Alargar los ERTE

La pandemia ha propinado un duro golpe al mercado laboral espa?ol en 2020. La afiliaci¨®n ha ca¨ªdo en m¨¢s de 360.000 personas y el paro ha aumentado en m¨¢s de 724.000. Se trunca as¨ª la serie de seis a?os seguidos de recuperaci¨®n que, aunque con gran protagonismo del empleo precario, temporal y poco productivo, hab¨ªa permitido recuperar los niveles alcanzados antes de la crisis anterior. Desafortunadamente, el futuro m¨¢s inmediato no va a ser mejor. El invierno es la peor ¨¦poca en el muy estacional mercado de trabajo espa?ol. Adem¨¢s, y sobre todo, la nueva expansi¨®n de la pandemia hace prever dificultades y restricciones que oscurecen el horizonte.

Todos los elementos disponibles apuntan pues a que los ERTE seguir¨¢n siendo necesarios durante m¨¢s tiempo. Hasta ahora han sido una herramienta esencial para amortiguar el impacto del virus sobre empresas y trabajadores. La comparaci¨®n con lo sucedido en crisis anteriores lo demuestra. Lo habitual en Espa?a cuando llegan las recesiones ha sido un retroceso mucho mayor del empleo que del PIB. Durante la pandemia esa relaci¨®n perversa se ha invertido. Esto muestra que el mecanismo es ¨²til y ha cumplido sus objetivos por el momento, pese a que ha tenido problemas de gesti¨®n (atascos en el SEPE y los servicios auton¨®micos de empleo o retrasos en el cobro de algunas prestaciones).

El reto ahora es que siga funcionando, incluso mejor, en los pr¨®ximos meses. El pr¨®ximo d¨ªa 31, caduca la regulaci¨®n extraordinaria que se aprob¨® en oto?o y esta misma semana los Ministerios de Trabajo y de Seguridad Social comienzan a negociar con los agentes sociales su pr¨®rroga. Los m¨¢ximos responsables de ambos departamentos ¡ªYolanda D¨ªaz y Jos¨¦ Luis Escriv¨¢¡ª ya han dejado claro que su intenci¨®n es renovarla por tercera vez con los ajustes que crean necesarios tras analizar su funcionamiento. Los sindicatos y los empresarios aprovecharon ayer la publicaci¨®n de los datos del mercado laboral para reclamar su prolongaci¨®n. Entre los patronos no faltan sectores ¡ªlos hoteleros¡ª que ya piden incluso llevarla hasta fin de a?o.

De momento, ser¨ªa recomendable una negociaci¨®n que concluyera pronto, sin apurar el plazo al m¨¢ximo. La propia Yolanda D¨ªaz ha hablado del 15 de enero. Hay que ofrecer con rapidez certezas y confianza a las empresas para que puedan hacer sus previsiones. En cuanto al horizonte temporal, parece razonable una pr¨®rroga que llegue hasta la finalizaci¨®n del actual estado de alarma en mayo. Un plazo demasiado corto causar¨ªa una indeseable inestabilidad; uno demasiado largo, una atadura il¨®gica en un escenario muy cambiante. Ser¨¢ necesario reevaluar la situaci¨®n en el segundo trimestre, y quiz¨¢s planificar entonces una transici¨®n con esquemas de apoyo m¨¢s selectivos. Tambi¨¦n parece oportuno que se contemplen medidas que ayuden a que los afectados por los ERTE no pierdan facultades y a facilitar su reciclaje si posteriormente su empleo acaba destruido.

Es verdad que la prolongaci¨®n del mecanismo conlleva el riesgo de sostener empresas o actividades que tras el virus tengan poco ¡ªo ning¨²n¡ª futuro, el fen¨®meno conocido como zombificaci¨®n. Pero las circunstancias actuales aconsejan que todav¨ªa se siga apostando por un fuerte respaldo al tejido productivo y el empleo a trav¨¦s de las diferentes modalidades extraordinarias de ERTE.