Ernest Lluch, recuerdo para el futuro
Se cumplen veinte a?os del asesinato de pol¨ªtico socialista por ETA
En los ¨²ltimos a?os de mi docencia preguntaba a mis alumnos ¡ª?de 4? de carrera y de Econom¨ªa de la salud!¡ª si sab¨ªan qui¨¦n hab¨ªa sido Lluch. Ninguno lo conoc¨ªa. Esto no puede ser y lo tenemos que corregir. Lluch es un h¨¦roe de la democracia espa?ola y los j¨®venes y las generaciones futuras tienen que aprender el significado de su figura y sus virtudes. Las sociedades necesitan personas a las que considerar como referentes pol¨ªticos, morales y personales que con su ejemplo les gu¨ªen. Lluch sin duda reuni¨® cualidades para cumplir esta funci¨®n hist¨®rica.
De las muchas vidas que vivi¨® la principal fue la de pol¨ªtico democr¨¢tico. Trabaj¨® incansable en pro del entendimiento entre los espa?oles, para eliminar la violencia de la escena pol¨ªtica y sustituirla por la discusi¨®n y los mecanismos democr¨¢ticos. Abog¨®, tenaz e inteligentemente, por soluciones pac¨ªficas e imaginativas de los problemas planteados por la unidad y la diversidad de la naci¨®n espa?ola y las nacionalidades y regiones que la integran. Se afan¨® sin tregua por mejorar nuestro Estado del Bienestar contribuyendo decisivamente a la creaci¨®n de un sistema sanitario p¨²blico, moderno y ejemplar, incluido el despliegue de la asistencia primaria.
Otra de sus virtudes, a emular hoy y en el futuro, fue su valor ciudadano. Como reformador sanitario afront¨® una crisis econ¨®mica grav¨ªsima y la resistencia de organizaciones corporativas y ciertos c¨ªrculos econ¨®micos, anclados en el pasado de la Dictadura, que no se dejaban transformar sin librar batalla. Una realidad dura y compleja que supo gobernar el coraje, la tenacidad, la resistencia y tambi¨¦n la mano izquierda del ministro Lluch. Su valor frente a ETA y los violentos en el mitin de 1999 en la Plaza de la Constituci¨®n de San Sebasti¨¢n: (¡°mientras grit¨¢is no matar¨¦is¡±) est¨¢ grabado para la historia.
Para el futuro debe quedar igualmente que, con un trabajo descomunal, perseverancia e imaginaci¨®n, labr¨® su profesi¨®n de cient¨ªfico social que le prepar¨® para comprender, encauzar y proponer respuestas a grandes cuestiones pol¨ªticas como la organizaci¨®n del Estado o la reforma del sistema sanitario, adem¨¢s de realizar importantes contribuciones a la Historia de las Doctrinas Econ¨®micas.
No debemos olvidar su mentalidad y su acci¨®n pol¨ªtica flexibles, no dogm¨¢ticas, pragm¨¢ticas, negociadoras, en busca del acuerdo de amplias bases sociales. Era ¡°muy pol¨ªtico¡± en el mejor sentido de la palabra. Como ministro de Sanidad dirigi¨® una reforma sanitaria cuyas diversas visiones y ritmos posibles dieron lugar a importantes fricciones con algunos de sus colaboradores y compa?eros de partido. Pero pocos a?os despu¨¦s volvi¨® a compartir con ellos el caudal de su amistad.
Esta vida pol¨ªtica, convendr¨¢ tambi¨¦n recordar por siempre, que se fundaba en una personalidad de verdadero ¡°uomo universale¡±, con vast¨ªsimos intereses y saberes, desde luego la econom¨ªa y la historia, pero tambi¨¦n la pintura, la m¨²sica, la literatura, el cine, el f¨²tbol y el atletismo. Todo ello sin vanidad ni alarde, sino siendo sencillo, frugal y solidario.
?Dejaremos que se pierda esta biograf¨ªa ejemplar o llevaremos esta vida de h¨¦roe a las escuelas, junto a las de otros adalides de nuestra democracia y de nuestra sociedad para implantar sus valores en las almas de nuestros ni?os y j¨®venes? Har¨ªamos muy mal en dejarle caer en el olvido, porque Ernest LLuch puede muy bien vivir esta otra vida a¨²n despu¨¦s de muerto.
F¨¦lix Lobo fue director general en el Ministerio de Sanidad, siendo Lluch ministro, y vicerrector de la UIMP, siendo Lluch rector.
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