Cambios en el PP
El cese de ?lvarez de Toledo deber¨ªa ser el inicio de una estrategia m¨¢s moderada
La destituci¨®n de Cayetana ?lvarez de Toledo como portavoz parlamentaria del PP constituye un giro de envergadura en el primer partido de la oposici¨®n que solo el tiempo dir¨¢ si es ideol¨®gico y de calado o meramente t¨¢ctico. El relevo adquiri¨® el lunes un relieve especial por la comparecencia de alto voltaje que protagoniz¨® la diputada a las puertas del Congreso para explicar las desavenencias que el l¨ªder del PP le hab¨ªa expresado. Seg¨²n su versi¨®n, Pablo Casado cree que la ¡°concepci¨®n de la libertad¡± de la portavoz es incompatible con su autoridad, que sinti¨® cuestionada en la entrevista que concedi¨® a este periodico. ?lvarez de Toledo asegur¨® que no ha tenido autonom¨ªa para ejercer su cargo, y se?al¨® los pactos con Vox que permiten gobernar a barones supuestamente moderados, en alusi¨®n al alcalde de Madrid, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, que ser¨¢ portavoz nacional del partido.
Esa concepci¨®n de la libertad de ?lvarez de Toledo no resulta convincente cuando lo que ha practicado ha sido la polarizaci¨®n, el tono bronco y un discurso que excluye a otras fuerzas del ejercicio del poder que les otorga leg¨ªtimamente la soberan¨ªa conseguida con sus votos. El improperio contra Pablo Iglesias, al que calific¨® de ¡°hijo de terrorista¡±, es una grave vulneraci¨®n de la atm¨®sfera de convivencia que debe primar en la pol¨ªtica en general y en el Congreso especialmente.
Cuando Casado eligi¨® a ?lvarez de Toledo para un puesto tan visible y clave como el de portavoz, lo hizo como apuesta personal, a sabiendas de que no sintonizaba con los discursos m¨¢s moderados de algunos barones y de dirigentes de la etapa de Rajoy que entonces pasaron a segundo plano. Su salida y el protagonismo que concede desde ahora a Almeida, a Ana Pastor como vicesecretaria de Pol¨ªtica Social, y a Cuca Gamarra en sustituci¨®n de la propia ?lvarez de Toledo es un giro en toda regla en un momento en que la fatiga por la crispaci¨®n es notoria, en que el pa¨ªs necesita consensos para afrontar la reconstrucci¨®n sanitaria y econ¨®mica y, por ende, en que ha visto que la estrategia de tierra quemada daba muchos menos frutos que la practicada por los dirigentes m¨¢s moderados de su partido.
Casado ha jugado a la demolici¨®n del Gobierno, al que ha llegado a negar su respaldo en las dos ¨²ltimas pr¨®rrogas del estado de alarma; lo ha acusado de atrocidades en la pandemia sin poder demostrar una mejor pr¨¢ctica en las autonom¨ªas que controla, especialmente en una Comunidad de Madrid azotada por los errores de Isabel D¨ªaz Ayuso, su otra gran apuesta personal, y se ha dejado arrastrar por Vox a posiciones discutibles en un partido con vocaci¨®n de volver a encabezar el Gobierno que ha ejercido durante 15 a?os en democracia.
Espa?a necesita recuperar una cultura de negociaci¨®n que logre frutos en pactos vitales para la convivencia democr¨¢tica y la lucha contra la recesi¨®n econ¨®mica. La necesidad de unos Presupuestos que canalicen las inyecciones de dinero europeo, la urgencia de afrontar con consensos el fortalecimiento de la sanidad y la escolarizaci¨®n segura de los menores, la renovaci¨®n de ¨®rganos como el CGPJ o el Tribunal Constitucional y de otras instituciones bloqueadas y la determinaci¨®n de que este pa¨ªs avance con acuerdos y sin crispaci¨®n son claves para el futuro. Los nombramientos de Casado pueden ser indicio de otra manera de hacer pol¨ªtica. Pero ahora tienen que plasmarse en hechos concretos.
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