¡que no nos mienta
A Casado, sin embargo, le ha surgido un problema con la turbia Operaci¨®n Kitchen, y es que los focos se le van a dirigir al aspirante
Casado dec¨ªa meses atr¨¢s, poco antes de la cuarta semana de estado de alarma, que ¡°los espa?oles merecen un Gobierno que no les mienta¡±, y enfatizaba que el pa¨ªs necesita ¡°un Gobierno que siempre les diga la verdad¡±. Aquel d¨ªa reclamaba visibilidad para las v¨ªctimas y el homenaje del luto nacional, cuando la alarma s¨®lo acababa de empezar. Casado, eso s¨ª, advert¨ªa que nadie esperase de su partido escraches o campa?as por WhatsApp de ¡®?P¨¢salo!¡¯; un gui?o puesto que su mensaje remit¨ªa al 11-M, cuando Rubalcaba pronunci¨® la frase de ¡°los espa?oles merecen un Gobierno que no les mienta¡±.
Rajoy dijo ¡°los espa?oles merecen un Gobierno que no les mienta¡± desde 2007, entre las conversaciones de ETA y la crisis; y S¨¢nchez dijo ¡°los espa?oles merecen un Gobierno que no les mienta¡± entre el rescate, la reforma laboral y el caso B¨¢rcenas. Y as¨ª, hasta Casado, cada aspirante le ha repetido el mantra al presidente, como un rito de paso necesario para alcanzar la condici¨®n de candidato. Incluso ha cruzado fronteras y Joe Biden tuiteaba estos d¨ªas: ¡°Te mereces un Gobierno que no te mienta¡±. ?Pero hubo alguna vez un Gobierno que?
Con la mentira sucede como con la corrupci¨®n: se condena aparatosamente a los rivales cuando mienten, y se justifica alegremente las mentiras de los propios. La clase pol¨ªtica opera con esa premisa, a sabiendas de que es f¨¢cil permitirse cualquier mentira que tu p¨²blico quiere o¨ªr. Ya hubo estudios tempranos de psicolog¨ªa experimental en los a?os de entreguerras sobre el valor de la deseabilidad de una tesis: la gente da credibilidad a aquello que quiere o¨ªr. Sobre esto insist¨ªa Hanna Arendt en La mentira en pol¨ªtica: ¡°Las mentiras resultan a menudo mucho m¨¢s veros¨ªmiles, m¨¢s atractivas para la raz¨®n, que la realidad, porque quien miente tiene la gran ventaja de conocer de antemano lo que su audiencia desea o espera o¨ªr¡±. Conecta con la idea aristot¨¦lica del auditorio particular: es f¨¢cil persuadir si sabes a qui¨¦n te diriges, y por tanto lo que desea. El valor de la verdad ha acabado por estar muy devaluado en el tacticismo pol¨ªtico. Incluso en el pa¨ªs en el que Richard Tricky Dicky Nixon tuvo que dimitir, ahora Gobierna Trump presumiendo de hechos alternativos.
En definitiva, la frase ¡°merecemos un gobierno que no nos mienta¡± s¨®lo es una mera sugesti¨®n de que siempre hay una alternativa regeneradora a cada Gobierno. Un automatismo del vademecum de cualquier aspirante. A Casado, sin embargo, le ha surgido un problema con la turbia Operaci¨®n Kitchen, y es que los focos se le van a dirigir al aspirante. Va a estar bajo la lupa por c¨®mo administre ese esc¨¢ndalo corrosivo. M¨¢s vale que no se obsesione con que si S¨¢nchez minti¨® con el comit¨¦ cient¨ªfico o con los datos; ahora se le va a examinar a ¨¦l, y m¨¢s tras la imputaci¨®n de Fern¨¢ndez D¨ªaz a la que probablemente seguir¨¢n otras. ?l est¨¢ dise?ado para proclamar mec¨¢nicamente, como todos sus antecesores, que ¡°los espa?oles merecen un Gobierno que no les mienta¡±¡ pero de momento, d¨ªa a d¨ªa, va a enfrentarse a esto: ¡°Merecemos una oposici¨®n que no nos mienta¡±.
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