Digitalizaci¨®n hipotecada
El compromiso empresarial con la transici¨®n tecnol¨®gica debe ser inequ¨ªvoco
Sin digitalizaci¨®n no hay vida. Las tecnolog¨ªas en que se basa se han convertido en una exigencia b¨¢sica de las econom¨ªas y de la actividad social actual. Desde la sanidad a la educaci¨®n, pasando por la totalidad de las ¨¢reas de la gesti¨®n empresarial, su car¨¢cter multiprop¨®sito les ha permitido formar parte esencial de cualquier estructura econ¨®mica y social. Hace tiempo que la inversi¨®n en infraestructuras digitales, en la extensi¨®n de las mismas a todo el territorio nacional, as¨ª como en la alfabetizaci¨®n de toda la poblaci¨®n o en la facilitaci¨®n de su adopci¨®n por las peque?as empresas, pas¨® a ser una condici¨®n necesaria para el progreso. La correspondencia entre avances en la sociedad digital, en su m¨¢s amplia acepci¨®n, y buenos fundamentos econ¨®micos est¨¢n fuera de toda duda. De las buenas pr¨¢cticas en este campo, de la complicidad entre el sector p¨²blico y privado volvemos a tener evidencia suficiente en los pa¨ªses del norte de Europa, a la cabeza en todos los aspectos m¨¢s relevantes del uso inteligente de esas tecnolog¨ªas.
Espa?a sigue enfrent¨¢ndose a dificultades para compartir buenas posiciones en ese terreno en Europa. El presidente del Gobierno anunciaba el 23 de julio la agenda Espa?a Digital 2025, mediante la cual el Ejecutivo pretende movilizar 140.000 millones de euros para la completa digitalizaci¨®n del pa¨ªs en los pr¨®ximos cinco a?os. De ellos, la mitad se invertir¨ªa en los tres primeros ejercicios y 50.000 ser¨ªan aportados por las empresas privadas. Es decir, por las principales operadoras nacionales. Telef¨®nica, Orange, Vodafone y MasM¨®vil deber¨ªan ser las que lleven a cabo las inversiones en las hoy cruciales redes de fibra ¨®ptica y de telefon¨ªa m¨®vil 5G.
Pero la capacidad econ¨®mica de estas empresas est¨¢ muy afectada. Por lo pronto, han recortado sus inversiones en el primer trimestre de este a?o m¨¢s del 20%, fundamentalmente como consecuencia de la ca¨ªda de ingresos. Aunque la demanda que han tenido y siguen teniendo se ha incrementado por el uso de esas tecnolog¨ªas durante la pandemia, los resultados de algunas de esas compa?¨ªas siguen siendo adversos, ya sea por su dif¨ªcil situaci¨®n financiera de partida, por la presi¨®n competitiva de los usuarios o por el aumento de la morosidad derivada del aumento del desempleo y la reducci¨®n de rentas de la mayor¨ªa de los consumidores.
Ante una situaci¨®n tal el Gobierno no deber¨ªa volver a hipotecar la modernizaci¨®n de Espa?a, sino pedir a las compa?¨ªas compromisos firmes y avanzar con las que est¨¦n dispuestas en la concreci¨®n de proyectos igualmente conectados a la transici¨®n digital que exige el fondo de recuperaci¨®n europeo. El compromiso empresarial ha de ser tan inequ¨ªvoco como la disposici¨®n del Gobierno a facilitar esa transici¨®n digital que reclama la UE. A medio plazo todos saldr¨¢n ganando.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.