Muera la ciencia
Aterra pensar que por debajo del radar de los medios que nos dedicamos a informar y analizar la pandemia, m¨¢s all¨¢ de las curvas y las cifras, ese magma conspiranoico, de desconfianza en la ciencia y la raz¨®n, est¨¦ encontrando terreno abonado sin que lo veamos
Cuando hace cuatro a?os todav¨ªa mir¨¢bamos con displicencia a Donald Trump, no sab¨ªamos que llegar¨ªa una pandemia y que convertir¨ªa a la Casa Blanca en el altavoz mundial de los negacionistas de un virus que enferma y mata.
Este fin de semana pasado, seguidores de la neofascista Forza Nuova se manifestaron en Roma contra las severas restricciones que ha impuesto el Gobierno de Giuseppe Conte. Y lo hac¨ªan al grito de ¡°abajo la dictadura de la salud¡±. Imposible no acordarse del ¡°viva la muerte y muera la inteligencia¡± atribuido al general sublevado en 1936 Mill¨¢n Astray o al p¨²blico que lo jaleaba. Tambi¨¦n este fin de semana de 2020, otros b¨¢rbaros lanzaron c¨®cteles molotov contra la sede en Berl¨ªn del Instituto Robert Koch, la agencia oficial alemana para las enfermedades infecciosas. En Espa?a, esta vez, la reacci¨®n a las nuevas medidas de contenci¨®n del virus ha sido discreta. Apenas cuatro gatos en alguna plaza castellana gritando libertad, libertad. Les ha pillado la nueva oleada de limitaciones a la movilidad lami¨¦ndose las heridas del espect¨¢culo que dieron en el Congreso con la moci¨®n de censura, y no han alquilado el autob¨²s descapotable para manifestarse por el paseo de la Castellana de Madrid. Y adem¨¢s, han perdido los m¨²ltiples altavoces del PP.
Son pocos en todos los casos, chalados decimos, y sus noticias pasan pr¨¢cticamente desapercibidas ante la enormidad de las tareas que tenemos por delante. Pero alguien de quien crees que todav¨ªa se mueve en los m¨¢rgenes de la racionalidad te pregunta por una vir¨®loga china que ha contado en un programa de la tele que el virus es un invento chino. Otro te cuenta que est¨¢ cansado y deprimido, y que lo que tenemos que preguntarnos los periodistas es a qui¨¦n beneficia este par¨®n mundial de la econom¨ªa. Mas all¨¢, alguien te suelta que qu¨¦ casualidad que justo ahora se cierren todas las ciudades europeas otra vez, si no habr¨¢n soltado el virus intencionadamente por aqu¨ª. Y te aterra pensar que por debajo del radar de los medios que nos dedicamos a informar y analizar la pandemia, m¨¢s all¨¢ de las curvas y las cifras, ese magma conspiranoico, de desconfianza en la ciencia y la raz¨®n, est¨¦ encontrando terreno abonado sin que lo veamos, como no ve¨ªamos el viento que empujaba a Donald Trump hacia la Casa Blanca hace cuatro a?os.
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