?Paga Alemania demasiado a Europa?
Muchos ciudadanos no creen a la canciller Angela Merkel cuando dice que el endeudamiento para el fondo de reconstrucci¨®n es una medida excepcional
La idea de una Europa unida sigue siendo popular en Alemania. Las cuatro libertades b¨¢sicas del mercado interior ¡ªla libre circulaci¨®n de mercanc¨ªas, personas, servicios y capitales¡ª son muy apreciadas y se consideran un hecho natural, sobre todo entre los j¨®venes. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n sabe que, a pesar de ser el mayor contribuyente neto, Alemania se beneficia de la integraci¨®n europea. No obstante, a muchos alemanes les preocupa la direcci¨®n en la que se est¨¢ moviendo Europa a gran velocidad con la crisis del coronavirus. Efectivamente, el camino que pretende emprender con los fondos de reconstrucci¨®n financiados con deuda implica importantes riesgos financieros que, de hecho, afectan a toda la Uni¨®n.
Es evidente que los pa¨ªses m¨¢s castigados por la pandemia sin tener culpa alguna merecen apoyo solidario. Las horribles im¨¢genes de Italia y Espa?a a principios de a?o conmocionaron a toda Europa. La adopci¨®n de medidas iniciales acordada en mayo por los jefes de Estado y de Gobierno, como el fondo de 100.000 millones de euros destinado a financiar la protecci¨®n del empleo, entre otras ayudas de emergencia, fue un acierto. En la cumbre de julio sigui¨® una demostraci¨®n de fuerza mucho mayor: se prev¨¦ que la Uni¨®n ponga a disposici¨®n 750.000 millones de euros de los fondos de reconstrucci¨®n para mitigar las devastadoras consecuencias econ¨®micas de la pandemia y, al mismo tiempo, aumentar la resistencia a las crisis y la competitividad del conjunto de Estados miembros. La novedad consiste en que, por primera vez, la propia UE va a endeudarse a gran escala. En origen, los tratados de la Uni¨®n exclu¨ªan expl¨ªcitamente las competencias en materia de endeudamiento. La decisi¨®n de los Gobiernos europeos de permitir que Bruselas disponga de sus propias fuentes de financiaci¨®n, como un impuesto al pl¨¢stico o un impuesto digital, rompe asimismo las reglas vigentes hasta el momento.
El acuerdo, que a¨²n tiene que cumplimentarse en detalle en las pr¨®ximas semanas y, por ¨²ltimo, recibir el visto bueno de los Parlamentos nacionales, representa sin duda un paso hist¨®rico. El hecho de que nada menos que la mitad del dinero se vaya a entregar en forma de subvenciones, y el resto en cr¨¦ditos a muy largo plazo, demuestra la voluntad decidida de solidaridad. En consonancia con su capacidad financiera, Alemania aporta una cuarta parte de la suma total. Es verdad que la Rep¨²blica Federal tambi¨¦n puede reclamar recursos del nuevo fondo, pero, a fin de cuentas, su contribuci¨®n financiera vuelve a aumentar significativamente. Y como los brit¨¢nicos dejar¨¢n de ser el segundo contribuyente neto tras su salida de la UE, los alemanes cargar¨¢n tambi¨¦n con una parte mayor del presupuesto general de la Uni¨®n.
Con todo, la magnitud de los pagos a los que se ha comprometido el Gobierno federal para los pr¨®ximos a?os no representa un problema si se mide en funci¨®n de la fortaleza de la econom¨ªa del pa¨ªs. Las empresas alemanas est¨¢n ligadas tan estrechamente a sus socios europeos que la reactivaci¨®n del mercado interior no puede sino beneficiar al propio pa¨ªs. Los Estados miembros de la Uni¨®n solo tienen la posibilidad de responder a la competencia china y estadounidense si se mantienen unidos. Y sin embargo, el asunto tiene un poderoso inconveniente: el endeudamiento com¨²n. Los primeros ministros de Holanda, Austria, Dinamarca, Suecia y Finlandia no son los ¨²nicos en advertir del peligro de que la Uni¨®n Europea se convierta en una comunidad de deuda. Muchos ciudadanos alemanes no creen a la canciller federal cuando dice que se trata de una medida excepcional. Despu¨¦s de todo, la experiencia en Bruselas desde que estall¨® la crisis financiera hace ya una d¨¦cada proporciona a los adversarios buenos argumentos para su desconfianza.
Sin embargo, la crisis del coronavirus ha despertado el deseo de contraer deudas tambi¨¦n en Alemania. Es probable que la vuelta a la vieja disciplina presupuestaria sea cada vez m¨¢s impopular a la vista del r¨¢pido envejecimiento de la poblaci¨®n del pa¨ªs y el correspondiente aumento del gasto social. En especial, hemos aprendido que los pa¨ªses m¨¢s s¨®lidos acaban dando m¨¢s a los m¨¢s d¨¦biles de la Uni¨®n Europea. Tarde o temprano, Alemania dejar¨¢ de ser un refugio seguro. Entonces, a la UE le esperar¨¢n malos tiempos.
Dorothea Siems es la redactora jefa de Econom¨ªa de Die Welt.
Traducci¨®n de News Clips.
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