Anular la deuda p¨²blica mantenida por el BCE para que nuestro destino vuelva a estar en nuestras manos
En la zona euro nos debemos el 25% de nuestro endeudamiento a nosotros mismos. Su cancelaci¨®n a cambio de inversiones de los Estados ser¨ªa un primer signo fuerte de que el continente est¨¢ recuperando su destino
El debate sobre la anulaci¨®n de las deudas en manos del BCE se ha desarrollado en Francia, pero tambi¨¦n en Italia, Luxemburgo y B¨¦lgica, en los pasillos de las instituciones europeas, entre los representantes del propio BCE y los distintos ministerios de finanzas de la zona euro.
Este debate es positivo y ¨²til. Por primera vez desde hace mucho tiempo, las cuestiones monetarias se plantean como discusi¨®n p¨²blica. El dinero deja de ser por un momento este tema, sustra¨ªdo a la deliberaci¨®n colectiva y confiado a un banco central independiente de los poderes pol¨ªticos, aunque dependiente de los mercados financieros. Los ciudadanos est¨¢n descubriendo, algunos de ellos con consternaci¨®n, que casi el 25% de la deuda p¨²blica europea est¨¢ ahora en manos de su banco central.
Nos debemos el 25% de nuestra deuda a nosotros mismos. Si devolvemos este dinero, tendremos que encontrarlo en alg¨²n lado, ya sea volviendo a pedir prestado para refinanciar la deuda en lugar de pedir prestado para invertir, ya sea subiendo los impuestos o recortando el gasto.
Hay otra manera. Como economistas, dirigentes y ciudadanos comprometidos de varios pa¨ªses, nos toca advertir que el BCE podr¨ªa ofrecer hoy a los Estados europeos los medios para su reconstrucci¨®n ecol¨®gica, pero tambi¨¦n para reparar los da?os sociales, econ¨®micos y culturales causados por la terrible crisis sanitaria que sufrimos.
Esto no significa que los Estados miembros no hayan actuado, ya que se han adoptado medidas de protecci¨®n. Pero siguen siendo muy insuficientes. El plan de rescate europeo, con una dotaci¨®n de apenas 300.000 millones de euros en subvenciones durante tres a?os, est¨¢ muy lejos de los dos billones de euros solicitados por el Parlamento Europeo. ?Hace falta recordar que, antes de la crisis sanitaria, el Tribunal de Cuentas Europeo ya indicaba en 2018 una necesidad m¨ªnima de entre 300.000 y 400.000 millones de euros de inversi¨®n adicional al a?o para financiar la transici¨®n ecol¨®gica en Europa? Estamos muy lejos de esto, sobre todo con la crisis sanitaria.
No consideramos que la cancelaci¨®n de la deuda p¨²blica, aunque est¨¦ retenida por el BCE, sea un hecho insignificante. Sabemos que las cancelaciones de deuda son momentos decisivos. As¨ª ocurri¨® en la Conferencia de Londres de 1953, cuando Alemania se benefici¨® de la condonaci¨®n de dos tercios de su deuda p¨²blica, lo que le permiti¨® volver a la prosperidad y afianzar su futuro en el espacio europeo. Pero, ?no est¨¢ Europa atravesando hoy una crisis de proporciones excepcionales que exigir¨ªa medidas igualmente excepcionales?
Por otro lado, contamos con la suerte de tener un acreedor que no teme perder su dinero: el BCE. Por tanto, nuestra propuesta es sencilla: hagamos un contrato entre los Estados europeos y el BCE. Este ¨²ltimo se compromete a condonar las deudas p¨²blicas que posee (o a transformarlas en deudas perpetuas sin intereses), mientras que los Estados se comprometen a invertir las mismas cantidades en la reconstrucci¨®n ecol¨®gica y social. Estas cantidades alcanzan ya casi 2.500.000 millones de euros para toda Europa. Esta cantidad es suficiente para satisfacer las expectativas del Parlamento Europeo y, sobre todo, para salvaguardar el inter¨¦s general.
