Todo claro

Las cuestiones que suscita la reforma de la ley educativa son interesantes y merecer¨ªan un debate m¨¢s detenido del que han recibido: la consideraci¨®n de la concertada, el paso de curso con varios suspensos, la elecci¨®n entre ¨¦tica y formaci¨®n c¨ªvica, la educaci¨®n sexual de los ni?os... ?Y la supresi¨®n del castellano como lengua oficial del pa¨ªs y vehicular en las aulas? No, ese no es un problema meramente educativo. Se trata a la vez de una agresi¨®n de incalculable gravedad a los derechos constitucionales de los ciudadanos y a un s¨ªmbolo principal de la realidad de nuestra naci¨®n. Dicen que aun as¨ª los alumnos acabar¨¢n el bachillerato sabiendo castellano adem¨¢s de la lengua de su autonom¨ªa: ?naturalmente, ya que en la mayor¨ªa de los casos se trata de su lengua materna! No salen sabi¨¦ndola, sino que entran as¨ª, pues la traen de casa. Pero no tendr¨¢n derecho a estudiar en ella, como ser¨ªa natural, ni a transformarla de lengua familiar en lengua de cultura. Y adem¨¢s se ver¨¢n discriminados por usarla como si fueran forasteros no en su terru?o, sino en su patria. As¨ª el separatismo, el peor enemigo, se cobrar¨¢ su pieza m¨¢s codiciada.

Aqu¨ª solo se admiten tres modos pol¨ªticos: izquierda (el Gobierno y sus apoyos), centro (critican, pero se abstienen) y extrema derecha (oposici¨®n activa. En caso de duda, preguntar a Pablo Iglesias). De modo que, ¨²ltimamente, la izquierda no solo consiste en decidir qu¨¦ memoria es democr¨¢tica y cu¨¢l no, en defender la autodeterminaci¨®n de g¨¦nero sin zarandajas biol¨®gicas, en crear una comisi¨®n gubernamental de la verdad para penar a quien se salga del carril..., sino tambi¨¦n en facilitar el arrinconamiento de la lengua com¨²n de todos. L¨¢stima no haberlo sabido hace a?os: nos habr¨ªamos quitado antes.