Juego limpio

Los derechos a la participaci¨®n pol¨ªtica (votar) y a la salud p¨²blica son fundamentales, y sus fricciones deben resolverse bajo el principio de la proporcionalidad. Este axioma sustenta la resoluci¨®n del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a (TSJC) que obliga a mantener ¡ªpor ahora¡ª la convocatoria de elecciones auton¨®micas para el 14-F contra la pretensi¨®n de la Generalitat. Lo hace en un texto de buena factura jur¨ªdica, algo clave, pues no dirime conveniencias partidistas: deslinda entre derechos b¨¢sicos. El TSJC recuerda que el voto entra?a un ¡°inter¨¦s p¨²blico muy intenso¡±. Rechaza la provisionalidad a la que la cancelaci¨®n de la convocatoria abocar¨ªa a Catalu?a, pues no es un aplazamiento con fecha cierta, sino indicativa y maleable a placer del Govern. Y tambi¨¦n la interinidad institucional, sin presidente reconocido como tal por sus socios; con el Parlamento disuelto largos meses; y sin Gobierno cohesionado. Algo m¨¢s que ¡°relevante¡± en plena pandemia.

Y sobre todo, invoca la proporcionalidad ¡ªindispensable a la hora de limitar derechos fundamentales¡ª al no excluir que hasta su decisi¨®n definitiva puedan producirse ¡°cambios sustanciales¡±, antes del 14-F, por una ¡°evoluci¨®n negativa¡±, sanitaria y de la movilidad. En plata, si el Govern endurece sus restricciones o solicita del Gobierno el confinamiento, acreditar¨ªa una fuerza mayor quiz¨¢ justificativa de la cancelaci¨®n. Si no lo hace, es poco cre¨ªble. M¨¢s a¨²n cuando un conseller, puntal del grupo de Waterloo, postulaba ¡ªel mismo d¨ªa en que el Govern alertaba sobre la gravedad de la evoluci¨®n de la pandemia¡ª, relajar las restricciones para fomentar el acceso a las estaciones de esqu¨ª, en un gran ¨¦xtasis de la caricatura.

Esa funesta inconsistencia ha sido tambi¨¦n compartida por quienes en vez de reconocer el error de su decreto, arremeten contra el tribunal: ¡°irresponsabilidad¡±, le atribuye el l¨ªder en funciones del Govern, Pere Aragon¨¨s; ¡°no permitiremos que esta justicia se imponga¡±, agita la dirigente de Junts Elsa Artadi; y Laura Borr¨¤s, la imputada por corrupci¨®n candidata de ese partido, le achaca la pretensi¨®n de aplicar ¡°un 155¡±, confundiendo aviesamente al tribunal con el Gobierno Rajoy.

El riesgo es grave y no puede desatenderse. Las ofensivas ret¨®ricas exacerbadas que agitan espectros conspirativos ahora son la semilla de posibles frutos t¨®xicos despu¨¦s: la erosi¨®n, ante la mirada de parte de la ciudadan¨ªa, de la plena legitimidad del proceso electoral. Esto debe evitarse. Corresponde a los partidos resolver con juego limpio, no empeorar. La convocatoria, muy abierta tras a?os de primac¨ªa sentimental y de radicalidad, es la ocasi¨®n de finiquitar la catastr¨®fica etapa del proc¨¦s y avanzar hacia una nueva fase de abandono del unilateralismo y la ilegalidad, de desinflamaci¨®n de la crisis, de atenci¨®n a la eficaz gesti¨®n de los servicios p¨²blicos. Esto es lo que est¨¢ en el inter¨¦s general de la ciudadan¨ªa catalana, lo que deber¨ªan propiciar los comicios auton¨®micos.

Minar esa oportunidad ser¨ªa una grav¨ªsima irresponsabilidad. Las sospechas que se viertan sobre las responsabilidades en el vaiv¨¦n de la convocatoria, o la falta de energ¨ªa para diluirlas, amenazan con anular el contraste de proyectos y sustituirlo por la deslegitimaci¨®n del voto, procurada o tolerada. Nada ser¨ªa peor.