Pecados
Ni las miradas asesinas matan de veras ni se viola a nadie con los ojos: decir lo contrario beneficia a los criminales y a los maltratadores
Seg¨²n el catecismo los pecados de la carne pueden ser de pensamiento, palabra y obra. Las dos ¨²ltimas categor¨ªas me parecen bastante claras, pero la primera siempre se me resisti¨®. Cuando el confesor preguntaba si ten¨ªa malos pensamientos yo sab¨ªa que se refer¨ªa a algunos que me parec¨ªan buen¨ªsimos porque eran performativos (a los diez a?os no conoc¨ªa esta palabreja) es decir que realizaban la acci¨®n imaginada. De pecados de pensamiento no habla la creativa macroencuesta sobre violencia de g¨¦nero ¡ªel pecado nefando¡ª del Ministerio del ramo pero a?ade las miradas lascivas, que son sin duda su pre¨¢mbulo. Con esas ojeadas comienza el c¨ªrculo infernal al que el pensamiento aporta su combustible para desembocar en actos... ?violentos? S¨®lo si se considera que el arrebato sexual siempre es violento, es decir, que hay que incluirlo en la secci¨®n de sucesos y no en la fisiolog¨ªa. Dudo que las miradas lascivas, de las que me reconozco entusiasta, sean exclusiva masculina. Delatan apetito y fruici¨®n, por lo que lamento no haber sido objeto de ninguna (salvo quiz¨¢ en un paseo por un parque de cocodrilos cerca de Bangkok), pero los mozos en tanga que animan las despedidas de soltera pueden dar mejores noticias. Aunque si eso es una agresi¨®n sexual, el personaje de novela que ¡°desnuda¡± a la chica con la mirada y el villano que la desviste a trompazos deben ir al mismo correccional.
Ni las miradas asesinas matan de veras ni se viola a nadie con los ojos: decir lo contrario beneficia a los criminales y a los maltratadores. Adem¨¢s, son defectos que traemos de f¨¢brica. Animosamente, hay quien propone replantear la identidad masculina. ?Por qu¨¦ dejarlo a medias? Cambiemos toda la identidad humana. Despu¨¦s de la vacuna de la covid nos ponemos a ello...
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