Sin duda, el BCE puede permit¨ªrselo. Como reconoce un gran n¨²mero de economistas, incluso entre los que se oponen a esta soluci¨®n, un banco central puede operar con capital propio negativo sin dificultad. Puede incluso crear dinero para compensar estas p¨¦rdidas: as¨ª lo establece el Protocolo n? 4 anejo al Tratado de Funcionamiento de la Uni¨®n Europea. En segundo lugar, jur¨ªdicamente, en contra de lo que afirman algunos responsables de instituciones europeas, en particular el BCE, la anulaci¨®n no est¨¢ expl¨ªcitamente prohibida por los tratados europeos. Por un lado, todas las instituciones financieras del mundo pueden renunciar a sus cr¨¦ditos y el BCE no es una excepci¨®n. En cambio, la palabra ¡°cancelaci¨®n¡± no aparece ni en el Tratado ni en el Protocolo sobre el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC). Tal vez ser¨ªa ¡°contrario al esp¨ªritu del Tratado¡±, pero ?no era tambi¨¦n el caso del quantitative easing de Mario Draghi? En este asunto, solo cuenta la voluntad pol¨ªtica: la historia nos ha demostrado muchas veces que las dificultades jur¨ªdicas se ven superadas por los acuerdos pol¨ªticos.
Por ¨²ltimo, queremos aclarar un malentendido: queda claro que la cancelaci¨®n de la deuda p¨²blica por parte del BCE, aunque est¨¦ condicionada a su reinversi¨®n, no puede ser el alfa y el omega de cualquier pol¨ªtica econ¨®mica. En primer lugar, el BCE s¨®lo intervendr¨ªa para liberar el margen fiscal de los Estados miembros y, obviamente, no invertir¨ªa por s¨ª mismo. Algunos piensan que las tasas de inter¨¦s bajas o negativas en toda Europa son suficientes para empujar a los Estados a endeudarse para invertir. Esto no es lo que muestra la reducci¨®n constante del nivel medio de deuda p¨²blica en la Uni¨®n Europea entre 2015, cuando aparecieron las tasas negativas, y el inicio de la crisis sanitaria. Muchos Estados han reducido su nivel de endeudamiento en lugar de pedir pr¨¦stamos para invertir, aunque las tasas sean negativas. ?Por qu¨¦ cambiar¨ªa esto? El pacto suscrito entre los Estados y el BCE impedir¨¢ esta estrategia de escape de responsabilidad. Pero, por supuesto, no ser¨¢ suficiente: hay que tomar otras medidas en materia de reforma de los criterios de deuda y d¨¦ficit, de proteccionismo ecol¨®gico y solidario, de reformas fiscales destinadas a reducir el nivel de desigualdad¡ Tambi¨¦n hay que implementar una nueva gobernanza europea, en particular mediante la transici¨®n al voto por mayor¨ªa cualificada en asuntos fiscales.
Europa ya no puede permitirse el lujo de verse sistem¨¢ticamente bloqueada por sus propias normas. Otros Estados del mundo utilizan al m¨¢ximo su pol¨ªtica monetaria, en apoyo de la pol¨ªtica fiscal, como China, Jap¨®n o Estados Unidos. El Banco de Jap¨®n utiliza su poder de creaci¨®n monetaria para comprar acciones directamente en el mercado a trav¨¦s de fondos cotizados (ETF), convirti¨¦ndose as¨ª en el mayor inversor del pa¨ªs. Tambi¨¦n deber¨ªamos considerar la posibilidad de utilizar el poder de creaci¨®n monetaria del BCE para financiar la reconstrucci¨®n ecol¨®gica y social bajo control democr¨¢tico. La anulaci¨®n de las deudas p¨²blicas que tiene, a cambio de inversiones de los Estados, ser¨ªa un primer signo fuerte de que Europa est¨¢ recuperando su destino.
