Paradojas
Hoy, que ya lo hemos visto todo, s¨®lo viajamos para hacer fotos
El verano es ahora un dibujo de Escher en el que millones de personas abandonan sus domicilios para visitar otros lugares abandonados por millones de personas que han ido a conocer la parte de donde vienen millones de forasteros. Se entiende que esta chifladura no puede responder a nada serio o necesario, sino a una neurosis m¨¢s de nuestras sociedades enfermas de sobrepeso y holganza. Somos demasiado gordos, aunque nos rodee una nube de miserables esquel¨¦ticos que tambi¨¦n viajan, pero de un modo otramente tr¨¢gico.
Cuando el viaje era a¨²n verdadero, serio y necesario, cuando el mundo era un inmenso planeta desconocido, s¨®lo viajaban quienes no ten¨ªan m¨¢s remedio, aparte de un pu?ado de aventureros que se jugaba la vida en el altar de la curiosidad. La gente, como m¨¢ximo, se mov¨ªa unos cientos de kil¨®metros dentro de su propio pa¨ªs a pie o en mula. Por eso me puse a leer las estupendas Cartas desde Rusia de don Juan Valera en las que relata con una iron¨ªa punzante su viaje a San Petersburgo en 1856. Era miembro de la legaci¨®n espa?ola que restableci¨® la embajada en Rusia. El esfuerzo f¨ªsico del viaje fue colosal, con semanas en diligencia por paisajes congelados, atravesando lagos de hielo, durmiendo en aldeas y ciudades marcianas, y todo bajo la mirada despierta de aquel cordob¨¦s que se re¨ªa de absolutamente todo. As¨ª, incapaz de describir las feroces danzas georgianas que les montaron en Tiflis, asegura que son como los bailes asturianos. Por esas fechas tambi¨¦n Schinkel escrib¨ªa que las chimeneas industriales de Manchester eran como las agujas g¨®ticas de su pa¨ªs. Apenas hab¨ªa im¨¢genes, ?c¨®mo dar a entender a los lectores la presencia de lo desconocido? Hoy, que ya lo hemos visto todo, s¨®lo viajamos para hacer fotos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.