La sorpresa
Las palabras crean realidad, y el efecto performativo del discurso de Casado ya ha empezado a dejarse sentir. A ambos lados del espectro pol¨ªtico
En la pol¨ªtica, como en la vida en general, todo es pura gesti¨®n de expectativas. Nos valemos de ellas para orientarnos en el tiempo; son peque?as proyecciones, casi inconscientes, con las que tratamos de dotar de sentido al futuro; y la causa de la mayor¨ªa de las frustraciones. Pero tambi¨¦n de la sorpresa, la emoci¨®n m¨¢s fugaz y aun as¨ª una de las m¨¢s intensas. Esto, la sorpresa, es lo que hemos sentido todos con el discurso de Casado. Nos ha cambiado el paso porque su actuaci¨®n del otro d¨ªa en el Congreso era imprevisible. Cualquier casa de apuestas lo hubiera dado por perdedor y, sin embargo, quien parec¨ªa que iba a ser m¨¢s perjudicado por la disparatada moci¨®n de censura de Vox al final result¨® vencedor. Un inimaginable golpe de audacia por parte de alguien que a priori parec¨ªa ya un pol¨ªtico amortizado.
Eran tan bajas nuestras expectativas respecto del devenir de la pol¨ªtica espa?ola, que lo que se sale m¨ªnimamente de lo previsible lo celebramos ya como un acontecimiento. Pero una sorpresa no llega a tanto. Para que cobre aquella dimensi¨®n debe concretarse en algo m¨¢s de lo que por ahora conocemos; a saber, la toma de distancia ret¨®rica respecto de la extrema derecha. F¨ªjense como estar¨ªamos, que lo que es normal en la mayor¨ªa de las democracias de nuestro entorno, el gozar de una derecha ¡°civilizada¡±, nos parece un verdadero evento. Con todo, tampoco quiero hacer de aguafiestas, significa un avance considerable, aunque todav¨ªa no una esperanza firme de abandono de la polarizaci¨®n.
Las palabras crean realidad, y el efecto performativo del discurso de Casado ya ha empezado a dejarse sentir. A ambos lados del espectro pol¨ªtico. Ahora ya sabremos al fin qui¨¦n de entre sus mariachis medi¨¢ticos est¨¢ de este o del otro lado de la derecha. Y, cuando se recuperen de la sorpresa ¡ªdel pasmo, m¨¢s bien¡ª el fuego amigo que caer¨¢ sobre Casado ser¨¢ antol¨®gico.
En el lado de la izquierda el desconcierto no ha sido menor. Como prueba del cambio, se le pide a Casado lo que cualquier pol¨ªtico sabe que jam¨¢s podr¨¢ concederle el otro, renunciar al poder all¨ª donde ya lo tiene asentado, el equivalente a proceder a una voladura de su propio partido. O sea, algo parecido a lo que el PP antes criticaba del PSOE, que hubiera accedido al gobierno gracias a los votos de Bildu o el independentismo catal¨¢n. Pero todos sabemos que una cosa es estar en el poder en Andaluc¨ªa o Madrid gracias a los votos de Vox, y otra sujetarse a sus dictados. Y Vox sabe que se suicidar¨ªa si amenaza con dejarlo caer. Ah¨ª no creo que haya cambios.
La verdadera prueba del liderazgo de Casado est¨¢ en convencer a los suyos de que ejercer la oposici¨®n no est¨¢ re?ido con la colaboraci¨®n cuando las circunstancias as¨ª lo exigen. El liderazgo no se sostiene solo sobre declaraciones, se mide por las decisiones que adopte. Para empezar, negociando la renovaci¨®n de las instituciones pendientes y una coordinada salida de la crisis sanitaria. Y luego, tendiendo la mano a la coalici¨®n de gobierno para emprender otros consensos. Si lo hace, trasladar¨¢ la perplejidad tambi¨¦n al otro bando. La pol¨ªtica espa?ola ha empezado a moverse. Lo que no sabemos bien es hacia d¨®nde.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.