Regreso a la civilidad perdida

Cuatro a?os despu¨¦s de la ins¨®lita elecci¨®n de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos contemplamos el destrozo democr¨¢tico producido por el trumpismo: el perverso c¨®ctel de una pol¨ªtica populista y nacionalista impulsada por un personaje incompetente y autoritario que ha logrado difuminar la frontera entre la verdad y la mentira. Quedan 58 d¨ªas para que el martes 3 de noviembre los ciudadanos de EE UU dictaminen si el fen¨®meno Trump solo ha sido un par¨¦ntesis, o el presidente impostor permanece otros cuatro a?os en la Casa Blanca.

Si el mundo no hubiera cambiado tanto no habr¨ªa dudas de que la decencia, la competencia, la vuelta a las viejas virtudes perdidas que reclama Joe Biden pesar¨ªan m¨¢s en la balanza que el caos de la gobernanza de Trump, sus constantes mentiras atizando el odio racial para partir el pa¨ªs en dos mitades que no se pueden ver. Ser¨ªa un presidente plausible, sanador de una sociedad enferma, un regreso razonable a la civilidad perdida tras el tsunami Trump. Su principal ventaja frente al aspirante dem¨®crata Biden es su desverg¨¹enza.

Otro virus ha infectado a las democracias, como se?ala el maestro de la ciencia ficci¨®n, Isaac Asimov. ¡°Existe un culto a la ignorancia alimentando la falsa noci¨®n de que la democracia significa que mi ignorancia es tan v¨¢lida como tu conocimiento¡±. Y Trump navega en su perversa estela. Acorralado por los hechos: la pandemia que no ha sabido controlar, con m¨¢s de 180.000 muertos, que ha da?ado la bonanza econ¨®mica, la principal baza con la que contaba para anudar un segundo mandato. Es la pandemia-econom¨ªa, ?est¨²pido!, ligadas inextricablemente. El presidente conf¨ªa en anunciar antes del 3 de noviembre una vacuna que se aplicar¨ªa masivamente. Para la restauraci¨®n econ¨®mica no tiene vacuna. Trump opta por una estrategia arriesgada: convertir a Biden, un centrista conciliador, en prisionero de una izquierda radical y anarquista, inexistente, que acabar¨ªa con el modo de vida de EE UU dejando a su paso inseguridad, disturbios y pillaje en los tranquilos suburbios de las clases medias.

A imitaci¨®n de Richard Nixon en 1968, quiere repetir como el presidente de la ley y el orden atrayendo el voto de una supuesta mayor¨ªa silenciosa, o m¨¢s directamente provocando el caos que ¨¦l mismo apagar¨ªa despu¨¦s con la ayuda de la Guardia Nacional. Consolidar¨ªa su base electoral, que no es despreciable, y atraer¨ªa votos de una ciudadan¨ªa atemorizada. Trump ya ha comenzado a cebar la bomba enviando seguidores armados para restablecer el orden perturbado por las protestas tras la brutalidad policial contra ciudadanos negros desarmados. Los sondeos todav¨ªa favorecen a Biden entre siete y 10 puntos, con tendencia a estrecharse. Si no es suficiente, Trump apretar¨ªa el bot¨®n nuclear no aceptando el resultado electoral. Siembra desde la Casa Blanca las dudas de una elecci¨®n ileg¨ªtima. Con Trump y el regreso del Americano Feo, la elecci¨®n del presidente de EE UU se pone fea. No sobra la advertencia. fgbasterra@gmail.com