Venezuela rota

El conato de elecciones parlamentarias celebradas el domingo en Venezuela, lejos de servir para iniciar la salida a la crisis que asola al pa¨ªs, como se espera de toda cita con las urnas, empeora cualquier perspectiva de futuro al consolidar la deriva autoritaria del chavismo. La falta de transparencia en el proceso ha sido denunciada por buena parte de la comunidad internacional y hacen bien en no reconocer los resultados la Uni¨®n Europea, Estados Unidos y el Grupo de Lima. La alt¨ªsima abstenci¨®n ¡ªoficialmente del 70%, pero que podr¨ªa ser mayor al no haber habido observadores internacionales fiables¡ª confirma la profunda fractura entre las ¨¦lites bolivarianas y una poblaci¨®n hastiada y sumida en una terrible crisis econ¨®mica y social.

El presidente venezolano ha logrado hacerse con el control del Parlamento, el ¨²nico ¨®rgano que estaba en poder de la oposici¨®n desde hac¨ªa cinco a?os y al que en todo este tiempo ha tratado de despojar de cualquier autoridad, primero con la creaci¨®n de una Asamblea paralela a mayor gloria del chavismo y despu¨¦s con una incesante persecuci¨®n de los dirigentes opositores. Desde el primer momento, Maduro no ha ocultado que iba a hacer todo lo posible para evitar otra posible derrota en las urnas. El l¨ªder chavista, que ya se reeligi¨® en el cargo en 2018 con otras elecciones cuestionadas y que no fueron reconocidas por gran parte de la comunidad internacional, tiene pocos motivos para celebrar estos comicios hechos a su medida: la alt¨ªsima abstenci¨®n revela lo magro de los apoyos que concita.

Ser¨ªa un error, en cualquier caso, considerar esa abstenci¨®n como una victoria de la oposici¨®n liderada por Juan Guaid¨®, a quien a¨²n cerca de 60 pa¨ªses reconocen como presidente interino, que hab¨ªa hecho un llamamiento a sus seguidores a no acudir a las urnas. El desapego con la clase pol¨ªtica en Venezuela, donde ning¨²n dirigente cuenta con m¨¢s del 30% de aprobaci¨®n, obliga a Guaid¨® y a la dirigencia opositora mayoritaria, no al peque?o grupo que se present¨® a esta cita electoral, a reconsiderar su estrategia a partir del 5 de enero. Un giro que afectar¨¢ tambi¨¦n a los pa¨ªses que lo han apoyado hasta ahora.

El principal objetivo de Maduro era acaparar el mayor poder posible para tener algo de legitimidad internacional y negociar en mejores condiciones una rebaja de las sanciones impuestas por EE UU y Europa y que complican la situaci¨®n del pa¨ªs. En este sentido, resulta desafortunada la postura del expresidente espa?ol Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, que elude subrayar la ausencia de condiciones democr¨¢ticas en estos comicios y evita denunciar las pr¨¢cticas abusivas del r¨¦gimen chavista, mientras reclama a la Uni¨®n Europea que reconsidere su actitud en este proceso. Los 27 har¨¢n bien en ignorar una advertencia que oculta lo que est¨¢ sucediendo.

Zapatero, que en cinco a?os de visitas a Venezuela ha sido incapaz de lograr consensos entre los sectores mayoritarios del pa¨ªs, tiene raz¨®n en que la salida a la situaci¨®n del pa¨ªs caribe?o pasar¨¢ por una negociaci¨®n. Pero la necesidad de esta no obliga a callar frente a los abusos de Maduro. Son imprescindibles unas elecciones transparentes, algo incompatible con lo que sucedi¨® el domingo.