Thomas Piketty es director de investigaci¨®n en la ?cole des Hautes ?tudes en Sciences Sociales. Cristina Narbona es vocal de la junta directiva de Economistas Frente a la Crisis. Nacho ?lvarez es secretario de Estado de Derechos Sociales y secretario de Econom¨ªa de Podemos. Steve Keen es profesor de Econom¨ªa y Finanzas en la Universidad de Kingston. Firman adem¨¢s este texto:
FRANCIA: Nicolas Dufr¨ºne, alto funcionario y director del Instituto Rousseau; J¨¦zabel Couppey-Soubeyran, profesora titular de la Universidad de Par¨ªs 1 Panth¨¦on-Sorbonne; Laurence Scialom, profesora de la Universidad de Par¨ªs-Nanterre, EconomiX; Ga?l Giraud, director de investigaci¨®n del CNRS y profesor de la Ecole des ponts ParisTech; Aurore Lalucq, economista, cofundadora del Instituto Veblen; Matthieu Caron, profesor titular de la Universidad Polit¨¦cnica de Hauts-de-France. Baptiste Bridonneau, estudiante de doctorado en la Universidad de Par¨ªs-Nanterre, EconomiX; Christian Wandebrouck, economista e investigador del Instituto Rousseau; Luke Jacob, profesor de Teor¨ªa Monetaria Moderna; Jean-Fran?ois Ponsot, profesor en la Universidad Grenoble Alpes; Eric Toussaint, doctor de las Universidades de Lieja y Par¨ªs VIII y portavoz del Comit¨¦ de la abolici¨®n de las deudas ileg¨ªtimas (CADTM); Michel Crinetz, comisario-controlador general honorario de Seguros; Dominique Plihon, profesor de la Universidad de la Sorbona Par¨ªs Norte; Dominique M¨¦da, profesor de Sociolog¨ªa en la Universidad de Par¨ªs-Dauphine-PSL y director del Instituto de Investigaci¨®n Interdisciplinaria en Ciencias Sociales; Christophe Revelli, profesor en la Kedge Business School; Andr¨¦ Tiran, profesor en Lyon 2; Jean-Marie Harribey, profesor titular en Burdeos-IV y copresidente de Attac; Catherine Samary, profesora en la Universidad de Par¨ªs X y miembro del Comit¨¦ Cient¨ªfico - Attac; Pierre Khalfa, Fundaci¨®n Cop¨¦rnico; J¨¦r?me Trotignon, profesor titular en Lyon 3; Caroline Lequesne Roth, profesora titular en la Universidad Nice Sophia Antipolis; Val¨¦rie Lafargue, responsable de Relaciones P¨²blicas - Monnaie Dettes ; Fran?ois Morin, profesor em¨¦rito de la Universidad de Toulouse y antiguo miembro del Consejo General de la BDF; Gilles Dufr¨¦not, profesor de Ciencias Econ¨®micas en la Universidad de Aix-Marsella e investigador asociado al CEPII ; Olivier Passet, director de S¨ªntesis del Grupo Xerfi; Claude Simon, profesor em¨¦rito en la ESCP; David Guilbaud, alto funcionario; Adeline Baldacchino, ensayista y alta funcionaria; J¨¦r?me Blanc, profesor de Econom¨ªa Sciences Po Lyon; Marie Fare, profesora de la Universidad Lumi¨¨re Lyon; Ludovic Desmedt, profesor de Econom¨ªa en la Universidad de Borgo?a; Denis Dupr¨¦, profesor-investigador de ?tica, Finanzas y Ecolog¨ªa en la Universidad de Grenoble-Alpes; Esther Jeffers, profesora de Econom¨ªa; Bruno Th¨¦ret, economista y director de investigaci¨®n (CNRS) en el Institut de investigador interdisciplinar en socioeconom¨ªa (IRIS, Universidad de Par¨ªs-IX-Dauphine); Sol¨¨ne Morvant-Roux, profesora adjunta y miembro del Consejo de Administraci¨®n de la Universidad de Ginebra y cient¨ªfica de la Fundaci¨®n Zoein; Patrick Saurin, sindicalista de Sud Solidaires BPCE; Jean-Claude Werrebrouck, profesor honorario de la Universidad de Lille 2; Nicolas Bouleau, profesor em¨¦rito de la Escuela de Puentes ParisTech y especialista en mercados financieros; Guillaume