Ser musulm¨¢n en Francia en tiempos inciertos
Combatir una ideolog¨ªa se est¨¢ confundiendo con combatir una religi¨®n. El problema es el racismo
Estas ¨²ltimas semanas en Francia, a ra¨ªz de los atentados perpetrados por terroristas islamistas, est¨¢n siendo de una extrema dureza para todos los franceses. Sin embargo, hay una fracci¨®n de la poblaci¨®n que lo vive adem¨¢s con una extrema angustia, se trata de los ciudadanos de confesi¨®n musulmana. A cada atentado se vuelven a escuchar las mismas declaraciones incendiarias y se multiplican los ataques en contra de todos los musulmanes sin distinci¨®n. Es manifiesto que cada d¨ªa se aleja m¨¢s la perspectiva de una convivencia pac¨ªfica, los musulmanes de Francia se sienten como los eternos hu¨¦spedes indeseados en su propio pa¨ªs.
Emmanuel Macron clama por luchar contra el islamismo mientras propulsa un discurso exaltado y ambiguo hacia el islam en general. En Francia se est¨¢ corriendo el riesgo de que llegue el d¨ªa en que hasta la laicidad termine cayendo en las derivas de las religiones, mut¨¢ndose en una religi¨®n civil fan¨¢tica, obtusa y ciega, arrasando con lo que se le pone delante.
La laicidad no es lo contrario de la religi¨®n, al inicio fue una lucha contra el poder pol¨ªtico del clero, es el anticlericalismo. Por lo tanto, se trata del respeto a las creencias religiosas por igual, siempre que sean practicadas y ense?adas en el ¨¢mbito privado del ciudadano.
El presidente franc¨¦s habla de combatir la ideolog¨ªa que est¨¢ detr¨¢s del islam pol¨ªtico. Sin embargo, habr¨ªa que recordar a los mandatarios occidentales que sus amigos y aliados, los gobernantes de los pa¨ªses del Golfo, son los responsables que alimentaron y alimentan al monstruo. Las potencias occidentales, al optar durante d¨¦cadas por sus intereses inmediatos a expensas del derecho a vivir en democracias respetuosas de los derechos humanos de millones de ¨¢rabes y musulmanes, estaban participando en la implantaci¨®n del islamismo.
Samuel Paty, asesinado el 16 de octubre por un terrorista, mostr¨® las caricaturas controvertidas en un curso de educaci¨®n c¨ªvica a sus alumnos adolescentes para abrir el debate sobre la libertad de expresi¨®n. Samuel Paty forma parte de la estirpe de los profesores de vocaci¨®n que aspiran a infundir a sus alumnos las bases de un esp¨ªritu cr¨ªtico que les ayude a desarrollar su libertad de pensamiento haciendo primar la raz¨®n. Precisamente lo contrario de lo que est¨¢n esgrimiendo los pol¨ªticos estas ¨²ltimas semanas, que para homenajear su memoria apelan a las emociones de sus potenciales votantes, avivando as¨ª el malestar y la divisi¨®n entre la ciudadan¨ªa con sus medidas y declaraciones irreflexivas.
Macron deber¨ªa comprender que lo que se ha construido a fuerza de pol¨ªticas erradas durante d¨¦cadas no se puede deconstruir en dos a?os con miras a ganar las elecciones presidenciales de 2022. El presidente franc¨¦s no est¨¢ enga?ando a nadie con sus cabriolas ideol¨®gicas, ni siquiera a una parte de sus simpatizantes que est¨¢n desviando sus esperanzas hacia la extrema derecha para resguardarse de los inmigrantes y los musulmanes, los espantap¨¢jaros de predilecci¨®n.
Combatir una ideolog¨ªa se est¨¢ confundiendo con combatir una religi¨®n, porque el verdadero problema de Francia es el racismo estructural. Los guetos donde se aglutinan los inmigrantes es el terreno f¨¦rtil donde han plantado los extremistas las semillas de su doctrina fascista. A Macron se le olvida que tambi¨¦n es el presidente de cinco millones de franceses de confesi¨®n musulmana y que su actitud, percibida como beligerante, es precisamente lo que quieren provocar los islamistas. Tal vez se est¨¢ regalando a los terroristas una nueva hornada de futuros t¨ªteres radicalizados por culpa de la pol¨¦mica ley sobre el separatismo.
Estamos ante dos mundos que se observan a trav¨¦s de sus prejuicios. Entre ambos se mantiene un di¨¢logo de sordos, porque donde Francia ve libertad de expresi¨®n, el mundo musulm¨¢n ve provocaci¨®n y ofensa hacia sus valores sagrados. El pa¨ªs galo deber¨ªa explicar mejor a los musulmanes su concepto de la laicidad, que difiere incluso de la de otros pa¨ªses occidentales. Mientras que el mundo musulm¨¢n deber¨ªa afrontar sus propios demonios y reconocer que el islam est¨¢ viviendo una crisis profunda y que hoy en d¨ªa est¨¢ asociado a la violencia por culpa del islamismo.
No obstante, los musulmanes de Francia deber¨ªan imponerse como ciudadanos de pleno derecho y dejar claro que no aceptan que se cuestione su lealtad hacia la rep¨²blica y sus valores cada vez que se comete un atentado islamista. Precisamente, el concepto de laicidad en Francia no permite discriminar a una franja de la poblaci¨®n por su confesi¨®n.
Aunque es verdad que la patria cuya divisa es ¡°libert¨¦, ¨¦galit¨¦, fraternit¨¦¡± es un aut¨¦ntico nido de contradicciones y lo que se est¨¢ debatiendo estas ¨²ltimas semanas en Francia es una prueba m¨¢s de esa particularidad. El Gobierno quiere dar la impresi¨®n de que est¨¢ defendiendo la libertad de expresi¨®n a capa y espada, pero por el otro lado est¨¢ atacando la libertad de la prensa con su proposici¨®n de ley sobre ¡°la seguridad global¡± que, entre otros, restringe el derecho a informar de los periodistas. En definitiva, afirma que la libertad de expresi¨®n es sagrada mientras proyecta amputar la libertad de informar cuando una no podr¨ªa existir sin la otra.
Houda Louassini es hispanista y traductora.
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