Imprescindibles
Echo de menos aquellas partidas de mus. Y les echo de menos a los tres, y su escritura sin trampas
Durante alg¨²n tiempo, hace ya 30 a?os m¨¢s o menos, mi hermano Javier y yo mantuvimos una peri¨®dica partida de mus para la que cada uno aportaba su vasco domesticado. Javier eligi¨® a Manu Leguineche y yo a Mario Onaindia. La cosa estaba equilibrada, porque los dos eran muy corpulentos, sab¨ªan jugar al mus y, como buenos vascos, hac¨ªan todas las trampas que conoc¨ªan, que eran muchas. Un d¨ªa, nos lo confesamos Javier y yo:
¡ª El tuyo ?hace trampas?
¡ª Todas las que puede.
Decidimos seguir como si no hubiera pasado nada. Pero lo cierto es que las partidas decayeron hasta que dejaron de celebrarse, a pesar de que, con un tramposo por pareja, todo parec¨ªa equilibrado. Eso s¨ª, cada uno de los Mart¨ªnez mantuvo una amistad a prueba de muerte con sus parejas de vascos.
Unos a?os despu¨¦s tanto Manu como Mario fueron apag¨¢ndose en UCI de hospitales p¨²blicos, aunque la dichosa covid-19 no les empujara, pero s¨ª sus h¨ªgados algo deteriorados, por la c¨¢rcel en el caso de Mario, y por la diabetes en el de Manu. Yo perd¨ª mucho, porque dej¨¦ de recibir por mi cumplea?os la caja de Rioja que me enviaba Manu, con lo que celebraba a su generosa manera que hab¨ªamos nacido el mismo d¨ªa de a?os muy alejados entre s¨ª. Y mucho m¨¢s a¨²n porque dej¨¦ de recibir llamadas de Onaindia, quien despu¨¦s de saludarme con un afectuoso ¡°?qu¨¦ andas?¡± me somet¨ªa a media hora de historias suyas, sin pausa que me permitiera meter algo de baza. Cuando acababa su discurso, colgaba, con la misma expresividad del comienzo. Supongo que era una forma de ordenar sus ideas, y que daba lo mismo qui¨¦n fuera el interlocutor.
Javier Reverte tard¨® un poco m¨¢s en irse. Se lo llev¨® por delante un tumor mal colocado en el h¨ªgado. Cosa de dos meses. Ten¨ªa 76 a?os y muchos libros por escribir, tantos como viajes por hacer. Javier era incapaz de hacer trampas al mus. Como no las hac¨ªa con la escritura. Cada frase dec¨ªa lo que ¨¦l quer¨ªa que dijera. Y ten¨ªa un pacto conmigo que desterraba para siempre de nuestras literaturas las palabras ¡°entra?able¡± y ¡°m¨¢gico¡± y expresiones como ¡°el mar estaba liso como un plato¡±. Cualquiera que pruebe esas prohibiciones ver¨¢ que su prosa mejora de inmediato.
Echo de menos aquellas partidas de mus.
Y les echo de menos a los tres, y su escritura sin trampas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.