢ en la dif¨ªcil situaci¨®n de gestionar a su electorado dividido: cualquier declaraci¨®n en un sentido u otro le puede acarrear el desafecto de una parte de su electorado.

La crisis del rey em¨¦rito puede poner en descubierto la tradicional tensi¨®n entre cooperaci¨®n y conflicto inherente en los gobiernos de coalici¨®n. Puede que PSOE y Podemos deseen ser socios leales de gobierno, pero no pueden evitar seguir siendo rivales en las urnas.