La catalanizaci¨®n de Madrid

Si uno cambia Madrid por Catalu?a comprobar¨¢ que muchas declaraciones de Isabel D¨ªaz Ayuso y de algunos de sus consejeros podr¨ªa suscribirlas Torra o cualquiera de los independentistas catalanes presos por sedici¨®n. Valga un ejemplo: ¡°Tratar a Madrid como al resto de comunidades aut¨®nomas es injusto¡±. O este otro: ¡°No es justo que los madrile?os seamos rehenes de un Gobierno autoritario¡±. O este del consejero Enrique L¨®pez, el juez que tuvo que dimitir como magistrado del Tribunal Constitucional por pilotar una moto sin casco y borracho que Ayuso ha tenido a bien poner al frente de la Justicia y el orden p¨²blico de Madrid: ¡°El estado de alarma del Gobierno es un atropello constitucional contra Madrid y un ataque a todos los madrile?os¡±.

Si esas declaraciones (cambiando, ya digo, Catalu?a por Madrid y madrile?os por catalanes, y estado de alarma por art¨ªculo 155, por ejemplo) las hubieran hecho Torra o Junqueras no nos sorprender¨ªan, pues estamos ya habituados a escuch¨¢rselas, como tampoco nos sorprender¨ªa la respuesta que de seguro les habr¨ªan dado los l¨ªderes del Partido Popular, ahora en cambio de acuerdo con ellas. La catalanizaci¨®n de Madrid, como antes la vasquizaci¨®n de Catalu?a, nos ha sorprendido a todos, aunque no tanto como la comprensi¨®n que recibe del Partido Popular, que siempre ha defendido la idea de una Espa?a centralista y, por lo tanto, la sumisi¨®n de las autonom¨ªas al Gobierno.

Pablo Casado, el l¨ªder de ese partido, que continuamente califica al Gobierno catal¨¢n de desleal, incluso ha pedido al de Espa?a medidas contundentes contra ¨¦l por su rebeld¨ªa, ahora resulta que entiende que otro Gobierno auton¨®mico se enfrente al de la naci¨®n porque no est¨¢ de acuerdo con sus decisiones. No solo eso, Pablo Casado y, con ¨¦l, todos sus corifeos justifican que el Gobierno de Madrid ningunee al espa?ol hurt¨¢ndole informaci¨®n sobre la pandemia v¨ªrica y hasta no poni¨¦ndose al tel¨¦fono cuando la vicepresidenta llama desde La Moncloa. Ni Puigdemont se atrevi¨® a tanto cuando era el presidente de Catalu?a.

No entro en el fondo de la disputa que desde hace ya meses enfrenta al Gobierno espa?ol con el de Madrid y que a estas alturas me da que ya es lo de menos (¡°Honremos al Se?or que hizo la Nada/ y ha esculpido en la fe nuestra raz¨®n¡±, escribi¨® Antonio Machado), pero creo que ha llegado el momento de que alguien ponga un poco de cordura y me temo que no ser¨¢ la presidenta de Madrid ni ninguno de sus asesores, aut¨¦nticos profesionales de la provocaci¨®n algunos de ellos, como Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, exportavoz del Gobierno de Aznar y tertuliano de televisi¨®n, despu¨¦s detenido tambi¨¦n por conducir borracho como el consejero L¨®pez, los que lo vayan a hacer. Tendr¨¢ que ser Pablo Casado, me temo, como ya pas¨® con Cayetana ?lvarez de Toledo, su antigua portavoz en el Congreso, el que llame al orden a D¨ªaz Ayuso si no quiere que ¨¦sta se radicalice a¨²n m¨¢s y le haga dif¨ªcil, si no imposible, manifestarse contra las actitudes de otros presidentes auton¨®micos que obren como ella. Pero tiene que darse prisa no vaya a ser que, cuando lo intente, Ayuso se haya cre¨ªdo ella misma aquello que dijo de que Madrid es Espa?a dentro de Espa?a y ya no le obedezca. Ejemplos hay en la historia reciente de su partido y de este pa¨ªs como para andar con tiento.