La oportunidad de una apuesta por el talento
Los fondos europeos pueden generar un rearme de la ciencia espa?ola, hoy azotada por la marcha de cient¨ªficos al exterior y el envejecimiento. Se requiere un programa que aproveche la ocasi¨®n
Una parte de los fondos europeos que llegar¨¢n a Espa?a en los pr¨®ximos dos a?os deben dirigirse a inversiones que propicien un aumento de la productividad de nuestra econom¨ªa en el medio plazo. Puesto que las demandas surgidas de las necesidades inmediatas van a ser irresistibles y, esta vez, muy justificadas, ser¨ªa sabio comprometer sin tardanza los fondos para los proyectos con este fin. En el art¨ªculo La oportunidad de una apuesta industrial que, con Emiliano L¨®pez, publicamos en El PA?S el 15 de julio de este a?o, y que respond¨ªa a discusiones con un grupo m¨¢s amplio que incluye, entre otros, a Joaquim Coello, Emiliano L¨®pez y Miquel Puig, urg¨ªamos a abrir de inmediato un proceso transparente, abierto y competitivo que llegue a concretar este compromiso.
En el esp¨ªritu de contribuir al necesario debate quisiera formular una propuesta espec¨ªfica en un aspecto central de las pol¨ªticas de fomento de la productividad: el de la atracci¨®n y retenci¨®n de talento.
No es necesario argumentar cu¨¢n crucial es para el impulso de la productividad y la generaci¨®n de valor econ¨®mico la disponibilidad de un buen sistema de I+D+i. Desgraciadamente, y como es bien sabido, en esta dimensi¨®n vamos retrasados respecto a la media europea. Para mejorar la situaci¨®n hay que actuar en m¨²ltiples direcciones. Muy en particular, es imprescindible hacerlo sobre uno de los motores esenciales de un buen sistema de I+D+i, a saber, la cantidad y la calidad del talento que reside en el sistema de universidades, investigaci¨®n e innovaci¨®n.
Una variedad de programas de la administraci¨®n central (por ejemplo, el Ram¨®n y Cajal) y de las autonom¨ªas (por ejemplo, Icrea en Catalu?a o Ikerbasque en Euskadi) demuestran claramente el alto rendimiento de las pol¨ªticas de atracci¨®n y retenci¨®n de talento. Para el Ram¨®n y Cajal v¨¦ase el reciente Proyecto 5 (I+D+i) del Spending Review de la Airef: Evaluaci¨®n del gasto p¨²blico 2018. Para Icrea simplemente un dato, proporcionado por Biocat: el 70% de la financiaci¨®n levantada por start-ups biotecnol¨®gicas catalanas lo ha sido por aquellas que cuentan con un investigador Icrea entre sus fundadores. Necesitamos m¨¢s programas como estos.
La propuesta concreta ser¨ªa implementar un programa extraordinario de atracci¨®n y retenci¨®n de talento al que se dedicar¨ªan 1.000 millones de euros. El programa ser¨ªa sin duda bien visto por la UE. La I+D+i es una prioridad gen¨¦rica para la misma. Adem¨¢s, en el marco m¨¢s espec¨ªfico de la Recovery and Resilience Facility la investigaci¨®n sobre biomedicina es una necesidad imperativa en la faceta de Recovery, y la sostenibilidad y digitalizaci¨®n, incluida la investigaci¨®n, est¨¢ expl¨ªcitamente priorizada en la de Resilience.
Espa?a tiene en este momento una ocasi¨®n de oro, que podr¨ªa devenir, sin embargo, en una ocasi¨®n de plomo. Por un lado, sin llegar todav¨ªa a extremos italianos pero aceler¨¢ndose, dispone de una di¨¢spora cient¨ªfica considerable form¨¢ndose, consolid¨¢ndose y tejiendo redes en el mundo. Por otro, cuenta con un plantel de investigadores escaso (6,8 por mil habitantes versus 7,9 de media europea) y envejecido (50% de los catedr¨¢ticos de universidad est¨¢n por encima de los 60 a?os, m¨¢s de 5.000 se jubilar¨¢n en la pr¨®xima d¨¦cada). Que esa oferta disponible y esa demanda potencial se encuentren, que sea oro y no plomo, depende de que tengamos un catalizador: podr¨ªa serlo un programa extraordinario de talento incluido en el plan europeo. La alineaci¨®n de disponibilidad de talento, de disponibilidad de puestos de trabajo y de disponibilidad de recursos ofrece una oportunidad ¨²nica con efectos permanentes. Si no la dejemos pasar, su impacto puede ser revolucionario. Si la dejamos pasar pensemos que la universidad espa?ola todav¨ªa siente la descapitalizaci¨®n de las depuraciones y el exilio que siguieron a la Guerra Civil.