Duval, experiodista econ¨®mico; Jacques Millery, ingeniero econ¨®mico, Centralien y profesor de Desarrollo Sostenible en la Universidad de Par¨ªs I y Universidad de Par¨ªs II; Ariane Tichit, economista y profesora de la Universidad de Auvernia; Thomas Lagoarde-Segot, economista, KEDGE BS & SDSN Francia; Etienne Spain, economista; Yamina Tadjeddine, profesora de la Universidad de Lorena BETA, Ga¨¦tan Le Quang, profesor titular en la Universidad de Lyon 2; Yves Besan?on, economista, profesor de Ciencias Econ¨®micas y Sociales y antiguo agregado del Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Estudios Econ¨®micos (INSEE); Jean Gadrey, economista y exprofesor de la Universidad de Lille-I; Isabelle Gu¨¦rin, Instituto de Investigaci¨®n para el Desarrollo.
ITALIA: Guido Ortona, profesor honorario de la Universidad del Piamonte Oriental; Enrico Grazzini, economista y escritor; Mario Tiberi, economista y profesor de la Universidad de la Sapienza de Roma; Ugo Marani, Universidad de N¨¢poles Federico II; Antonella Tropeano, Universidad de Macerata; Riccardo Realfonzo, Universidad del Sannio; Leonardo Becchetti, profesor en la Universidad de Roma Tor Vergata; Terenzio Cozzi, profesor em¨¦rito de Econom¨ªa Pol¨ªtica en la Universidad de Tur¨ªn; Nicola Acocella, profesor em¨¦rito de Econom¨ªa Pol¨ªtica en la Universidad de Roma La Sapienza; Fabio Berton, Universidad de Tur¨ªn; Bruno Contini, profesor em¨¦rito de Econom¨ªa Pol¨ªtica en la Universidad de Tur¨ªn; Mauro Gallegati, Universidad Polit¨¦cnica de las Marcas; Anna Rita Germani, economista, profesora de la Universidad La Sapienza de Roma; Maria Luisa Bianco, Universidad de los Estudios del Piamonte Oriental; Giovanni Vaggi, Universidad de Pav¨ªa; Piergiorgio Ardeni, Universidad de Bolonia.
ESPA?A: Jorge Fabra Utray, economista y doctor en Derecho y presidente de Economistas Frente a la Crisis; Manuel Escudero, PhD por la LSE y presidente del Centro de Desarrollo de la OCDE; Jordi Sevilla, economista; Jos¨¦ Mois¨¦s Mart¨ªn Carretero, economista y consultor; Fernando Rodrigo; Jorge Ux¨®, profesor titular de Macroeconom¨ªa en la Universidad de Castilla-La Mancha; ?scar Carpintero, profesor de Econom¨ªa Aplicada en la Universidad de Valladolid. Carlos Ochando, profesor de Pol¨ªtica Econ¨®mica en la Universidad de Valencia y director del M¨¢ster en Pol¨ªtica Econ¨®mica y Econom¨ªa P¨²blica de la Universidad de Valencia; Carles Manera, catedr¨¢tico de la Universidad de las Islas Baleares y miembro de EFC; Jordi Roca Jusmet, Universitat de Barcelona; Antonio Gonz¨¢lez, secretario general de Empleo del Gobierno de Espa?a (2006-2008) y vicepresidente segundo de Economistas Frente a la Crisis; Eladio Febrero, profesor titular de Teor¨ªa Econ¨®mica en la Universidad de Castilla-La Mancha; I?aki Arto, research professor en el Basque Centre for Climate Change; Juan Torres L¨®pez, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Sevilla; Juan Francisco Albert, personal investigador en formaci¨®n de la Universidad de Valencia; Daniel Albarrac¨ªn S¨¢nchez, consejero de la C¨¢mara de Cuentas de Andaluc¨ªa; Agust¨ªn Jos¨¦ Men¨¦ndez, Universidad Complutense de Madrid; Sonia Farre, exdiputada y experta en deuda; Lorena Cabrerizo, economista; Isabel M. Pajares, economista; Manuel Gar¨ª, economista eco-socialista; Fernando Rodrigo, miembro de la junta directiva de EFC y de la Fundaci¨®n Transici¨®n Verde.
