Derecho inviolable a la intimidad
Parece evidente que la libertad de expresi¨®n y de manifestaci¨®n est¨¢ asociada a la esfera p¨²blica del ejercicio de derechos individuales, y como tal nada cabe objetar a las concentraciones de ciudadanos frente a las sedes de partidos, organismos o instituciones p¨²blicas, por mucho que moleste a sus eventuales moradores: servidores p¨²blicos en ejercicio. En cambio, estos mismos comportamientos ante el domicilio particular de cualquier ciudadano, aunque sea pol¨ªtico (escraches), no deja de ser un vil acoso, una flagrante e injustificable violaci¨®n del derecho a la intimidad, a la cual nadie renuncia por dedicarse a la pol¨ªtica. Este pa¨ªs sufre una tremenda degradaci¨®n moral si los responsables de vigilar el cumplimiento de las normas de convivencia creen que estamos ante una servidumbre m¨¢s del ejercicio de la actividad p¨²blica.
Miguel ?ngel Cuevas Cos¨ªo. Sancibri¨¢n (Cantabria)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.