El servidor infiel
Ante la involuci¨®n antiliberal que afecta al partido republicano EE UU corre peligro, pues no puede haber democracia sin dem¨®cratas. Y cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar
Finalmente, el tirano Trump ha sido despedido por una arrolladora afluencia de electores. ?Qu¨¦ alivio! Aunque tras su higi¨¦nica ca¨ªda tambi¨¦n surgen inquietantes preguntas. ?C¨®mo es posible que haya obtenido diez millones de votos adicionales? En parte se debe a la movilizaci¨®n plebiscitaria de las grandes bolsas abstencionistas end¨¦micas en EE UU. Sobre todo la llamada basura blanca, que son los descamisados del peronismo trumpista. ?Y c¨®mo es posible que las ¨¦lites conservadoras sostengan a un delincuente como Trump, consintiendo sin rubor la violaci¨®n de todas las reglas democr¨¢ticas? Es verdad que la ¨¦lite del partido dem¨®crata todav¨ªa resiste el contagio, pero ante la involuci¨®n antiliberal que afecta al partido republicano EE UU corre peligro, pues no puede haber democracia sin dem¨®cratas.
Y luego est¨¢ el fatalista refr¨¢n: cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar. ?Est¨¢n en peligro nuestras democracias aunque sean de mejor calidad que la estadounidense, seg¨²n agencias de evaluaci¨®n como FH, EIU o V-Dem? A corto plazo no lo parece, pero en cuanto se vaya Merkel o caiga Macron, ya veremos qu¨¦ sucede. Peor pron¨®stico afecta a Espa?a, pues nuestra cultura democr¨¢tica, ya de por s¨ª dudosa en tanto que superficial por improvisada, se est¨¢ viendo erosionada por una patente regresi¨®n antiliberal. Lo hemos visto con el partido conservador, que de siempre ha politizado la justicia, no tuvo escr¨²pulos en propalar el fraude conspiranoico del 11-M, apoya en el Parlamento Europeo la involuci¨®n de Polonia y Hungr¨ªa y ahora forma Gobiernos con un partido ultra como Vox, consintiendo su agenda trumpista, mis¨®gina, racista y xen¨®foba.
Menos mal que hasta ahora el PSOE, a pesar de la oscura mochila que arrastra desde su pasado felipista, todav¨ªa pod¨ªa pasar por un partido progresista y democr¨¢tico. Pero, tras formar coalici¨®n con UP, las cosas est¨¢n empezando a cambiar. Ya ten¨ªamos indicios ominosos con la anunciada reforma del poder judicial, de momento suspendida. Pero enseguida han surgido nuevas amenazas, como la comisar¨ªa gubernativa contra la desinformaci¨®n, y algunas otras m¨¢s. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando?
Preocupa el gran ascendiente del vicepresidente social, quien empez¨® servicial y modosito para crecer despu¨¦s hasta creerse el puto amo como un Mourinho pol¨ªtico, cada vez m¨¢s desenvuelto al exhibir sus alianzas con actores tan poco liberales como el peronismo y la izquierda abertzale. ?Le est¨¢ marcando Iglesias a S¨¢nchez su agenda antiinstitucional, como temen los socialistas? Es posible, pues su relaci¨®n cada vez recuerda m¨¢s a la de Dirk Bogarde y James Fox en El sirviente (Joseph Losey 1963, con guion del Nobel Harold Pinter): una par¨¢bola sobre la inversi¨®n de la dial¨¦ctica entre el se?or y su sirviente, que logra adue?arse de su voluntad para imponerle odiosos compa?eros de viaje. No es Trump ni de lejos, pero empieza a semejarse.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.