C¨®mo plantar cara a Orb¨¢n
La estrategia ser¨ªa desvincular el mecanismo del Estado de derecho del Presupuesto, aprobarlo como una ley aparte y, acto seguido, someter los fondos de recuperaci¨®n a un procedimiento de cooperaci¨®n reforzada
?Dar¨¢n su brazo a torcer Viktor Orb¨¢n y Mateusz Morawiecki, como tantos predicen? Las primeras se?ales indican que la que est¨¢ d¨¢ndolo es Angela Merkel. La canciller tiene intenci¨®n de ofrecer a los primeros ministros h¨²ngaro y polaco un trato tan ventajoso que resulta inconcebible que ninguno de los dos pueda rechazarlo: la garant¨ªa de que el mecanismo del cumplimiento de los principios del Estado de derecho nunca se utilizar¨¢ contra ellos. Se parece a la sanci¨®n econ¨®mica del Pacto de estabilidad, una norma pensada para satisfacer a los partidarios de las pol¨ªticas fiscales conservadoras que, en realidad, nunca se ha aplicado.
En la disputa en torno al acatamiento del Estado de derecho, Merkel est¨¢ del lado de Orb¨¢n. No olvidemos que el l¨ªder h¨²ngaro es una creaci¨®n alemana. Ha sido protegido y amigo de Helmut Kohl, y ha tejido estrechas relaciones con numerosas empresas germanas. Angela Merkel ha sido una aliada estrat¨¦gica. Sin su apoyo, hace tiempo que Fidesz, el partido pol¨ªtico de Orb¨¢n, habr¨ªa sido expulsado del Partido Popular Europeo. Quien alabe a la canciller alemana por su liberalismo y se indigne con el primer ministro h¨²ngaro es un hip¨®crita. Merkel no actuar¨¢ jam¨¢s para aislar a Polonia y Hungr¨ªa. Por eso har¨¢ todo lo posible para salir del brete con un subterfugio, que es como resuelve la mayor¨ªa de los conflictos. Con su ayuda, el temerario veto de Orban y Morawiecki a la expansi¨®n de los recursos propios para financiar el fondo de recuperaci¨®n tiene bastantes probabilidades de dar buenos resultados.
El mecanismo del Estado de derecho se dise?¨® pensando en Hungr¨ªa y en Polonia, debido a las continuas violaciones de las leyes y los principios de la Uni¨®n Europea por parte de ambas. Si el mecanismo no se puede utilizar contra ellos, no se utilizar¨¢ nunca. Parece muy poco probable que la Uni¨®n Europea retenga fondos de Francia, por ejemplo, por recortar la libertad de prensa con la excusa de la seguridad nacional, como sucede en estos momentos. Es una lex Orb¨¢n. La inteligente idea de Merkel es permitir que la ley se apruebe y dar al primer ministro h¨²ngaro impunidad de por vida. El truco m¨¢s viejo del manual de estrategia de la diplomacia de la Uni¨®n.
Los dem¨¢s l¨ªderes y parlamentarios europeos tienen dos opciones. Pueden aceptar el apa?o, lo cual equivaldr¨ªa a renunciar a la esencia del Estado de derecho y conservar solo su apariencia, o elegir otra v¨ªa: dar una respuesta contundente al equipo Merkel-Orb¨¢n-Morawiecki. Se tratar¨ªa de desvincular el mecanismo del Estado de derecho del Presupuesto, aprobarlo como una ley aparte y, acto seguido, someter los fondos de recuperaci¨®n a un procedimiento de cooperaci¨®n reforzada en virtud del Tratado de Lisboa. El mapa que presentamos arriba proporciona un ejemplo de c¨®mo podr¨ªa llevarse a cabo. En mi opini¨®n, ser¨ªa una respuesta proporcionada a un acto de agresi¨®n.
Este procedimiento conseguir¨ªa dos cosas al mismo tiempo. Por una parte, la Uni¨®n Europea podr¨ªa establecer un mecanismo eficaz relacionado con el respeto a los principios del Estado de derecho y hacer frente a las infracciones graves de las normas, y devolver a los fondos de recuperaci¨®n la funci¨®n que originalmente les correspond¨ªa: servir de mecanismo de estabilizaci¨®n para la zona euro y para los pa¨ªses que quieran alinearse con ella, y tal vez incorporarse en el futuro. Esta estructura permitir¨ªa a Suecia y Dinamarca, por ejemplo, retirarse si lo desean.
Los aspectos t¨¦cnicos de la cooperaci¨®n reforzada no suelen entenderse correctamente. La regla b¨¢sica es que hace falta un m¨ªnimo de nueve pa¨ªses para ponerla en marcha. La Comisi¨®n y el Consejo europeos tienen derecho a rechazar la admisi¨®n. En el caso que nos ocupa, este ser¨ªa un punto cr¨ªtico. Someter los fondos de recuperaci¨®n a un procedimiento de cooperaci¨®n reforzada solamente funcionar¨ªa si el resto de la Uni¨®n Europea consiguiese dejar fuera a Polonia y Hungr¨ªa. De lo contrario, ambos ejercer¨ªan su veto dentro del grupo.
La idea es factible. La Uni¨®n Europea tendr¨ªa que seguir una secuencia estricta de decisiones. Separar los fondos de recuperaci¨®n probablemente supondr¨ªa un retraso de unos meses, pero acabar¨ªa de golpe con el chantaje de Polonia y Hungr¨ªa a los Presupuestos.
Lo ¨²nico que hace falta para forzar el asunto es un pol¨ªtico valiente. Mark Rutte, por ejemplo, podr¨ªa vetar cualquier intento de trato fraudulento. El primer ministro se someter¨¢ a elecciones en marzo. Al parecer, Finlandia est¨¢ igualmente poco dispuesta a transigir, y lo mismo ocurre con el Parlamento Europeo.
Sin embargo, no tengo demasiada confianza en que esto sea lo que vaya a ocurrir. Mi experiencia es que, por principio, los l¨ªderes de la Uni¨®n Europea no se atreven a oponerse a Merkel. Vi lo que sucedi¨® durante la crisis de la zona euro. Si Merkel se impone, como creo que suceder¨¢, Orb¨¢n realizar¨¢ cambios en la Constituci¨®n h¨²ngara para consolidar su poder pol¨ªtico m¨¢s all¨¢ de las elecciones de 2022 y permitir que el dinero siga fluyendo hacia su familia y sus socios. En Polonia, el ir¨®nicamente llamado Partido de la Ley y la Justicia seguir¨¢ persiguiendo a los jueces d¨ªscolos.
Y por ¨²ltimo, una reflexi¨®n concerniente al Consejo y el Parlamento europeos. Cuando Merkel abandone la pol¨ªtica a finales de 2021, Orb¨¢n ser¨¢ el miembro m¨¢s antiguo del Consejo. Tambi¨¦n ser¨¢ el estadista de mayor edad y el l¨ªder del Partido Popular Europeo, el grupo con mayor n¨²mero de diputados del Parlamento. Esto es lo que pasa cuando no se planta cara a los hombres fuertes: que ellos te la plantan a ti.
Wolfgang M¨¹nchau es director de eurointelligence.com
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