Cuando un amigo se va
Nada podr¨¢ sustituir la amistad y la confianza entre Putin y Trump, tan fruct¨ªferas para ambos y tan inquietantes para todos
Vlad¨ªmir no encontrar¨¢ otro amigo como Donald. No ha estado mal el rendimiento de estos cuatro a?os, especialmente en Siria, en Libia y en el C¨¢ucaso, donde Mosc¨² ha ido ocupando el vac¨ªo dejado por Washington. Ha dado sus buenos frutos la inversi¨®n de 2016 para evitar la victoria de Hillary Clinton. Si las interferencias en la campa?a electoral impulsaron e inauguraron el mandato trumpista, ahora culmina con el mayor ataque cibern¨¦tico de la historia, a cargo de hackers rusos contra la Administraci¨®n estadounidense.
Putin sabe que su amigo suele mirar hacia otro lado cuando conviene y prefiere creerle a ¨¦l antes que a las agencias de inteligencia de Estados Unidos. Siempre ha contado con su benevolencia cuando los agentes secretos a su servicio se han excedido en su celo al neutralizar a los enemigos. ¡°Nosotros tambi¨¦n matamos¡±, reconoci¨® el presidente de Estados Unidos en una sincera expresi¨®n de solidaridad gremial.
Trump y Putin, f¨ªsicamente tan distintos y de biograf¨ªas tan dispares, tienen mucho en com¨²n. ¡°Duros, con astucia callejera, nada sentimentales (¡) nunca se mueven fuera de su limitada experiencia y ven el clientelismo, el soborno, el chantaje, el fraude y la violencia ocasional como leg¨ªtimas herramientas de negociaci¨®n. En su mundo, la falta de escr¨²pulos y el desprecio por cualquier aspiraci¨®n elevada, m¨¢s all¨¢ de la acumulaci¨®n de poder, no son defectos, sino ventajas¡±. Esta descripci¨®n tan cruda es de Barack Obama. Se puede leer en sus memorias (Una tierra prometida. Debate). Aunque se refiere a Putin, a la vista est¨¢ que vale tal cual para Trump.
Putin ha esperado hasta esta semana para reconocer la victoria de Biden. Y en su interminable conferencia de prensa anual ha tenido la oportunidad de responder a las malintencionadas preguntas sobre la limitada eficacia de las interferencias rusas en estas elecciones, as¨ª como la posibilidad r¨¢pidamente descartada de conceder el asilo a Trump en caso de que le persiga la justicia. Pero nada tan destacado ni inquietante como su reacci¨®n al inter¨¦s de los periodistas por el ataque qu¨ªmico contra Alex¨¦i Navalni: ¡°?Por qu¨¦ era necesario envenenarlo? Es rid¨ªculo. Si hubiera sido necesario se habr¨ªa llevado hasta el final¡±.
Adem¨¢s de matar, el veneno en dosis bien calculadas tambi¨¦n sirve para amenazar. La periodista Anna Politovskaia sobrevivi¨® a un ataque t¨®xico en 2004 antes de ser acribillada a tiros en la puerta de su casa en 2006. Vlad¨ªmir Putin ya era entonces el se?or del Kremlin.
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