Asia avanza, China gana
El nuevo gran pacto comercial es un ¨¦xito geopol¨ªtico para Pek¨ªn
Asia no ha desperdiciado los cuatro a?os de Trump. Antes de que el presidente haya aceptado su derrota, 13 pa¨ªses asi¨¢ticos y dos de Ocean¨ªa han demostrado que se puede regresar al multilateralismo y a la promoci¨®n de la libertad de comercio sin necesidad del liderazgo de Estados Unidos. La Asociaci¨®n Econ¨®mica Integral Regional (RCEP, en sus siglas en ingl¨¦s), firmada el domingo, constituye un mercado con m¨¢s de 2.000 millones de personas y cuenta con tres pa¨ªses del pelot¨®n de cabeza de los industrializados: Jap¨®n, Corea del Sur y China. Precisamente China, que no estaba en el proyecto alternativo que abraz¨® en su momento la Administraci¨®n de Obama ¡ªel Tratado de Comercio Transpac¨ªfico (TPP)¡ª, es el ganador geopol¨ªtico de este nuevo pacto, a trav¨¦s del cual consolida su proyecci¨®n e influencia en la regi¨®n. Aunque fue Trump quien abandon¨® el TPP nada m¨¢s llegar a la Casa Blanca neg¨¢ndose a ratificarlo, la responsabilidad no es ¨²nicamente suya, ya que los dem¨®cratas de la era posterior a Obama tampoco estaban convencidos de seguir adelante, y ahora el equipo de Biden no lo ha colocado entre sus prioridades inmediatas.
El nuevo tratado integrar¨¢ la gran parte de los acuerdos bilaterales firmados por los pa¨ªses socios en un solo pacto multilateral, dibujando el horizonte de una gran zona comercial asi¨¢tica. Aunque la India de momento no se ha incorporado ¡ªtemerosa de una inundaci¨®n de productos chinos¡ª la puerta para el Gobierno de Narendra Modi sigue abierta y varios socios esperan que en alg¨²n momento se decida a entrar.
El nuevo acuerdo es menos profundo en sus regulaciones que otros. Pero su peso pol¨ªtico y econ¨®mico es grande. Gracias tambi¨¦n a la ausencia de la India, China tendr¨¢ un peso determinante en la nueva zona, como lo habr¨ªa tenido EE UU en el TPP, y encontrar¨¢ en ella un excelente complemento para la Nueva Ruta de la Seda, la estrategia de cooperaci¨®n bilateral y de inversiones con la que Pek¨ªn est¨¢ construyendo su alternativa a la globalizaci¨®n occidental. Aunque una liberaci¨®n comercial que alcanza a tantas personas irradie en beneficio de todos, el ¨²nico papel asignado a Washington y a Bruselas es mirar los toros desde la barrera y esperar que sus empresas no noten mucha desventaja competitiva.
El mensaje global es poderoso. El continente asi¨¢tico, de escasa tradici¨®n multilateralista, se sit¨²a en un futuro de integraci¨®n regional con nulo protagonismo de EE UU. China, su mayor socio, es la potencia que defiende el libre comercio. Mientras las instituciones multilaterales internacionales se tambalean o retroceden, la regi¨®n da un enorme paso hacia adelante y a contracorriente. El tratado significa en t¨¦rminos geopol¨ªticos un momento hist¨®rico en la desoccidentalizaci¨®n del mundo y en el ascenso de Asia.
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