Contigo sirvo, contigo caigo
Trabajadores de sectores fuera de la salud, pero que como sociedad hemos designado necesarios incluso en una pandemia, batallan con el miedo a contagiarse, a llevar el contagio a sus hogares, d¨ªa tras d¨ªa
¡°S¨®lo duermes veinte minutos, pero sue?as con alguna epifan¨ªa, un solo destello de alivio que le d¨¦ sentido a lo que has visto¡±. Taylor Swift escribi¨® y cant¨® estas palabras este a?o pensando en las personas que sirven a la comunidad a¨²n asumiendo el inevitable riesgo de ca¨ªda. Gente como su propio abuelo, combatiente en la II Guerra Mundial. En la batalla de Guadalcanal vio cosas de las que nunca pudo hablar despu¨¦s. Con nadie. Esa es la ca¨ªda inevitable, por cierto: a¨²n sin heridas de por vida, a¨²n sin perder la misma, el da?o emocional es inesquivable.
En 2020, cientos de miles de personas en el mundo entero est¨¢n pasando por exactamente lo mismo en una batalla de largo aliento contra el virus. Otros tantos millones, trabajadores de sectores fuera de la salud, pero que como sociedad hemos designado necesarios incluso en una pandemia, batallan con el miedo a contagiarse, a llevar el contagio a sus hogares, d¨ªa tras d¨ªa.
Creo que en estas vidas encontramos un ejemplo de la pieza que nos falta para reconstruir una idea que ha quedado extra?amente relegada en el siglo XXI: la noci¨®n de comunidad. No con may¨²scula, desde arriba: naciones, patrias, partidos e ideolog¨ªas nos sobran. Sino desde abajo, desde la decisi¨®n individual de contribuir al bienestar de las personas que tenemos alrededor en la medida de lo posible, pero esperando una retribuci¨®n justa a cambio (monetaria, pero tambi¨¦n emocional y social).
En ese sentido, estas vidas son su propia epifan¨ªa, pero es imposible verlo cuando se est¨¢ en el fragor de la batalla. Por eso los dem¨¢s tenemos que hacerlo evidente. Pagando (y pidiendo) buenos salarios, plataformas de apoyo p¨²blico (tambi¨¦n, quiz¨¢s sobre todo a largo plazo, en salud mental), dando las gracias cuando nuestras propias vidas se crucen con ellas, pregunt¨¢ndoles c¨®mo est¨¢n si lo consideramos apropiado, usando mascarilla, encontr¨¢ndonos al aire libre, abriendo puertas y ventanas. Esas son nuestras peque?as contribuciones voluntarias de servicio, de construcci¨®n comunitaria que esquiva tanto el peligro ego¨ªsta como el abismo tribal para ser ¨²til, productiva, beneficiosa: viene de lo individual, de lo peque?o, manejable, de la escala humana; y ah¨ª vuelve siempre, tras encontrarse en lo colectivo. Yo, como Taylor Swift, les digo a todas esas personas que esta Nochebuena, y en todos los d¨ªas que seguir¨¢n: contigo sirvo, contigo caigo. @jorgegalindo
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