Salvadores
Desde extremos distintos la derecha polaca y la izquierda venezolana dicen rescatar vidas, almas, pueblos
¡°Padre de los pobres, ven, luz de los corazones, fuente de todo consuelo¡±. La serendipia ha querido que oiga una misa ma?anera pand¨¦mica (al aire libre, con altavoz: la Palabra te llega quieras o no) mientras le¨ªa noticias sobre las recientes elecciones venezolanas. Y claro, el paralelismo entre la oda al Mes¨ªas y la manera en que se enmarcan a s¨ª mismos los movimientos por la salvaci¨®n del pueblo se vuelve, una vez m¨¢s, inevitable.
¡°Los pobres han sido los sujetos m¨¢s utilizados en la historia de Am¨¦rica y del mundo¡±, le dijo hace poco el historiador venezolano Agust¨ªn Blanco Mu?oz a la BBC con motivo del vig¨¦simo aniversario del ascenso de Ch¨¢vez al poder. El entrevistador le pon¨ªa ante la idea, extendida, de que Hugo fue el primer pol¨ªtico que pens¨® en los pobres en el pa¨ªs. Una noci¨®n que, al parecer, compr¨® Rafael Caldera. Candidato centrista a la presidencia de Venezuela en 1993, dio su apoyo a un Ch¨¢vez encarcelado tras el fallido intento de golpe de 1992. Lo liber¨® al vencer bajo el argumento de que lo sucedido se explicaba precisamente por la ¡°necesidad de enfrentar la situaci¨®n de hambre y miseria en Venezuela¡± (de nuevo Agust¨ªn Blanco).
El chavismo aparec¨ªa as¨ª como necesario e inevitable al mismo tiempo: esa es la aspiraci¨®n de cualquier proyecto de salvaci¨®n. Se apalanca en una necesidad evidente, innegable, y la transforma en justificaci¨®n. En ello, busca alianzas entre los moderados. Apela a su responsabilidad, a sus miedos o a sus ambiciones. Anne Applebaum ha retratado como nadie este proceso: c¨®mo, mientras ascend¨ªa la derecha autoritaria en Polonia, iba sorprendi¨¦ndose al comprobar qui¨¦nes entre sus otrora amigos, liberales o conservadores dem¨®cratas, se un¨ªan a la causa populista.
El domingo, Venezuela acudi¨® a unas urnas sin esperanza, mientras Polonia sigue poniendo a prueba los l¨ªmites de una Uni¨®n Europea que no encuentra la manera de hacer respetar sus valores fundacionales. En ambos lugares se mantiene viva la promesa de salvaci¨®n inevitable. Desde extremos distintos la derecha polaca y la izquierda venezolana dicen rescatar vidas, almas, pueblos. Seg¨²n la experiencia acumulada, la que relatan personas como Blanco o Applebaum, ning¨²n dem¨®crata deber¨ªa dejarse embelesar: la salvaci¨®n no es necesaria, ni inevitable. Ninguna ideolog¨ªa totalizante, como ninguna religi¨®n, la ha producido sin desembocar en desastre. @jorgegalindo
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