La Navidad macabra de los siameses

Adem¨¢s de utilizar la mentira como activo pol¨ªtico, la principal afinidad entre Donald Trump y Jair Bolsonaro es algo que debe estudiarse mejor: el deseo de matar. Trump ofrece a sus votantes un festival de ejecuciones. Bolsonaro ha decidido regalar a sus seguidores la exenci¨®n de impuestos en la importaci¨®n de rev¨®lveres y pistolas. Ambos reparten sus fechor¨ªas navide?as despu¨¦s de que su negligencia deliberada convirtiera a Estados Unidos y a Brasil en los dos pa¨ªses con el mayor n¨²mero absoluto de muertes por la covid-19.

Desde julio hasta su salida de la Casa Blanca, el 20 de enero, Trump pretende ejecutar a 13 personas. Desde 1896, el n¨²mero de ejecuciones federales en un a?o no alcanzaba los dos d¨ªgitos. Al realizar el macabro ritual durante la pandemia, tambi¨¦n arriesga la vida de otros. En una de las ejecuciones, ocho de los 40 involucrados se contagiaron de la covid-19. La incapacidad de detener a un presidente sospechoso de ser un soci¨®pata demuestra lo fr¨¢gil que es la democracia de EE UU. Trump lo hace porque puede. ?Y c¨®mo es posible que pueda?

En Brasil, la pena de muerte no est¨¢ permitida. Pero el presidente ha encontrado otras formas de matar. Desde que asumi¨® el cargo, ha firmado m¨¢s de 20 actos que ampl¨ªan enormemente el acceso a las armas. Lleg¨® a eliminar medidas para que el Ej¨¦rcito mejorara la identificaci¨®n y el rastreo de munici¨®n y productos controlados, como explosivos. Este mes, cuando Brasil ya ha superado las 180.000 muertes por la covid-19 sin siquiera planificar la vacunaci¨®n, Bolsonaro ha decidido, una vez m¨¢s, estimular que la poblaci¨®n se arme.

La exenci¨®n de impuestos en la importaci¨®n de armas ha sido suspendida temporalmente por un magistrado del Supremo Tribunal Federal. Sin embargo, la maltrecha democracia brasile?a ha demostrado que en la mayor¨ªa de los casos es incapaz de detener a un presidente sospechoso de ser un soci¨®pata. Bolsonaro lo hace porque puede. ?Y c¨®mo es posible que pueda?

Los seres humanos ejecutados por las m¨¢quinas de matar de Trump y Bolsonaro no son gen¨¦ricos. Tienen color. Seg¨²n un informe del Centro de Informaci¨®n sobre la Pena de Muerte, 296 negros han sido ejecutados en EE UU desde 1976 acusados de matar a blancos y solo 21 blancos han sido ejecutados por matar a negros. En Brasil, siete de cada 10 j¨®venes asesinados son negros. La letalidad policial est¨¢ aumentando de forma asombrosa. Seg¨²n el Foro Brasile?o de Seguridad P¨²blica, solo en el Estado de R¨ªo de Janeiro la polic¨ªa asesin¨® a 99 ni?os y adolescentes entre enero y junio. No se puede salvar la democracia en EE UU y Brasil sin tratar a Trump y a Bolsonaro como lo que son: racistas que deben responder de cientos de miles de muertes.

Traducci¨®n de Meritxell Almarza.