Cooperaci¨®n multilateral para la recuperaci¨®n global
Las crisis m¨¢s graves demandan las soluciones m¨¢s ambiciosas y debemos trabajar juntos para un modelo inclusivo que permita a todos los pa¨ªses combatir la covid y defender los valores compartidos
En septiembre de 2000, 189 pa¨ªses firmaron la Declaraci¨®n del Milenio, que establece principios de cooperaci¨®n internacional para una nueva era de progreso hacia objetivos compartidos. Terminada la Guerra Fr¨ªa, confi¨¢bamos en nuestra capacidad para crear un orden multilateral que permitiera enfrentar los grandes retos del momento: el hambre y la pobreza extrema, el deterioro del medioambiente, las enfermedades, las crisis econ¨®micas y la prevenci¨®n de conflictos. En septiembre de 2015, todos los pa¨ªses volvieron ...
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En septiembre de 2000, 189 pa¨ªses firmaron la Declaraci¨®n del Milenio, que establece principios de cooperaci¨®n internacional para una nueva era de progreso hacia objetivos compartidos. Terminada la Guerra Fr¨ªa, confi¨¢bamos en nuestra capacidad para crear un orden multilateral que permitiera enfrentar los grandes retos del momento: el hambre y la pobreza extrema, el deterioro del medioambiente, las enfermedades, las crisis econ¨®micas y la prevenci¨®n de conflictos. En septiembre de 2015, todos los pa¨ªses volvieron a comprometerse con un programa ambicioso para el abordaje conjunto de los desaf¨ªos globales: la Agenda para el Desarrollo Sostenible 2030 de las Naciones Unidas.
El mundo experimenta tendencias divergentes, por las que una mayor prosperidad mundial fue acompa?ada de persistencia o aumento de desigualdades. Ha habido una expansi¨®n de la democracia, al tiempo que resurg¨ªan el nacionalismo y el proteccionismo. En las ¨²ltimas d¨¦cadas, dos grandes crisis, que afectaron en gran medida a las sociedades y debilitaron el marco de pol¨ªticas compartido, sembraron dudas sobre nuestra capacidad para superar perturbaciones, resolver sus causas b¨¢sicas y garantizar un futuro mejor para las generaciones venideras. Tambi¨¦n fueron un recordatorio del grado de nuestra interdependencia.
Las crisis m¨¢s graves demandan las decisiones m¨¢s ambiciosas para definir el futuro. Creemos que esta puede ser una oportunidad de recrear consenso para un orden internacional basado en el multilateralismo y en el Estado de Derecho, en un marco eficaz de cooperaci¨®n, solidaridad y coordinaci¨®n. Imbuidos de este esp¨ªritu, estamos decididos a trabajar juntos, en el contexto de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas, los organismos regionales, foros internacionales como el G7 y el G20, y coaliciones ad hoc, para resolver los desaf¨ªos globales que enfrentamos y enfrentaremos.
La primera emergencia es la sanitaria. La crisis de la covid-19 es la mayor prueba a la que ha sido sometida la solidaridad global en generaciones. Ha sido el recordatorio de un hecho evidente: frente a una pandemia, la cadena de la seguridad sanitaria se rompe por el sistema de salud p¨²blica m¨¢s d¨¦bil. Mientras haya covid-19 en cualquier lugar, las personas y econom¨ªas de todo el mundo estar¨¢n en riesgo.
La pandemia exige una decidida respuesta internacional coordinada para ampliar en el menor tiempo posible el acceso a kits de diagn¨®stico, tratamientos y vacunas, reconociendo que la inmunizaci¨®n a gran escala es un bien p¨²blico mundial que debe estar al alcance de todos a un costo accesible. En este sentido, damos nuestro total apoyo al Acelerador del acceso a herramientas contra la covid?19, una plataforma internacional lanzada por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y el G20 en abril.
Para que pueda cumplir su misi¨®n, es necesario ampliar con urgencia el apoyo pol¨ªtico y financiero al Acelerador. Adem¨¢s, somos partidarios de que haya libre flujo de datos entre los participantes y se otorguen licencias voluntarias para el uso de productos patentados. A m¨¢s largo plazo, tambi¨¦n necesitamos una evaluaci¨®n independiente e integral de nuestra respuesta, para extraer todas las ense?anzas posibles de esta pandemia y prepararnos mejor para la siguiente, un proceso en el que a la OMS le corresponde un papel central.
Tambi¨¦n estamos ante una emergencia medioambiental. En preparaci¨®n de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Clim¨¢tico (COP26) que se celebrar¨¢ en Glasgow en noviembre, tenemos que intensificar nuestros esfuerzos en pos de limitar el cambio clim¨¢tico y crear econom¨ªas m¨¢s sostenibles. Es probable que en los primeros meses de 2021, varios pa¨ªses que constituyen m¨¢s del 65% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero hayan formulado ambiciosos compromisos con la neutralidad de carbono. Ahora es necesario que todos los gobiernos nacionales, empresas, ciudades e instituciones financieras se unan a la coalici¨®n mundial para la reducci¨®n a cero de la emisi¨®n neta de CO?, seg¨²n el Acuerdo de Par¨ªs sobre el clima, y que empiecen a implementar planes y pol¨ªticas concretos.
