Tiros
Hace veinte a?os mataron a Indiano pero a¨²n nuestros racistas feroces no condenan el atentado
Qu¨¦ horror y que verg¨¹enza, el racismo. ?Estamos de acuerdo? En Estados Unidos hay una ola de protestas y disturbios por la semiejecuci¨®n policial de Jakob Blake, afroamericano de 29 a?os: siete tiros a quemarropa por la espalda. No convencen (a m¨ª, por lo menos, no) los atenuantes circunstanciales de que Blake hab¨ªa violado una orden de alejamiento de su pareja, de que trataba de robarle un coche con sus tres hijos dentro (de 3, 5 y 8 a?os), de que llevaba un cuchillo y desobedeci¨® a los polic¨ªas que le daban el alto. Todo eso podr¨ªa haber justificado la utilizaci¨®n de la fuerza en su detenci¨®n, incluso un disparo de advertencia, no ese ametrallamiento. S¨®lo el odio racial explica tal desprecio a la vida de un ciudadano.
Otro caso en paralelo: el asesinato en Zum¨¢rraga de Manuel Indiano, concejal del PP, tiroteado en su modesta tienda de chucher¨ªas por tres sicarios de ETA: tambi¨¦n seis tiros en la espalda, esta vez mortales. Aqu¨ª no hay ninguna explicaci¨®n basada en el comportamiento de la v¨ªctima, un ciudadano ejemplar con su mujer embarazada de siete meses, ni siquiera su adscripci¨®n pol¨ªtica (que podr¨ªa merecer antagonismo electoral, pero nunca fusilamiento). No debemos enga?arnos con f¨¢bulas hist¨®ricas o mitos subversivos, este crimen tiene tan poco que ver con la revoluci¨®n como el de Blake con la defensa de la ley. Es pura xenofobia, nombre culto del racismo: de eso va esencialmente el separatismo. Una ideolog¨ªa en s¨ª misma violenta, aunque todos los racistas no lo sean. Lo inquietante es que en EE UU gobierna a trav¨¦s de Trump y en Espa?a de los ¡°moderados¡± apoyos de S¨¢nchez. Hace veinte a?os mataron a Indiano, pero a¨²n nuestros racistas feroces no condenan el atentado: les va bien as¨ª.
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