¡®Married to the mob¡¯
La ruptura sonada de Casado con el ala reaccionaria que se escindi¨® para crear otro partido fue un acierto incontestable. Del mismo modo, ahora tiene por delante otra ruptura m¨¢s dolorosa y m¨¢s ¨ªntima
El mayor fracaso de lo que dimos en llamar la nueva pol¨ªtica no reside en la deriva personal de algunos de sus protagonistas. Es cierto que muchos de ellos acumulan discordias, divisiones y finalmente hasta la autodestrucci¨®n de sus partidos por un af¨¢n eg¨®latra sin precedentes. No, lo peor ha sido que han trasladado a la sociedad un tremendo efecto de frustraci¨®n precisamente cuando fueron elegidos para lo contrario, servir de v¨ªa de ox¨ªgeno. Entre sus defectos principales est¨¢ la rabiosa servidumbre a filias y fobias personales. En la campa?a catalana se percibe tambi¨¦n ese esfuerzo por convertir la palabra pacto en sin¨®nimo de traici¨®n a esas esencias puras y virginales que todos dicen encarnar. Las esperanzas truncadas por esos discursos hiperb¨®licos han conducido a los j¨®venes a una frustraci¨®n palpable, que les lleva a apreciar derivas fascistoides surgidas del ¡°si nada ya sirve, mejor lo rompo todo¡±. El ¨²ltimo episodio de la fuga de algunos cotizantes millonarios a Andorra ha dejado entrever la desvinculaci¨®n juvenil del proyecto com¨²n. El rencor, el ego¨ªsmo y la autoadulaci¨®n son rasgos mutantes de la frustraci¨®n.
La labor por hacer es siempre mucho m¨¢s interesante que todos los absolutos inalcanzables. Nuestra democracia requiere esfuerzos. Es ah¨ª donde han perdido el paso quienes estaban llamados a protagonizar un ilusionante proceso de regeneraci¨®n. No se trata de castigar a Pablo Casado por el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n en su partido, pues se remonta a los mandatos anteriores. El contable B¨¢rcenas ha terminado por fatigar la credibilidad de los espa?oles, m¨¢s que nada porque maneja las medias verdades al capricho de una agenda propia. Sin embargo, en lo que Casado s¨ª es responsable tiene que ver con el hoy. Su ruptura sonada con el ala reaccionaria que se escindi¨® para crear otro partido fue un acierto incontestable. Del mismo modo, ahora tiene por delante otra ruptura m¨¢s dolorosa y m¨¢s ¨ªntima. Le juzgaremos por la capacidad de desmontar una tela de ara?a clientelar, sucia y voraz que arras¨® durante demasiado tiempo con el dinero p¨²blico para engrasar cuentas personales y gastos de partido.
Todas las reivindicaciones de pureza son profundamente deshonestas. La mayor¨ªa de los que exhiben esa virtud en pol¨ªtica nunca han sido expuestos a la intemperie o a la presi¨®n. Hemos de ser capaces de entender que el juicio moral sobre las generaciones anteriores no es la misi¨®n de quienes les suceden. Se trata de algo mucho m¨¢s sencillo, alcanzar a entender lo que funcionaba mal y repararlo para que no suceda de nuevo. Es ah¨ª donde la prolongaci¨®n de esta rama de la nueva pol¨ªtica en la ¨²ltima d¨¦cada ha fracasado con ah¨ªnco. En demasiadas ocasiones parecen incapaces de ver m¨¢s all¨¢ de su ambici¨®n personal. El pa¨ªs est¨¢ esperando una manera m¨¢s inteligente y m¨¢s limpia de hacer pol¨ªtica, un manejo de los partidos menos caudillista con una financiaci¨®n transparente y acordada, para que sea evidente ese reflejo de la representaci¨®n popular a trav¨¦s de las siglas electorales. Asistimos a un problema curioso de oftalmolog¨ªa, donde unos solo son capaces de ver los defectos de los otros, jam¨¢s los propios. La mafia estadounidense resume con la expresi¨®n married to the mob el v¨ªnculo de pertenecer a una organizaci¨®n criminal: cuando te casas con un miembro, te has casado con todos.
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