La pandemia caus¨® la peor crisis econ¨®mica desde la II Guerra Mundial. Recuperar una econom¨ªa mundial s¨®lida y estable es una prioridad fundamental. De hecho, esta crisis pone en riesgo los avances de dos d¨¦cadas en la lucha contra la pobreza y la desigualdad de g¨¦nero. Las desigualdades, al debilitar la cohesi¨®n social, son una amenaza para la democracia.
No hay duda de que la globalizaci¨®n y la cooperaci¨®n internacional han ayudado a miles de millones de personas a salir de la pobreza; pero casi la mitad de la poblaci¨®n mundial todav¨ªa tiene dificultades para satisfacer necesidades b¨¢sicas. Y en muchos pa¨ªses, las diferencias entre ricos y pobres se han vuelto insostenibles, las mujeres siguen sin igualdad de oportunidades y muchas personas todav¨ªa no ven pruebas de que la globalizaci¨®n las beneficie.
Mientras ayudamos a las econom¨ªas a superar la peor recesi¨®n desde 1945, nuestra prioridad central sigue siendo garantizar el libre comercio basado en reglas, como importante motor de crecimiento inclusivo y sostenible. Por eso, debemos fortalecer la Organizaci¨®n Mundial del Comercio y aplicar a la recuperaci¨®n econ¨®mica todo el potencial del comercio internacional. Al mismo tiempo, la protecci¨®n del medioambiente y de la salud, as¨ª como los est¨¢ndares sociales, deben ocupar un lugar central en los modelos econ¨®micos sin dejar de garantizar las condiciones necesarias para la innovaci¨®n.
Necesitamos una recuperaci¨®n mundial que llegue a todos. Esto implica incrementar el apoyo a los pa¨ªses en desarrollo (sobre todo en ?frica), tomando como base y ampliando acuerdos de colaboraci¨®n ya suscritos, como el Pacto del G20 con ?frica y su esfuerzo conjunto con el Club de Par¨ªs en el contexto de la Iniciativa de Suspensi¨®n del Servicio de la Deuda. Es esencial dar m¨¢s apoyo a esos pa¨ªses en la reducci¨®n de sus deudas y el acceso a financiaci¨®n sostenible para sus econom¨ªas, apelando para ello a todo el instrumental financiero internacional, incluido el activo de reserva del Fondo Monetario Internacional: los derechos especiales de giro (DEG).
Las nuevas tecnolog¨ªas se han vuelto importantes herramientas de progreso e inclusi¨®n, que contribuyen a crear sociedades, econom¨ªas y estados m¨¢s abiertos y resilientes, y salvaron vidas durante la pandemia. Pero casi la mitad de la poblaci¨®n mundial, y m¨¢s de la mitad de las mujeres y ni?as, siguen sin acceso a Internet y a sus beneficios.
Adem¨¢s, el considerable poder de las nuevas tecnolog¨ªas tambi¨¦n se puede usar para limitar derechos y libertades de la ciudadan¨ªa, difundir el odio o cometer delitos graves. Tenemos que trabajar sobre la base de iniciativas previas e involucrar a todas las partes interesadas pertinentes, para implementar una regulaci¨®n eficaz de Internet, a fin de crear un entorno digital seguro, libre y abierto que permita el flujo de datos en un contexto de confianza. Los beneficios deben llegar sobre todo a las personas m¨¢s desfavorecidas, lo que incluye resolver los problemas tributarios que plantea la digitalizaci¨®n de la econom¨ªa y combatir la nociva competencia impositiva.
Por ¨²ltimo, la crisis sanitaria interrumpi¨® la educaci¨®n de millones de estudiantes. Debemos mantener la promesa de proveer educaci¨®n universal y preparar a la nueva generaci¨®n con una formaci¨®n cient¨ªfica y pr¨¢ctica b¨¢sica, que tambi¨¦n incluya la comprensi¨®n de otras culturas, la tolerancia y aceptaci¨®n del pluralismo, y el respeto a la libertad de conciencia. La ni?ez y la juventud son nuestro futuro, y su educaci¨®n es fundamental.
A la hora de enfrentar estos desaf¨ªos, el multilateralismo no es una mera t¨¦cnica diplom¨¢tica, sino un modo de configurar un orden mundial y una forma muy concreta de organizar las relaciones internacionales, basada en la cooperaci¨®n, el Estado de Derecho, la acci¨®n colectiva y la adherencia a principios compartidos. En vez de enfrentar civilizaciones y valores, tenemos que crear un multilateralismo m¨¢s inclusivo, que respete nuestras diferencias lo mismo que los valores compartidos que est¨¢n consagrados en la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos.
El mundo despu¨¦s de la covid?19 no volver¨¢ a ser el mismo. Hagamos uso de los ¨¢mbitos de di¨¢logo y oportunidades disponibles (por ejemplo el Foro de Par¨ªs para la Paz) para avanzar con ideas claras hacia la soluci¨®n de estos desaf¨ªos. Invitamos a l¨ªderes pol¨ªticos, econ¨®micos, religiosos e intelectuales a participar en este di¨¢logo global.
Emmanuel Macron es presidente de Francia. Angela Merkel es canciller de Alemania. Macky Sall es el presidente de Senegal. Ant¨®nio Guterres es el secretario general de las Naciones Unidas. Charles Michel es el presidente del Consejo Europeo. Ursula von der Leyen es la presidenta de la Comisi¨®n Europea.
Traducci¨®n de Esteban Flamini.
? Project Syndicate, 2021.