ALEMANIA: Peter Wahl, miembro del consejo cient¨ªfico de Attac Alemania; Axel Troost, economista y asesor del Instituto de An¨¢lisis Social de la Fundaci¨®n Rosa Luxemburgo; Roland Kulke, economista y asesor de la Fundaci¨®n Rosa Luxemburgo; Joseph Huber, economista y catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa Econ¨®mica y Medioambiental de Martin Luther Universidad de Halle-Wittenberg.
IRLANDA: Ciaran MacanBhaird, Dublin City University; Brian Lucey, Trinity College de Dubl¨ªn; Samuel Vigne, Trinity College de Dubl¨ªn; Ray Walsh, director del Observatorio Europeo de Normas TIC (EUOS), Dublin City University.
B?LGICA: Olivier De Schutter, relator especial de la ONU sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, copresidente del Panel Internacional de Expertos en Sistemas Alimentarios Sostenibles (IPES-Food) y profesor del Instituto de Investigaci¨®n Interdisciplinaria en Ciencias Jur¨ªdicas, Universidad de Lovaina (UCLouvain); Andr¨¦ Peters, soci¨®logo y funcionario del Banco Central; Philippe Defeyt, economista y presidente del Instituto para el Desarrollo Sostenible (IDD); Jean-Fran?ois Tamellini, secretario general de la FGTB valona; Olivier Bonfond, economista del CEPAG y copresidente del CADTM B¨¦lgica; Xavier Dupret, economista, Fundaci¨®n Joseph Jacquemotte; Patrick Dupriez, presidente de Etopia, Centro de Investigaci¨®n para la Ecolog¨ªa Pol¨ªtica; Fran?ois Denuit, doctor en Ciencias Pol¨ªticas y Sociales y colaborador cient¨ªfico de la Universidad Libre de Bruselas; Kim Fredericq-Evangelista, economista.
LUXEMBURGO: St¨¦phanie Ravat, CGFP y CHFEP; Samuel Ruben, Fundaci¨®n IDEA; Muriel Bouchet, Fundaci¨®n IDEA; Vincent Hein, Fundaci¨®n IDEA.
SUIZA: Jean Michel Servet, profesor de Estudios del Desarrollo en el Instituto de Altos Estudios Internacionales y de Desarrollo; Christian Arnsperger, Universidad de Lausana; Sergio Rossi, Universidad de Friburgo; Pierre de Saint Phalle, Universidad de Lausana.
SUECIA: Rachelle Belinga, investigadora postdoctoral del Centro Mistra de Mercados Sostenibles de Escuela de Econom¨ªa de Estocolmo.
PORTUGAL: Francisco Lou?a, economista, Universidad T¨¦cnica de Lisboa.
GRECIA: Costas Lapavitsas, economista, SOAS Londres; Nicolaos Theodossiou; Universidad Arist¨®teles de Tesal¨®nica y presidente para Grecia de la SDSN del mar Negro.
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