Los fondos europeos son de una sola vez (one-shot). No ser¨ªa l¨®gico utilizarlos para financiar contratos indefinidos. Pero s¨ª contratos de cinco a?os del tipo Ram¨®n y Cajal. En la actualidad (2019) el Programa Estatal de Promoci¨®n del Talento y su Empleabilidad en I+D+i gestiona aproximadamente el 5% del presupuesto del Estado en I+D+i. El programa incluye el subprograma Ram¨®n y Cajal que, con una asignaci¨®n de 62 millones de euros, permite 200 contrataciones (por cinco a?os). Por tanto, la propuesta que se presenta permitir¨ªa complementarlo con un programa extraordinario de una magnitud anual doble a la del Ram¨®n y Cajal, y mantenerlo durante ocho a?os. Bien hecho, esto representar¨ªa inyectar en nuestras universidades y sistema de investigaci¨®n e innovaci¨®n m¨¢s de 3.000 profesores, investigadores y tecn¨®logos rigurosamente seleccionados. Como ya hemos indicado, buenos candidatos no faltar¨¢n. A efectos comparativos: el contingente de investigadores Ram¨®n y Cajal, Icrea, e Ikerbasque, conjuntamente, no llega actualmente a 1.500 miembros. Lo triplicar¨ªamos. El efecto podr¨ªa ser transformador con profundidad.
Un aspecto que ser¨ªa prudente no dejar al albur de las circunstancias es el de garantizar la absorci¨®n permanente de los contratados a la conclusi¨®n de los cinco a?os. Es un problema que se percibi¨® cuando veinte a?os atr¨¢s se estableci¨® el programa Ram¨®n y Cajal. No se resolvi¨® bien entonces y ha causado trastornos. Ahora deber¨ªa hacerse mejor. Estoy convencido que con un programa bien dise?ado e implementado es perfectamente posible hacerlo. La existencia de ministerios separados de Ciencia y de Universidades, un arreglo en principio indeseable, puede, sin embargo, ayudar en esta coyuntura, en la medida que, al ser los fondos claramente externos al sistema de universidades, pueda incentivar, por la v¨ªa de condicionalidades, las buenas pr¨¢cticas. Dicho esto, me permito a?adir que el programa Ram¨®n y Cajal, como Icrea e Ikerbasque, goza de una caracter¨ªstica muy positiva que no deber¨ªan oscurecer cr¨ªticas ciertamente justificadas, ya sea la que acabo de comentar o las que conciernen a rigideces burocr¨¢ticas que habr¨ªa que corregir. A saber: son programas que empoderan al investigador. Ellos, no las instituciones que los acogen, son los propietarios de su ¡°plaza¡±. Parece un matiz menor, pero no lo es. Es una de las claves de su ¨¦xito.
Recordando la masa de jubilaciones que se producir¨¢ en la pr¨®xima d¨¦cada en las universidades y centros de investigaci¨®n p¨²blicos, una muy buena pr¨¢ctica consistir¨ªa en asegurar que el sistema universitario, y de investigaci¨®n en general, propicie la incorporaci¨®n desde el exterior del pa¨ªs, en igualdad de condiciones con el talento interno y, claro est¨¢, siempre a trav¨¦s de la evaluaci¨®n del m¨¦rito personal.
Para las universidades, y no solo para ellas, el programa propuesto ser¨ªa, en la pr¨¢ctica, un mecanismo de rejuvenecimiento. Con la virtud adicional, y decisiva, de que el origen europeo y extraordinario de los fondos exige mecanismos de selecci¨®n rigurosos y abiertos al talento situado en el exterior.
Los refuerzos de talento han de ser bienvenidos en cualquier ¨¢rea de conocimiento. Pero ello no quita que hay algunas donde la necesidad es perentoria. Por ejemplo, en inteligencia artificial y ciencia de datos, donde un programa diferenciado de especial intensidad estar¨ªa justificado y se alinear¨ªa muy bien con las prioridades europeas.
Andreu Mas-Colell es catedr¨¢tico em¨¦rito de la UPF y presidente del BIST.
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