Reflejos neotomanos
Las ambiciones de Turqu¨ªa en el Mediterr¨¢neo oriental son un factor de riesgo en la regi¨®n
La Turqu¨ªa de Erdogan se est¨¢ afirmando con fuerza como una potencia regional revisionista, que se inspira en la geograf¨ªa del imperio otomano para asentar los ensue?os de una futura hegemon¨ªa. Nada distinto a la actitud de Vladimir Putin respecto al imperio ruso, a Xi Jinping con su expansionismo en los mares y territorios circundantes de su pa¨ªs o a Narendra Modi con su Hindutva, la ideolog¨ªa nacionalista hind¨² con la que ha eliminado la autonom¨ªa de Cachemira.
Erdogan lleva 17 a?os en el poder, 11 como primer ministro y seis ya como jefe del Estado de una rep¨²blica devenida presidencialista. El islamismo pol¨ªtico que propugna le ha permitido retroceder en gran parte de los logros laicistas de Atat¨¹rk, el modernizador y fundador de la rep¨²blica. Autoritario hacia adentro y unilateralista hacia afuera, es un dirigente perfectamente adaptado a la era de Trump, de cuya inhibici¨®n en Oriente Pr¨®ximo est¨¢ sacando abundantes rendimientos pol¨ªticos.
A la preocupaci¨®n que suscita su ascenso autoritario se a?aden los efectos de su revisionismo en las relaciones exteriores, cuya ¨²ltima manifestaci¨®n es el despliegue de su flota de guerra en apoyo de las prospecciones petrol¨ªferas en aguas que no le pertenecen. La acci¨®n de Erdogan en toda la regi¨®n es un factor de riesgo, tal como demuestran la cadena de incidentes navales registrados con Grecia, Chipre y Francia, en una ins¨®lita exhibici¨®n de la incoherencia turca respecto a su pertenencia a la OTAN y a sus relaciones con la Uni¨®n Europea.
Si bien la disonancia entre la acci¨®n exterior de Erdogan y la de los socios europeos tiene sus puntos de fricci¨®n m¨¢s serios en los l¨ªmites mar¨ªtimos con Grecia y en el Chipre todav¨ªa dividido, tambi¨¦n se perciben en la regi¨®n fronteriza con Siria y en la Libia dividida y en guerra civil. El potencial explosivo de la deriva geopol¨ªtica turca alcanza incluso al conflicto palestino-israel¨ª, a la inestabilidad de un pa¨ªs en crisis como L¨ªbano y, por supuesto, a la creciente tensi¨®n entre las monarqu¨ªas sun¨ªes del golfo ?rabe y el Ir¨¢n chi¨ª.
Turqu¨ªa, pa¨ªs crucial en la geometr¨ªa pol¨ªtica de Oriente Pr¨®ximo, ha demostrado su capacidad para utilizar como arma pol¨ªtica los flujos de inmigraci¨®n y las redes de penetraci¨®n terroristas. Sus esfuerzos para alejarse de los valores pluralistas se han reflejado dram¨¢ticamente en la recuperaci¨®n de la milenaria bas¨ªlica bizantina de Santa Sof¨ªa como mezquita. A pesar de esta deriva, la UE debe poner todo de su parte para que Turqu¨ªa no siga alej¨¢ndose. No es una cuesti¨®n que concierna tan solo a los socios europeos y a su persistente dificultad para establecer una pol¨ªtica exterior com¨²n. Entre otras razones, porque la emergencia neotomana tendr¨ªa menos fuerza sin la erosi¨®n del orden internacional y el vac¨ªo geopol¨ªtico que ha creado Trump en Oriente Pr¨®ximo.
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